-El padre me dijo que estaría aquí, pero ya ha tardado demasiado.
Miguel llevaba esperando más de la hora acordada en la cual había quedado de verse con el adulto mayor, justo en los comedores de la prision. Estaba a punto de irse pero cuando recién comenzaba a levantarse de su asiento sintió como lo devolvieron al mismo rápidamente, sin darle la chance de moverse más.
-Impaciente, tal como un mocoso de dieciséis años.
La voz ronca de la sabiduría se hacía presente; de pelo blanco, acento no característico del país y a pesar de la avanzada edad aún se veía joven y en buena forma. O'hara solo se le quedó viendo analizando sus acciones mientras tomaba asiento, no siendo capaz de mirarle al rostro con firmeza.
-Usted es...
-Elias.
-Hombre de pocas palabras, pero de muchas acciones. Además es raro ver a alguien con este tipo de...características fisiológicas en este estado.
-Quiero decir-
-Entendi tu punto, chico, y tienes razón, yo no soy de aquí...pero antes de decirte algo más, quiero hacerte una pregunta:
¿Que estás pensando ahora mismo?
-¿Como te sientes? ¿Aún sientes ese nudo tan mal atado en tu garganta después de todo lo que cometiste y temes a decir y a encontrar la verdad? Dímelo y así podrás ganarte mi respeto y mi confianza.
Miguel comenzó a relatar toda su historia, desde que tiene memoria ha formado parte del ejército de su nación y estado desde una edad temprana. Un pobre infante que fue enviado a más de una guerra en la cual la mitad del batallón nunca regresa con vida, o no vuelve a ver a su familia de la misma forma sin que le falte una pierna, una mano o que se haya vuelto completamente loco. Algunos sencillamente nunca llegan a donde deberían de llegar.
Tenía una idea neutra sobre el bien y el mal, sabía diferenciarlos con claridad pero no se encontraba apoyando a ningún bando. Su mando, sus reglas. Su comprensión, su asimilación. No tardó nada para que después terminara agobiando la tortura del mal en lo más profundo de su caja torácica, haciendo que se retorciera con fuertes latidos desesperados y exagerados, luchando por salir y gritar cuantas veces quiera el que nunca haya reglas y que nadie fuera juzgado por sus acciones.
Nunca luchó por el mismo...nunca lo hizo.
-Me aleje de mi familia, perdí mi empleo, formé una organización y al querer acabar con la vida de alguien por mi mismo...terminé atrapado y sin ninguna chance de salir o huir.
-Ya nadie iba a sacarme, ya nadie iba a protegerme. Lo supe desde que vi al primer hombre morir en el campo de batalla.
Elias escuchaba atentamente, la historia de este chico no tenía precio y si que mataría por convertirla en una película de acción merecedora de tres Oscars.
-Pero no has resuelto mi duda, volveremos a ella...¿como te sientes?
-Es difícil ver el cómo las familias ruegan que las personas que están aquí no sean asesinadas o convertidas en juguetes sexuales, porque también se sabe que...si quieres sobrevivir en este lugar debes de hacer todo lo necesario para conseguir protección.
-Pagos, fianzas, corrupción...me fascina este país y es la verdadera razón por la cual nunca me he ido. Además, lo tengo todo aquí...bueno, tenia.
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Mi sombra en alquiler
Historical FictionNarra la historia de un mercenario/asesino que en su lecho de muerte jura arrepentirse de cualquier crimen organizado a causa de su equipo y manos. Meses después de su muerte, en la ciudad de Tokio, nacía un nuevo héroe quien atrajo la atención de u...