4: the gossip club

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Es que está súper bueno. Enserio, físicamente los hermanos Reyes son muy atractivos.

Él también estaba sin camisa y lleno de fango, como es un poco moreno, las barras de chocolate que se encuentran en su abdomen se camuflan un poco con el lodo y se ve incluso más sexy.

Tiene unos bíceps y tríceps no tan marcados como los de un fisiculturista, pero está fuerte, tiene buenos brazos. Obviamente también tiene las piernas bastantes desarrolladas por su deporte.

Aparte de que su cuerpo se ve espectacular para cualquier persona, su cara le hace compañía, no es nada feo, tampoco es Brad Pitt, ni Neels Visser, pero es guapo.

—oye, ¿qué estás mirando con tantas ganas, o a quién?— dice Lena riendo y logra sacarme de mis pensamientos sobre Aaron
—a los futbolistas entrenando, como todas— le respondo muy tranquila.

En eso se acerca Alex por detrás de nosotras y hace un muy mal comentario para mi gusto.

—está vacilando a Aaron Reyes

Todas me miraron con cara de incredulidad y risa.

Yo me apresuré a desmentir lo que el inoportuno de Alex había dicho, pero parece que le creen más a él que a mí.

—obvio no, Alex, ¿cómo me va a gustar ese niño, si ni lo conozco?
—tú si lo conoces, a los dos, porque son de tu tierra, o mejor dicho, de tu campo— dice burlándose de donde yo vivo
—en primera, no te vuelvas a burlar de mi municipio— digo con mi cara muy seria, no me gusta que se burlen así del lugar en que nací —y segunda, que coincidamos en el lugar en que vivimos no significa que nos tenemos que conocer
—es verdad— dice Raquel —yo vivo en el mismo pueblo que ellos, y está a unos cuantos kilómetros de donde vive Maya, no tienen necesidad de conocerse, pero sí se conocen— ésto último lo dice mirándome de una forma extraña, como si supiera algo más
—bueno, está bien, las dejo que voy a dormir un rato— al decir eso, se retira al fin.

Nosotras también nos fuimos, porque ahora sí Lena parecía que iba a explotar de las ganas de orinar, casi ni podía caminar.

Decidí ir al final del grupo para poder hablar con Raquel y preguntarle una pequeña duda.

—pss, Raquel, ven acá— ella que iba un poco más adelante que yo, se pone a la par mía al final
—¿Dime, qué pasó?— pregunta
—¿A qué te referías con eso de que si se conocen?
—no entiendo— dice poniendo cara de duda
—cuando estábamos hablando de lo del campo y de Aaron, tú dijiste que no teníamos por que conocernos, pero si nos conocíamos
—porque yo sé que ustedes se conocen y que Aaron y Allen te pidieron el número de teléfono en el bus
—¿Cómo lo sabes, si tú no estabas ahí ese día?— pregunto atónita
—porque yo no estaba ahí, pero gente que yo conozco sí, los chismes corren rápido
—esta bien, tienes razón
—oye y entre tú y yo— me empieza a hablar bajito al oído Raquel
—también me enteré de que te dejó una noche plantada
—¡qué!— exclamé bastante alto, todas se giraron hacia mí. Les sonreí para que pensaran que todo estaba bien, pero no me hicieron caso
—¿Qué pasó?— pregunta Kayla
—no nada, tranquila, yo aquí chismoseando un poco con Raquel
—cuando mencionó su nombre, inmediatamente da una sonrisa cómplice en dirección a Kayla.

Lena que ya casi entraba al baño, porque ya no podía aguantar, frenó rápidamente cuando me escucho decir la palabra chisme.

—¿Qué chisme?, cuenten el chisme— la verdad no sé cuál de las dos es más receptiva para chismosear, si Raquel o Lena.
—muchacha, ¿tú no te estabas orinando?— le pregunta María a Lena
—verdad que si, voy, orino y salgo para que me cuenten.

Por dios, que chismosa es esa niña. Ellas son muy chismosas, mucho más que Alex, pero no de esas que andan contando las cosas por toda la escuela, solo se las cuentan entre ellas, y bueno ahora yo me uno al club, "EL CLUB DE LAS CHISMOSAS". Esto no lo dije yo, lo empezó a decir Raquel.

Nunca Me VisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora