Capitulo 2

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 Ya en la noche, el oso se encontraba afuera de un gran edificio, muy lejos de donde ellos vivían, era otro pueblo totalmente distinto en el medio del bosque. Por otro lado, Vegetta estaba mirándolo desde arriba de uno de los grandes y frondosos árboles con una vestimenta negra pero simple que le tapaba todo el cuerpo menos su negra cabellera y sus ojos morados.

Desde lo lejos, se podía ver a personas rondando alrededor del recinto con lo que, desde la perspectiva de los dos, podrían estar armados con municiones militares de alto calibre.

En el momento indicado, Rubius decide avanzar, ya calculando el momento justo para cruzar, esquivando a cada uno de los vestidos de blanco y de las cámaras hasta llegar a uno de los conducto, sacó un destornillador de su mochila abría la rejilla ,no obstante, otro de los muchos intrusos se ponía cada vez más nervioso. Estaba tardando mucho, y ya empezaban a sospechar, se veía como uno de los guardias se acercaba hacia él.

"Tonto" pensaba Vegetta, y procedió a sacar un franco tirador y ponerle un dardo, contuvo su respiración y disparó, justo en el cuello. Unos segundos después, el híbrido logra abrir el conducto de aire y pasar; metiendo primero la mochila, después el mismo y luego cerrar la puerta detrás de él.

— Mierda, ya no lo puedo ver. — Susurró en voz alta con seriedad, pensando en que ahora tendría que entrar él al establecimiento. Siguió el mismo camino que su compañero, pero antes, agarró al guardia y lo sacó a las afueras escondiéndolo detrás de los grandes arbustos frondosos, "muy lindos para decorar la casa", pensó Vegetta.

Cuando llegó a la ventilación por donde entró el rubio, pensó en lo idiota que podía llegar a ser, ya que a pesar del que el conducto era lo suficientemente grande para girar, dejo la mismísima rejilla tirada en el suelo, lo cual rápidamente podrían sospechar de que había entrado alguien.

Ya estresado entró y cerró bien el conducto atrás suyo, "y ahora por donde" se preguntó y empezó a avanzar por lo que creía que podían ser rastros de que el oso pasó por esos lados.

Mientras tanto, el primero en entrar se repetía por donde tenía que pasar; "izquierda, derecha, derecha, adelante, adelante, izquierda, izquierda, izquierda... me perdí.... ahhh ya se, es por aquí, derecha, derecha, derecho e izquierda." de repente paro de pensar para concentrarse en bajar. La ventilación iba hacia el piso de abajo y tenía que bajar muy cuidadosamente sin que la ventilación haga mucho ruido, o que se salga de lugar principalmente.

Cuando por fin logró bajar, se podía ver desde la rejilla para abajo una habitación gigante iluminada solamente por lo que estaban buscando, el cristal del end "Seguramente esto es lo que alimenta toda la energía del maldito edificio" pensaba rubius impresionado y preparó todas sus cosas; la máscara para dejar su marca a través de las cámaras burlándose de que siguen sin poder atraparlo a pesar de las tantas veces que entro a robar (no por nada le logró conseguir a vegeta unos materiales para el proyecto), un escudo de defensa, materiales para desconectar el cristal de todo lo demás que no le importaba, y lo más importante, con que se defenderá: ¿El arco o la espada? Difícil decisión según él, pero al final se optó por la segunda opción, solo por ser nueva.

— Tres... Dos... Uno...— Empezó a contar en voz alta y saltó, cayendo de forma silenciosa detrás de una gran máquina. Mirando a su alrededor vio más o menos a siete guardias, fue por el más cercano que se encontraba solo y lo noqueo, lo escondió en unos de los armarios que estaba en pocas distancias e intercambió sus ropas, podría pasar más desapercibido pero tendría que dejar la mochila escondida en ese mismísimo lugar con demás cosas mientras intentaba esconder lo necesario dentro de ese feo traje.

Camino lentamente y directamente para llegar a lo que quería hasta que uno de los que mantenía la protección lo detuvo.

— ¿Qué haces? Este no es tu recorrido 420, tienes que ir solo a los alrededores, no al centro, ve a tu puesto antes de que haga que te suspendan — Tras lo cual Rubius suspiro y respondió con un "bueno, no queda de otra", confundiendo al contrario con el cual procedió a atacar alertando a todos los demás.

Por otro lado, Vegetta al escuchar los estruendos supo que se encontraba bastante cerca , por lo tanto, miró por la ventanilla que tenía abajo y se dio cuenta de que ya se encontraba en el lugar, pero prefirió no participar en la acción a menos que sea muy necesario.

Al principio pensó que no lo sería, hasta que empezaron a llegar a montones para finalmente acorralar al oso en una de las esquinas. Entonces saltó y cayó arriba de uno ahorcándolo con sus piernas, mientras que con el arco iba matando uno por uno, llegando al híbrido rápidamente, el cual estaba muy concentrado para poder hablarle al contrario, o por lo menos preguntar quién era y porque lo ayudaba.

— Ve por lo que viniste, yo los distraigo. —Y procedió a poner una TNT, mientras lo agarraba de la cadera y los protegía con su escudo.

En el momento donde todos salieron volando, lo escondió detrás de una máquina y salió corriendo por la puerta, sí ya todos sabían que había un solo infiltrado, por lo menos van seguir a uno de los dos.

Rubius procedió a desconectar los cables, mirando por la puerta para ver que no vuelva nadie, mientras se escuchaban las alarmas y algunos disparos. Cuando terminó tu trabajo fue por su mochila, pensando en si debería ayudar al misterioso sujeto que lo auxilio, o por lo menos echarle una mano.

Corrió hacia donde escuchó los balazos procediendo a sacar cinco TNT, preparándose para lo que se vendría y apenas llegó al lugar colocó una y la encendió cubriéndose con el escudo, mandando todo a volar.

— ¡YA TENGO LO QUE BUSCABA! ¡VAMONOS! ---- Le gritó al que estaba vestido con la capucha negra que parecía que tenía orejas de lobo, que cuando le dio una señal de asentir de acuerdo, corrió por toda la zona explotando todo por delante para no dejar ningún rastro que no sean sólo imágenes de sus disfraces.

Una vez lejos del lugar, cuando sintieron que ya los había perdido bajaron la velocidad, caminando en silencio hasta que Rubius habló.

— gracias — lo único que dijo, era muy orgulloso, apenas podía decir esas palabras, le había dicho a Vegetta que podía solo y por poco casi no vuelve a casa, era un idiota.

El contrario solo procedió a asentir. Vegetta no quería hablar, iba a saber que era él y sabía cómo se estaba sintiendo ahora, lo conoce muy bien como para saber que estaba decepcionado de él mismo por no poder cuidarse solo.

El de cabellera oscura deja de caminar y le hace unas señas como que desde ese momento toma su camino y se separaran, el oso asiente y se separan.

[...]

— Se están separando, esperamos sus órdenes.

— No hagan nada, síganlos hasta donde puedan, que no los vean e informen todos sus movimientos — Miraba a las televisiones gigante, mostraban las cámaras que tenían los agentes militares: Era un hombre mayor con barba negra que se llegaba a notar unas canas blancas, tenía unos anteojos cuadrados simples y una bata blanca, con lo que parecía ser una insignia que daría un estatus superior al de los demás.

- copiado.

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 Ayuda quiero dejar la facultad y ni siquiera la empecé :(

El Experimento - 𝐀𝐮 𝐊𝐚𝐫𝐦𝐚𝐥𝐚𝐧𝐝 & 𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐥𝐚𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora