Capítulo 51. |Bienvenido a Italia.

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Leah.

La Toscana, Italia.

Cierro el libro que llevo leyendo estos cuatro días para intentar despejar mi mente y miro todo el paisaje que se me presenta al frente.

Mis tíos viven en una casa enorme al estilo campestre aquí en Italia. Sus paredes parecen hechas de piedra, y el terreno se expande realmente a muchos kilómetros teniendo una entrada como tipo hacienda. La naturaleza rodea toda la casa, y el aire fresco que aquí se respira era lo que yo necesitaba.

Me encuentro en un pequeño quiosco donde la vista al mar es espléndida, y unas ramas verdes cubren todo el techo de la arquitectura. Este era mi lugar favorito de la casa, y desde que llegué hace cinco días hoy exactamente, siempre vengo aquí a relajarme. He empezado a leer un buen libro, y me hace las tardes menos tediosas en cuanto a los pensamientos, los cuales logro apartar por poco tiempo. La realidad es que aunque extraño a mi familia y a mis amigos, Italia en estos pocos días me ha dado la tranquilidad que tanto mi hijo y yo anhelábamos.

Mi tía Tania y mi tío Louis han sido un completo amor conmigo y con Alexander desde que llegamos aquí, sintiéndome como en casa. Han sido muy comprensivos y les expliqué los detalles de mi estadía en el país, si me iban a tener en su casa por un tiempo, no podía darme el lujo de ocultarle las cosas. Lo primero que quise hacer fue hacerles saber que mi hijo tiene un padre que lo ama, y que no estoy huyendo porque él me haya abandonado con el embarazo ni mucho menos, ya que esa fue la primera reacción de mi tío y casi toma un vuelo a California para ponerlo en su lugar.

Les platiqué lo ocurrido y ellos aunque se enojaron, me apoyaron y me dijeron que había tomado la decisión correcta. En cuanto a Alexander, les han tomado un cariño enorme, y en lo largo de mi explicación les dije que era hermano de Aaron. Luego de allí surgieron todas las preguntas típicas y curiosas, pero Alexander fue amable en responderlas.

De mi familia sé muy poco estos días porque he intentado no tomar el celular, lo tengo apagado y así pretendo dejarlo un buen rato, no quiero distracciones ni dolores de cabeza. Así que las pocas veces que he hablado con mis padres estos días ha sido cuando mi tía Tania los llama, o cuando mamá o papá insisten más de la cuenta en saber de mí.

He estado trabajando en la academia desde aquí, pero las cosas más importantes las hace Hailey allá en la ciudad. Si que me he comunicado con ella y con Sally mediante video llamadas por el ordenador, y me han mantenido al tanto de todo lo relacionado con la academia, ya que les pedí que no me contaran nada más que no fuera de trabajo.

Y de él...pues no sé absolutamente nada y prefiero dejarlo así. Me duele, haberlo visto desnudo enredado con esa mustia me rompió en miles de pedazos, y si seguía en Beverly Hills terminaría en un manicomio por una alteración en el cerebro. Agradezco a Alexander que haya venido conmigo, ya que en el avión tuve un momento de sensibilidad y él estuvo ahí para mí, como lo ha estado aquí cada vez que me siento mal.

¿Quien iba a pensar que el hombre que no me caía bien en aquel entonces cuando intentaba salir con Lexie se iba a convertir en el mejor amigo que yo pudiera haber tenido?

Supongo que Aaron me ha llamado, me ha texteado y todo el asunto, pero no lo sabré porque no pienso encender ese celular por ahora. Me lo imagino volviéndose loco por saber donde estoy, pero las chicas hicieron un juramento de no contarle nada, porque mi plan es no regresar en mucho tiempo.

Al principio la idea era solo tardar varios meses hasta que me sintiera mejor, pero ahora, después de todo esto, mi estadía en Italia es indefinida. Planeo tener mi bebé aquí, y buscar la manera de colocar una cede de la academia por estos lados, pero eso tomará tiempo, así que no me apresuro en ello.

Mi Liberación #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora