18. Consecuencias

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- Me has traicionado.

Niragi había hecho bien en presuponer que había algo que esos dos sabían y él no. Ahora por fin lo había entendido todo. El extraño comportamiento de Akira cuando hacía guardia en la suite real era porque estaba cubriendo a Chishiya; por eso le había impedido entrar en la habitación y lo había despachado con rapidez, sin importarle las palabras que tuviera que dedicarle con tal de que se fuera. Y las exageradas disculpas que le había dedicado antes tan solo era porque se sentía culpable por todo aquello; por haberle mentido, por haber colaborado con el enemigo y por haberle tratado como a un idiota al presuponer que no se enteraría de la verdad.

- No digas eso. – le pidió Akira, tratando de buscar con rapidez la manera correcta de excusarse. – Fue cosa de Chishiya. No lo hice porque quisiera ser su cómplice; me manipuló.

- Yo no te forcé a nada. – la interrumpió el susodicho. – Tan solo te conté mi plan. Tú decidiste echarme una mano.

Si de algo habían servido las anteriores palabras de Akira, que en realidad de no mucho, todo se evaporó con la última declaración de Chishiya.

- ¿Sabías su plan de antemano y aun así no me avisaste? – cuestionó Niragi de mala gana. – ¿Le dejaste colarse en la maldita suite y llevarse las cartas en vez de detenerle?

Ante cualquier cosa que Akira dijera, Chishiya sería capaz de darle la vuelta. Y siendo realistas, tampoco había mucho que Akira pudiera alegar para defenderse. Había sido ella la que había decidido vigilar la puerta, guardarle el secreto y permitirle entrar; no había más excusas.

- Tan solo quería evitar que el muy idiota acabase muerto. – añadió Akira. Su mirada suplicante estaba clavada en Niragi, esperando ver en él un gesto que le indicara que no estaba tan cabreado con ella como parecía. – Pero no quería traicionarte a ti en el proceso.

- Que eligieras una cosa implicaba la otra. – replicó Niragi con dureza.

Akira notaba su respiración agitada y su corazón acelerado. Las cosas se estaban saliendo de control y todo apuntaba al peor escenario que podía haber imaginado. En un arrebato de ira, sacó su pistola y apunto directamente a Chishiya, quien una vez más, ni siquiera se sobresaltó.

- Todo esto es culpa tuya. – escupió, resentida. – ¿Traicionas a la gente que te ayuda y aun así te atreves a dar lecciones de moralidad?

- No vas a dispararme.

- Claro que voy a hacerlo. – reconoció Akira a la par que soltaba el seguro de su arma. – Esta vez me has malinterpretado.

- No, no vas a dispararle. – quien la detuvo esta vez, sorprendentemente, fue Niragi. En cuanto Akira giró la cabeza para mirarle, vio que en algún momento había pasado a apuntarle a ella con el rifle. – No soporto a los traidores. Y estoy harto de que ese otro imbécil siga respirando. Así que voy a matarte a ti y luego seguiré con él.

- No puedes estar hablando en serio, Niragi.

- Créeme, estoy hablando muy en serio. – insistió. Y ante la mirada demandante de Akira, no pudo más que ampliar su sonrisa. – ¿O acaso crees que soy de los que dan segundas oportunidades?

- Niragi, por favor. – suplicó Akira a la par que bajaba el arma para darle a entender que no tenía ninguna intención de usarla contra él. – Sabes que puedes confiar en mí. Somos tú y yo contra el resto.

- No. Ya no. – contestó, impasible. – Ahora vuelvo a ser solo yo.

Niragi puso el ojo en la mirilla y el dedo en el gatillo. Por suerte o por desgracia, no pudo efectuar el disparo a causa de Chishiya, quien comenzó a correr de imprevisto hacia él. Pese a que llevara un arma de larga distancia, se sentía lo suficientemente confiado como para acertar un disparo antes de que ese chico se acercara a él. Habría sido ingenuo pensar que Chishiya había llegado hasta ahí desarmado, pero aunque Niragi hubiera tenido ese aspecto en cuenta, jamás habría imaginado que su intención sería tirar por los aires las cartas que tanto trabajo y sacrificio les había costado reunir.

Alive & Savage | Niragi SuguruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora