Capitulo cuatro: Recompensas

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El ambiente sin duda era tenso para los dos hombres Kim, uno estaba confundido mientras el otro ardía en furia.

—Explíquese Señorita.

La mujer acaricio el pecho de Namjoon mientras le besaba la mejilla.

—Le dije que firmaría como inversionista con el dueño de la empresa, mi sorpresa al enterarme que no es usted.

—Mi hijo decidió dejar de lado la empresa, para largarse.

Namjoon tenso la mandíbula ya un tanto furioso, no toleraba estar al frente de su padre, por lo cual estaba controlándose demasiado.

—Deja de llamarme tu hijo, lo deje de ser hace mucho Leetuk.

—Señores, debemos calmarnos —se metió entre los dos— señor Kim debe de aceptar mis términos, su compañía esta a nada de irse a la ruina, Namjoon esta aquí para ser su salvación —nada odiaba más Kim Leetuk que eso —en quince minutos estaremos en la sala del fondo con mi asesor legal, si desea hacer el trato esta es su última oportunidad.

Tomo la mano del moreno y se alejaron de ahí, Namjoon la jalo hasta llevarla lejos de la multitud, en uno de los pasillos la acorralo contra la pared de manera algo brusca.

—Me debes una explicación.

—Te dije que te ayudaría con tu situación económica, hacerte de nuevo con lo que te dejo tu abuelo es la mejor opción.

—No quiero tener nada que ver con Leetuk.

—Por eso eres más listo que él, pondrás todas tus condiciones y el aceptara cada una de ellas —deslizo sus manos por el fuerte pecho.

—El sigue siendo el asesor principal.

Se colgó de su cuello y lo atrajo hasta sus labios.

—Esta desesperado, firmará cualquier cosa que le dé, Kim Leetuk será tu perro —le mordió el labio inferior —muéstrame esa preciosa mente tuya, muéstrame tu dominación incluso con tu padre, quiero tener esa imagen de ti, mientras me follas más tarde.

Beso a la mujer con agresividad, jalándole el labio inferior con los dientes, la levanto del suelo para poder restregarse contra ella, mostrándole lo duro que ya estaba.

—Vayamos a firmar ese trato entonces Jennette.

Tal y como la mujer lo había predicho Kim Leetuk estaba en la sala, el asesor legal tenía todo listo para lo que su jefa le pidiera, Namjoon se paró junto al escritorio que había en la habitación mirando con desdén a su progenitor.

—Los reportes de inversiones futuras serán consultados conmigo, además de que el contador y asesor legal serán designados por mí, se te pagara un sueldo, no podrás tocar ni un solo centavo sin que yo me entere, además de que cambiaremos de cuentas bancarias.

—Eso es una estupidez, no aceptare nada eso.

—Es lo único que ofrezco, no planeo negociar, di que no te lanzo a la calle con todo y las putas que debes de tener en la casa.

—La casa es mía y puedo hacer lo que me plazca con ella.

Namjoon encendió un puro y dio una calada lenta negando con la cabeza.

—Mi abuelo los dejo a mi nombre, pero por mi desinterés sigues ahí, no me hagas cambiar de opinión Leetuk que no te conviene hacerlo.

—Debe de apurarse señor Kim, no tengo mucho tiempo disponible y el trato expira esta misma noche.

Leetuk asintió con la cabeza, los asesores legales de ambos empezaron redactar el contrato, revisándolo ambas partes mientras se firmaba el acuerdo.

—Me odias, pero igual estas utilizando a una mujer para tus propósitos, ¿En qué te convierte eso?

—¿Utilizarla? —beso la cien de Jennette —ella está disfrutando de esto, y mi trabajo es solo darle el placer que ella necesita, si le pone que yo te deje en la ruina lo hare.

—Cierre la boca de una vez Leetuk, que mi entrepierna esta empapada y me urge que su hijo me atienda, firme para largarnos de aquí.

Namjoon sonrió por la necesidad de la mujer, era extraño, pero se había empalmado también de verla hablar así. Salieron huyendo prácticamente del lugar, en el auto no dejaban de comerse la boca.

—Espera deja que lleguemos.

—¿Otra sorpresa?

—Esta te gustara, incluso más que a mí.

Pararon en una gran mansión en los suburbios, Jennette le paso un antifaz a Namjoon para ella colocarse uno igual, el auto los dejo en una gran puerta negra, timbraron una vez.

—Buenas noches.

—Liberadoras noches.

Al decir esto, la persona que les abrió los dejo pasar, en cuanto estuvieron adentro Namjoon miro el lugar, el ambiente olía a sexo cargado con tabaco, esencias sutiles y algo de alcohol, cada vello del cuerpo del moreno se erizo ante la idea a lo que habían venido.

—Señorita Dubois —una mujer de cuerpo delgado pero exquisito los recibió —es un placer que nos acompañara esta noche.

—No me la perdería, pues es la última.

—Sí, me dijeron que se nos casara, es una pena que no desee regresar.

—Me iré a lo grande —ambas sonrieron debajo de sus máscaras —Miranda el chico a mi lado es Namjoon, es mi invitado esta noche.

La mujer lo rodeo admirando la musculatura de este sobre del traje, intento tocarlo, pero Jennette le dio un manotazo a Miranda.

—Es mío no puedes tocarlo así — abrazo a Namjoon —danos los pañuelos.

—Enseguida, ¿Domina y sumiso?

Jennette negó con la cabeza.

—Dom y versátil, aunque estaré la mayor parte del tiempo como sumisa, pero quiero poder ver a mi precioso también.

—¿Entonces este monumento es Dom? —se estremeció —ya me parecía extraño, no tiene la mirada para ser sumiso, anda Jennette deja que lo pruebe me siento empapada solo de pensar lo que podría hacerme con su tamaño.

—Pues quedara en eso solamente, lo que tiene entre sus piernas es mío —le arrebato los pañuelos de la mano —el pañuelo negro es de los Dom, los rojos son sumisos y los morados son versátiles.

Le ayudo a atarse el pañuelo a la muñeca, para después entrar a un gran salón rojo donde una escena de depravación se extendía por todo el lugar, aunque no estaban todos desnudos, sin duda no era una fiesta nada común.

—¿Qué son los pañuelos verdes?

—Voyeurs, ellos solo vienen a masturbarse mientras ven a sus parejas ser sometidas por otros —no soltó la mano del moreno en ningún momento —¿Asustado?

—Curioso más que nada.

—Magnifico —llegaron a una pequeña barra donde pidió dos copas de vino tinto —no estaremos entre la multitud, a pesar de que esta noche deseo un trio, no dejare que nadie más te ponga un dedo encima.

—¿Qué clase de trio?

—Confía en mí, de hecho, ya nos vio, te lo presentare.

Un chico delgado de tez pálida que se escondía bajo la máscara se acercaba de manera lenta hacia la mujer y el moreno, este traía un pañuelo rojo en su muñeca, sus ojos felinos se asomaban de manera brillosa, al llegar hasta ellos, este se hinco besando los pies de Jennette.

—Ama Dubois, esperaba su presencia con ansias.

—Levanta la mirada —este obedeció —Nam, él es Yoongi, mi sumiso.






*La autora se encuentra fuera del area de servicio favor de llamar mas tarde*

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