Carlos.
Salí de mi casa junto a Bruno, iremos a buscar a Ashley Brooks para librarme de ese omega de una vez por todas.
Llegamos a una casa bastante grande y bonita, al tocar la puerta nos recibió una mujer de mediana edad, nos guío a la sala donde se encuentran su esposo y su hija.
— Alfa Carlos es un honor recibirlo en nuestra casa, fue una sorpresa cuando nos llamó, ¿Gusta algo para tomar?— Pregunto la beta.
— No gracias estoy bien, solo he venido a hablar con ustedes y su hija.— Al decir eso la omega puso una sonrisa engreída para después levantarse.
— Alfa Carlos, mi nombre es Ashley, es un gusto que venga aquí para verme.— Estiró su mano a lo cual yo me acerque y bese el torso de está.
— He venido a para pedir la mano de su hermosa hija, si están de acuerdo claro.— El beta padre de la omega se levantó de inmediato con una gran sonrisa.
— Alfa Carlos sería un honor que usted desposara a nuestra hija.—
Hablamos un rato después de eso, hablamos de cosas triviales e innecesarias pero solo para seguirles la corriente a los betas y la omega, al final del día Ashley estaba llendo a casa conmigo. Desde ayer Bruno a estado bastante callado, supongo que está aburrido de estar atrapado en la manada.
— Alfa Carlos es muy amable de su parte al llevarme con usted.— Dijo Ashley tratando de sacar un tema de conversación.
— Bueno ahora eres mi prometida, es natural que vivas conmigo a partir de ahora.— Le dije con una sonrisa a lo que ella se sonrrojo.
Voy a admitir que es linda, pero no sé compara con el omega... No, no debo pensar así, el es feo. Por mi mente paso la imagen del omega mirándome con esos ojos azules. ¿Cuando paso eso? El no me mira a la cara.
— ¿Alfa Carlos?— Ashley paso su mano frente a mi, al parecer me distraje.
— Lo siento, ya llegamos, ven te llevaré a tu habitación.— Todos bajamos del auto y nos dirigimos dentro de la casa.
Bruno se fue a su habitación mientras yo lleve a Ashley a mi habitación.
— Pasa, es aquí.— Ella entro y le di su maleta para que acomode sus cosas.
Repentinamente volví a sentir una opresión en mi pecho, lo que me recuerda que hoy finalmente romperé este horrible lazo que me ata al omega.
— Ashley vuelvo en un momento, mientras descansa, si necesitas algo solo háblale a Perla.— Salí de la habitación sin esperar respuesta.
Camine hasta el almacén, aún afuera se escuchaban los sollozos del omega, cuando abrí la puerta el se asustó y me miró, ahí están esos hermoso ojos azules, hermosos ojos llenos de miedo, miedo de mi.
Me acerque a el lentamente mientras el intenta alejarse hasta que choco con la pared, entonces cerro los ojos como si estuviera deseando que al abrirlos yo ya no esté aquí.Acaricie su cabello, es suave y sedoso, agradable al tacto. ¿Porque no hice esto antes? No, si lo hice, aquella vez que lo viole tiré de su cabello, también cuando lo marque. Volvió a mirarme a los ojos, su mirada reflejaba terror puro, perdió toda la confianza que tenía en mi, aquella confianza ciega que tenía aún antes de que yo lo trajera aquí.
Por impulso lo abrace, sentí su pequeño cuerpo temblar, puedo sentir sus huesos. Comenzo a llorar y aferrarse a mi camisa.
— Carlos.— Dijo con su voz entrecortada antes de caer inconciente.
¿Que hice?
— Ya te diste cuenta.— A mi espalda se encuentra Bruno.
— ¿De que hablas?— Pregunté algo confundió.
— Que te equivocaste.—
— Antes te reías.— Dije.
— Lo se, soy un estúpido, pero yo mate a mi destinado con mis propias manos, créeme, es el peor sufrimiento, no lo mates.— Bruno se fue antes de que pudiera preguntarle algo.
Aún inconciente el omega siguió aferrándose a mi camisa. Lo cargue para llevarlo arriba, entonces recordé a Ashley, no puedo llevarlo a mi habitación, ella va a estar molestando. Entonces lo lleve a mi oficina y llame al doctor.
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Silencio
LobisomemDaniel es un pequeño omega que fue abandonado por su manada a los 7 años, su hermano mayor, Jonathan, se quedó con el y lo cuido y crío el solo, Jonathan es uno de los pocos alfas que saben de la importancia de los omegas en el mundo, por eso cuido...