Jane
—No. No soy capaz de salir así, señora Mariela — mordí mi labio inferior con el rostro rojo de vergüenza, este vestido es demasiado revelador para mi gusto —. No tienes otro que no sea tan... exuberante.
Negó con la cabeza.
—¿Y porque otro, si con el te ves hermosa? — inquirió con una dulce sonrisa —. Dejarás a más de uno encantado, mi niña. Este vestido lo he hecho especialmente para ti. Para que demuestres la belleza que siempre has llevado por dentro y por fuera.
Me quedé viviendo mi propia imagen en el espejo. El vestido es muy hermoso, eso no lo puedo negar. Pero en el no me siento para nada cómoda, es que simplemente, no soy yo. Estoy acostumbrada a usar ropa normal, una que no sea tan extravagante, pues nunca me ha gustado llamar la atención. La alarma que había programado para el encuentro con mi jefe, empezó a sonar; los nervios se me subieron a la cabeza. Llevo más de quince minutos tratando de decidirme si salir así o ir a cambiarme, pero tampoco puedo perder tiempo, o el jefecito se enojará conmigo. Después de todo, fue una orden estricta de su parte el tener que ir vestida así.
—Jane, te sugiero que vayas rápido con Dereck. No querrás ver el enojo de ese hombre al ver que llegues tarde — sugirió —. Anda, solo serán unas pocas horas de presentación.
—Supongo que tienes razón, gracias — sonrió, y salí hacia el escenario.
Cada paso con los bajos tacones me tiene con las piernas temblando. No sé qué cara me pondrá el Sr. Cooper cuando me vea, ya han pasado más de tres minutos y nada que he llegado. La presentación no demora en comenzar. Ese hombre ha de estar que echa humo por la cabeza. Caminé hacia su silueta grande y perfecta de espalda, con las manos temblorosas y el rostro sonrojado.
Seguramente sea capaz de despedirme por mi falta de responsabilidad. Tragué saliva y me dispuse a hablar.
—Lamento la demora Sr. Cooper — se giró instantáneamente, sus ojos se estrecharon de inmediato al verme. Su mirada furiosa cambió, haciéndome sentir nada ante ella —. Sé que no tengo excusa alguna ante mi falta de puntualidad, pero se me ha presentado un pequeño contratiempo en el baño — mentí.
Se quedó viéndome en completo en silencio. Su incómodo silencio me puso más nerviosa de lo que ya estaba ante esa mirada. Él es un peligro en cuanto a palabras se trata y ese silencio solo me confirma que seré despedida en segundos. Los segundos corrían al tiempo con sus ojos, viendo mi cuerpo con asombro. Sí, esa misma mirada fue la que me di al verme en el espejo. Una de sorpresa. Una mirada que no cree lo que sus ojos ven. No me había dado cuenta de la mujer a su lado hasta que la señora carraspeó y empujó al Sr. Cooper un poco.
—Mi amor, están haciendo el anuncio ya. Debes salir — sonrió ladeado.
—Sí, ya voy — murmuró mi jefe sin dejar de verme —. Tenemos una conversación pendiente, Jane...
Mi corazón por poco y sale de mi boca. Esos ojos verdes son demasiado oscuros. Le temo a ese desprecio y a ese odio que estoy segura que me espera en cuanto acabe de dar su discurso de apertura. Se giró acomodando el perfecto nudo de su corbata, y se perdió tras la bambalina de color rojo. Solté el aire que su mirada me había hecho retener. Su voz suave, ronca y firme, salió por el micrófono instantes después.
—Mucho gusto, soy Esther, la madre de Dereck — la señora de ojos verdes casi como los de mi jefe, estiró su delgada, fina y temblorosa mano a mi dirección —. No te había visto antes en una de los lanzamientos, ¿eres su amiga?.
Reí nerviosa.
—No. No señora. Soy Jane Wilson, una de sus tantas secretarias — estreché la mano con ella y sonrió.
—Oh, ya veo. Disculpa que te haga esta pregunta, Jane. ¿Qué clase de relación tiene con mi hijo? — abrí los ojos muy grandes ante su pregunta fuera de lugar.
—¿Qué? Por supuesto que nada, señora Cooper — ensanchó una sonrisa traviesa.
—Quizás fue mi imaginación, ya sabes, es cierto eso que dicen que con la edad se pierde la vista más no el sentido, Supongo que vi cosas que no eran— se encogió suavemente de hombros. No sé que le hizo pensar semejante barbaridad.
—Solo soy una secretaria, señora Cooper. El Sr, Cooper no se fijaría en mí... ni por qué le dieran todo el oro del mundo — reí, y se quedó viéndome con una sonrisa ladina.
—Bueno, en todo caso, perdona mi imprudencia — negué sonriendo —. Iré a ver la presentación. Soy una madre orgullosa de ver los logros de su hijo.
Se marchó rumbo a las sillas de la primera fila. Su caminar lento y despreocupado me recordó a mi nana. La echo mucho de menos. Es la única persona que extraño de esa casa de locos en donde nací. Alineé a las modelos para que empezaran su desfile. Todas quedaron sorprendidas por el cambio de mi aspecto, pues el suave maquillaje y el vestido blanco me dan un brillo único. El desfile empezó sin ningún contratiempo. Mientras el Sr. Cooper describía con pasión cada una de las prendas que creó, las chicas modelaban libremente por el escenario. En cuanto acabó, ayudé a las chicas a cambiarse. La verdad no era parte de mi trabajo, pero de algún modo, el sexto sentido me decía que debía estar lo más lejos posible de Dereck Cooper. Hecho que no duró, según salí del camerino de la última modelo, tropecé de frente con él y esa mirada rabiosa me sacudió toda el alma.
—¿Usted que hacía ahí metida, Wilson? La he estado buscado por todo el maldito lugar y no la encontré por ningún lado. ¿Cree que soy su niñero o qué? — la furia está claramente reflejada en sus ojos —. Maldición, Wilson. Usted no tiene ni un poco de consideración para con el dolor de cabeza que siempre me causa con sus... despistes — se aclaró la garganta —. Este hecho no se lo dejaré pasar, así como así. Usted no tiene porqué estar ayudando a esas niñas, ni que no tuvieran manos para que, por su propia cuenta se vistan — tomó aire, está colérico.
—Lo siento mucho, Sr. Cooper — mordí mi labio, y rió —. Pensé que no me necesitaba para nada más... — sus dedos largos y finos se posaron en sus labios rectos haciéndome callar de inmediato.
—Entre al camerino, Wilson. Recuerde que tenemos una conversación pendiente — abrió la puerta y no me quedó de otra que entrar con él —. Está vez no me dejará con la cabeza caliente y el cinturón puesto.
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Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]
RomanceJane y Dereck son tan opuestos en cada aspecto de su vida, que el atraerse como imanes será cuestión de tiempo. Dereck no comprende como una chiquilla sin gracia ni belleza, le hará remover el corazón y cada fibra de su ser, poniéndolo en aquella si...