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La pequeña masa negra se retorcía en el suelo, con evidente dolor. Cada pocos segundos dejaba escapar leves gruñidos y su respiración era demasiado errática. El corazón de Anael se contraía mientras lo escuchaba y sin dudar más se acercó al pequeño animal.

Desde una distancia tan cercana pudo ver mejor sus heridas. Además de los cortes en la piel provocados por el cristal roto, había algunas partes de su cuerpo que carecían de pelaje, como si alguien deliberadamente le hubiera arrancado esas zonas de piel, dejando horribles huecos que no dejaban de sangrar.

El cuero cabelludo de Anael hormigueó cuando se dio cuenta de la naturaleza de las heridas. No podía creer que alguien fuera tan cruel como para lastimar a un animal tan pequeño de esa manera.

"¿Acaso no recuerdas el trato que tú recibiste?", se recriminó.

Anael se inclinó y extendió la mano para tocar al pequeño. Aunque al darse cuenta de que lo podría estresar más si se seguía acercando, quiso retirarse, no tuvo tiempo pues para su mala suerte, la masita abrió los ojos en ese momento. Anael estaba por alejar la mano cuando se detuvo, todo por ver unos raros y bellos ojos con matices anaranjados y rojizos, era como si estuvieran en llamas. Él se quedó en trance, casi hipnotizado.

Por su parte, el pequeño animal cuando vio la mano extendida de Anael, alzó su garra para rasguñarlo y bufó, irritado por su acercamiento. El dolor hizo reaccionar al chico. Miró al animal, que se parecía demasiado a un gato maine coon y casi creía que era uno hasta que vio toda la sangre morada en el suelo y la misma que aún emanaba de algunas heridas que se abrían mientras más se movía.

Anael retiró la mano lastimada e intentó calmarlo. No se molestó aunque el lugar que había sido arañado ardía y algunas gotas de sangre roja se asomaban.

Miró los ojos rojizos del gatito y vio el miedo que se escondía detrás de su actitud arrogante y temeraria.

—Vamos pequeño, no te haré daño —dijo con voz tranquila mientras alzaba ambas manos en señal de paz, aún cuando sabía que el pobre animal no podía entenderle...¿o tal vez si? Nunca había visto sangre morada así que desconocía cuan inteligente era el animal que la poseía. —Si me dejas cargarte, te llevaré con un veterinario, ¿vale?

En respuesta, todo lo que el gatito hizo fue bufar molesto y lanzar más rasguños al azar, solo que ahora mostraba los colmillos buscando morder algo.

Anael se dio cuenta de que el pequeño animal parecía no comprender lo que decía, así que no tuvo más remedio que alejarse un poco y encender la computadora de nuevo.

Sin dejar de mirar al gatito, buscó en la RED: [Animales con sangre morada]. 

Los resultados que obtuvo fueron [Las 10 bestias nocturnas más poderosas en Caelestis]; [Bestias nocturnas, clasificación y tipos]; [Diferencias entre Criaturas y Bestias]; [Bestias poderosas en Nihil...]; [5 cosas que no sabías sobre la Emp...]

—Vale...no eres un animal como los que conozco, sino una bestia nocturna —balbuceó el chico mientras miraba a la pequeña bestia. Y casi pudo jurar que el pequeño le puso los ojos en blanco, aunque fue tan fugaz que no estaba seguro de haber visto correctamente.

Mientras descartaba la idea, Anael encontró un pequeño foro dedicado a las bestias nocturnas y luego de un registro rápido, preguntó:

[Pastelito16: Hola, en la casa en la que vivo apareció una pequeña bestia herida. ¿Dónde puedo llevarla para curar sus heridas? (Por cierto, parece un gato maine coon y yo vivo en la Ciudad Imperial.)]

Tal vez era la hora tráfico en la plataforma o tal vez los miembros no tenían nada mejor que hacer, pero fuera cual fuese la razón, las respuestas no se hicieron esperar y obtuvo varias en menos de un minuto.

¡Resulta que soy el villano!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora