Todo tiene una historia. Todo tiene un porqué. Todos tenemos secretos.
Cada cosa es extraña en Tezuma, un reino dirigido por Katsuki Bakugo. Y así como todo tiene una razón, Najuny Gameyu, una chica con un buen dominio con el arco, decide encontra...
Estoy en mi habitación caminando alrededor, dando vueltas y vueltas como un moyote.
Estoy tratando de pensar ¿okay? El hecho de que las palabras del idiota de Bakugo me resuenen todo este tiempo en mi cabeza es aturdidor.
Entiendo que haya sido una imbécil por no saber afrontar mis problemas, por siempre huir, por siempre darles menos importancia, pero toda mi vida lo he hecho así.
Cuando lanzaba una flecha a las personas o rompía algo, siempre huía.
Cuando mi padre me regañaba porque no quería volver a hablar, siempre huía.
Cuando Izuku me dijo que podía contarle lo que me sucedía, siempre huía del tema.
¿Qué más puede esperar alguien de mí? Toda mi vida he huido.
Me alboroté el pelo pasando las manos por él.
<<¡Oh, claro que te conozco. Y sé que eres una chica que odia afrontar sus problemas, prefiere olvidarlos para así después fingir que no existen! >>
Te equivocas, Bakugo. No soy una pusilánime.
Cambié mi atuendo a uno color negro, tiene una capa que me cubre la cara, usaré también un cubrebocas, guantes negros y mi respectivo arco, el carcaj lo puse detrás de mí.
Voy a salir de este lugar a averiguar qué es lo que sucede en Zelcy. ¿Quién fue el que robó la libreta y cuáles fueron sus razones? ¿Para qué la necesita?
Sin decir nada a nadie, sin dejar ni un rastro, ni evidencia me fui.
Salí a enfrentar el problema. Tal vez me esté engañando a mí misma y sólo quiera ganarme la confianza de ese chico que tanto me saca de quicio
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—Sabes qué, andate con alguien que de verdad te pueda soportar.
Y ahí estaba de nuevo, ese dolor en mi interior, uno que me ardía, que me quemaba cuando ella se alejaba de mi.
Me mata como su mente me puede hacer sentir tan inútil. He tratado de concentrarme en cada tarea que tengo que hacer para mantener este reino a salvo. Pero lo único en lo que pienso es en esa mirada en su rostro, esa que me transmite paz, una en la que puedo bajar la guardia y tomar un descanso.
La mitad de su belleza era su extraña manera de pensar.
—¿Te has enamorado alguna vez? ¿No es horrible? Te hace tan vulnerable. Abre tu pecho y abre tu corazón y significa que alguien puede entrar en ti y deshacerte.—decía mi madre—. Nuca te enamores Katsuki, aprende a controlar esa emoción y, si lo haces, separa tus sentimientos de tus responsabilidades.
—Puaj, nunca dejaría que eso me pasara.
—Escuchame bien, Katsuki—señaló nuestro castillo—. Algún día todo eso será tuyo y, cuando llegue ese día tendrás que ser un buen líder. Tienes que ser tú el fuerte, el que protegerá a los débiles, a los que no tienen voz. No permitas que nadie te pisotee.
