-De verdad- Merlina se queda a medio camino sin querer decir lo demás.
-¿De verdad?- Mal pregunta queriendo que Merlina continúe.
-Me... Me gustas-
-¿Que?
[👾🖤]Mal corrió hacia Merlina quien se quedó quieta mirando una vitrina.
—¿Te gusta?— Pregunto mirando el vestido negro colgado.
—Es horrible— Merlina se dio la vuelta y siguió caminando hacia donde sea que fuera, Mal se quedó mirando el vestido para luego irse a comprar el suyo.
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Mal se veía al espejo con una sonrisa, el vestido color morado adornaba su cuerpo, su mirada se desvió hacia la mano que dejaba una carta sobre la cama.
—¿Dedos?— Dedos se fue corriendo al ver que lo habían visto, Mal solo río.
Tomo la carta entre sus manos y pudo observar la caligrafía de la máquina de escribir de la chica Addams, frunciendo el ceño, Merlina le había cancelado solo para ir a buscar algo en el bosque.
W.A
Nos vemos en mi habitación, luce bonita (siempre te ves bonita)
Mal frunció su cara con confusión, aunque no le tomo demasiada importancia, al fin y al cabo ella siempre estará disponible para su amor.
Mal termino de arreglar su maquillaje para subir a la habitación de la pelinegra, tocando la puerta tres veces y esperando pacientemente.
Merlina abrió la puerta y su mirada se quedó fija en la chica frente a ella, mirándola de arriba hacia abajo, con un pequeño brillo en sus ojos.
—Hola— Mal saludo tímida con una pequeña sonrisa traviesa.
—Mal— Merlina soltó el nombre sin poder decir nada más, observando lo hermosa que se veía la ojiverde.
—Se que dedos fue el que escribió la nota pero quisiera desearte suerte, y si alcanzas a llegar aunque sea para bailar una canción— Mal le tendió una caja de color negro con un lindo moño del mismo color y una bonita diadema de color violeta.
Merlina lo tomo y cerró la puerta con rapidez, sintiendo las cucarachas aparecer en su estómago.
Dedos la miro y salto emocionado.
—Eres un asco— Merlina soltó y se metió al clóset —No mires.
Mal espero en las escaleras mientras miraba a su madre en aquella foto del equipo de esgrima.
—Mal Igna— La voz de Merlina logro que volteara, está vez fue el turno de la pelimorada de quedarse totalmente quieta, mirando de arriba había abajo a la chica frente a ella.
—Luces...
—¿Ridícula?, ¿Irreconocible?
—Luces perfecta esta noche, amor. —Merlina escondió la sonrisa que apareció en su rostro.
