Leo caminaba con sumo cuidado para no despertar a nadie, con el reloj marcando las dos en punto de la madrugada estaba seguro que enojaría y preocuparía a uno de sus miembros de la familia...La familia que casi pierde.
Desde que derrotaron a los Krang salía a meditar un poco, no se ha sentido igual a pesar del triunfo de los cuatro.
Todo había vuelto a la normalidad, sin embargo, sus latidos no eran constantes ni rítmicos, solo acelerados por las pesadillas de su muerte, el estaba seguro que moriría aquel día, si no fuera por Mikey el...
Movió su cabeza de un lado a otro para dejar de pensar, pero ya abrió los ojos, era inútil que trate de volver a concentrarse. Se puso de pie y pasó a sentarse al filo de la azotea dejando caer sus piernas al vacío del diecisiete avo piso. Apoyó sus manos hacia atrás y dejó su peso reposado en sus brazos para mirar el inmenso y estrellado cielo, sentía el viento con el único ruido de algunos autos que aún trabajaban.¿Por qué tenía que seguir sufriendo el martirio de constantes pesadillas?
— ¿Eh?- su vista fue atraída por unos enmascarados que saltaban de techo en techo. Posó su mano encima de sus espadas pero no reaccionó simplemente se limitaba a ver, entrecerró sus párpados captando con atención el físico de cada uno. Había uno muy resaltante, contextura algo ancha y un pico que sobresalía de la máscara de trapo— Rinoceronte- ahora bajó su vista a las dos féminas, una más alta que la otra, se podía ver la cola de una que era muy esponjosa, por cierto y las orejas muy finas y detalladas de la otra — Gato...Zorro...- Por último, había uno algo curioso que antes de que pudiera adivinar su especie se quitó la máscara con algo de incomodidad.
— Kitsune esto es ridículo- sus orejitas se estiraron y las acaricio por el dolor que le causó esa cosa-
— Vamos Usagi, ¡Es genial!- dijo mientras se quitaba la máscara junto con los demás— ¿Acaso no lo crees Chizu?-
— Creo que Usagi tiene mi voto está vez— Esto causó cierto orgullo en el orejas largas—
— ¿Por qué? Yo creo que nos hacen ver realmente geniales—
— No, nos hacen ver cómo criminales, ¿Verdad Gen?— Gen asintió—
— ¡Ahg! Bien, ustedes ganan—
¿Acaso no lo eran? Leo sintió mucha curiosidad por ese grupo. Con cuidado se movió escondiéndose en la parte sobresaliente de la azotea, dónde estaba sentado hace un momento.
— De acuerdo, la información que tenemos es...— sacó una pequeña agenda de su bolsillo, hizo que se abriera para detenerla en una página específica— Estamos en al ciudad de Nueva York, hay vehículos motorizados muy peligrosos y criaturas altas que hablan solas por pequeñas cajitas, no son ningún tipo de animal... se llaman personas los que habitan este lugar —
— Estas personas realmente dan algo de miedo— agregó Kitsune—
— Lo curioso es que ni siquiera son Yokai, mi Yo-yo no reaccionó—
Leo parpadeó confundido un par de veces por no entender lo del Yo-yo.
— Debemos seguir investigado y encontrar al involucrado de todo esto para salir de este extraño lugar— sugirió Gen—
Las orejitas de Yuichi se levantaron, su vista se dirigió hacia atrás haciendo que Leo se agache asustado, ¿Acaso hizo ruido? ¡No! Solo observaba que rayos...
Volvió a mirar hacia el grupo que abruptamente desapareció. Alzó un poco su cabeza buscandolos con tal desespero en sus pupilas que no se percató quien estaba detrás de el mirándolo con el filo de su espada en su nuca. El deslizante rojo volteó golpeando su caparazón con el duro cemento— ¡Ah! ¡Qué tal!—
— Quién eres— Chizu mantenía su posición de seriedad mientras Kitsune trataba de verse ruda pero entre risas, quería darle ese toque de policía bueno y al malo—
— Chicas tranquilas es claro que es uno de los nuestros— Gen intentó calmar la situación— ¿No es así amigo?—
— Ah...—¿Qué se supone que deba decir?— sus ojos fueron directos para quedar admirando los de Yuichi, aquel conejo quien estaba entrecerrando los ojos para juzgarlo en silencio— Son muy bonitos...— salió de su boca sin pensar—
— ¿Eh?— se impresionaron los cuatro—
— No soy nadie por lo que tengan que preocuparse— desvió la espada con su dedo para dedicar una sonrisa— Soy Leonardo—
— Soy Kitsune, el grandote es Gen, esta es mi chica Chizu y Usagi—
— ¿Solo Usagi?— preguntó ofendido—
— Y este de aquí es el pequeño y tierno Spot—
— ¡Ñi!— chilla—
— Entonces Usagi...—pensó— ¿Ustedes no son de por aquí verdad?—
— ¿Cómo lo supiste?—
— Sus trajes son muy extravagantes—
— Oh...—
— Pero no se preocupen, porque mis hermanos y yo seremos sus guías sin fines de lucro—
— Por qué deberíamos confiar en ti— preguntó Usagi. El deslizante no sabía por qué le causaba un gran interés ese conejo. ¿Será por el color de su ropa? ¿Su mirada furiosa?... Es encantador, el estaría dispuesto a hacerlo enojar siempre con tal de verlo.
— Los llevaré con mi punto débil, si en caso los engaño en algo, sabrán a quien atacar—
Los ojos de los cuatro se encontraron.
— ¿Nos das un momento?—
Leo observó cómo se juntaron para poder hablar, en cierta forma veía a sus hermanos.
— Sigo sin confiar en la tortuga—
— Dijo que nos llevaría con su punto débil— habló Gen—
— Pero es un ninja... Sin ofender—
— No me ofendes— se quejó Chizu— Escuchen, es el único que se ve como nosotros en este lugar, si tengo que elegir con quién irme iría con el—
— Voto por eso, tiene azúl en su máscara el azul es un buen color —
— También iré con el, necesito ir al baño-
— ¡Ñi!—
Usagi bufó— Bien, pero si intenta algo, acabaré con el—
Equilibrio
ESTÁS LEYENDO
Equilibrio
Random¿Te imaginas el encontrarte con una persona que existe en tu universo pero es completamente distinta? Y esa distinción sea lo que te cautive porque lo hace único. Yuichi Usagi empieza a entender el amor que tendría final.