A Killer Heart

14- ¿Por qué no me lo contaste?

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Fingir.

Investigar.

Matar.

Esos son los tres pasos que debo seguir al pie de la letra, según Luca. No sé si estoy lista para esto. Para convertirme en lo que me arrebató a mi madre.

Madre...

Desde que me metí en este lio, no he pensado en ella en lo absoluto. Ella seguro estaría decepcionada de mí, pero al menos tendría a alguien que me apoye en todo esto. Nunca pude ocultarle algo. Siempre que lo intentaba, lo descubría. Si tan solo estuviera aquí, todo sería más fácil y no estaría sola. No puedo contarle a Diana o a Randy. No puedo involucrarlos en esto y menos arriesgarme a que algo malo les suceda por querer protegerme.

—¿Emily? ¿estás acá? —la voz de Diana me saca de mi trance.

—Em, sí, ¿por?

—Porque... —ella no termina de hablar gracias a Randy que llega a sentarse con nosotras. Pero no viene solo, viene con... Luca. Están ¿riendo? Pero que carajos.

—Hola, chicas. Miren, traigo compañía. Nunca me dijiste que tu novio era tan gracioso, Em. —dice Randy mientras se sienta al lado de Diana y su acompañante a mi lado.

—Yo... —Luca me mira de reojo y por su mirada penetrante, sé que debo seguirle el juego—. Sí, es muy gracioso. Pensé que se los había contado. —me rio, nerviosa.

—Bueno, ¿de qué hablaban estas bellas damas? —mi "novio" pasa su brazo por mi nuca para dejarlo sobre mi hombro izquierdo, atrayéndome hacia él.

—Nada, solo le decía a Emily que en todo el día no ha dicho ni una sola palabra y ahora ni siquiera ha tocado tu plato de comida. ¡Y eso que es su favorita!

—Ay, amor, ¿esto es por tu pesadilla que tuviste hoy? ¿por tu madre?

¿Amor? ¿Quién se cree para llamarme así? ¿Y cómo sabe lo de mi madre? ¡Lo odio! Primero, se mete en mi vida y me arrastra a su mundo. ¿Y ahora osa a hablar de mi mamá? No puedo permitirlo, tengo que... No, no puedo decir nada. Capaz les hace algo. No puedo tomar ese riesgo tan grande. Debo seguir la mentira y mantener la fachada, es todo. No creo sea muy difícil. Solo hasta que vea que Itzel es buena y me castiguen por ello. Prefiero estar muerta que con este ser repugnante.

—¿Ha vuelto a tener esos sueños horribles? ¿Por qué no me lo contaste? —Diana me mira y cubre mi mano con la suya, dándome su apoyo. Mientras, Randy come y mira, sin meterse. Él es así, tranquilo y calmo, fuera de dramas y problemáticas.

—Sí, lo siento. No quería preocuparte. Pensé que ya se habían detenido, pero han regresado. La veo por todos lados, Di. Yo... tan solo no puedo. —lágrimas empiezan a brotar de mis ojos. Luca me abraza y yo no puedo moverlo, se rompería el engaño. Además, es la verdad. Si he tenido un sueño horrible esta mañana. Y el abrazo que me otorga es cálido, tanto como el que mi madre me daba todos los días—. Pero bueno, ya está, solo fue eso, una pesadilla. Ya debo superarla. Han pasado tres años. —me limpio la cara mojada con unas servilletas—. Sigamos comiendo.

Nadie chista y todos nos ponemos a almorzar. Un almuerzo tranquilo y sin preguntas incómodas de por medio, o bueno, eso creí, hasta que..., —Emily me ha contado mucho sobre ti, Diana. ¿Es cierto que estás en una relación? Itzel, ¿no?

—Emmm, sí. —ella se sonroja y baja la cabeza.

—¿Qué? ¿Cómo? ¿Desde hace cuánto?

—Una semana. Ella me lo propuso.

—¿Por qué no me lo contaste?

—Estuviste muy ida desde el aniversario de tu madre que no quería molestarte con algo mínimo. Recién estamos empezando.

—Diana, sos mi mejor amiga. Nunca me vas a molestar con tus cosas. Nunca dudes en contarme otra cosa, ¿okey? —le agarro la mano como ella había hecho momentos atrás.

—Te felicito, Diana. ¿Cuándo la ves de nuevo? —Luca pregunta otra vez. Será qué...

—Dentro de una semana. Ella ha estado ocupada con las clases de danza, la escuela y el trabajo. Ayuda a su padre en el negocio familiar. Ahí cerca de su casa. Y luego de verme, dijo que iba a irse de viaje con ellos para resolver un asunto. Y que me va a traer algo, más linda.

—¿En serio? —Luca me codea haciéndome saber lo que tanto temía: me está consiguiendo información—. Qué bueno, espero pueda desocuparse a tiempo. —Diana ríe nerviosa y asiente.

Luego de que todos terminamos de comer, nos dirigimos hacia nuestros respectivos salones, pero algo en mí surge y de la nada termino estando en el baño de mujeres con Luca. —¿Qué es lo que haces? ¿Involucrarte con mis amigos? ¿Y ahora tratando de sacar información? Te recuerdo que es mi misión, no la tuya.

—Solo quería hacértelo más fácil. A tu ritmo, no vas a llegar para dentro de dos semanas.

—Yo veré como lo soluciono, pero no quiero que te vuelvas a meter con ellos. Déjalos fuera de esto. —digo antes de salir del baño—. Ah, casi lo olvido. No soy tu novia, que te quede claro. —cierro fuerte y me voy.

Camino hacia el salón y en lo que resta del día, me quedo pensando sobre lo que Diana dijo sobre Itzel. Tal vez no sea lo correcto, pero tengo que hacerlo. Esta es mi nueva vida. Al menos por ahora. Voy a seguirla estos días. Tengo que aprovechar antes de que vaya a su viaje.

Sí.

Voy a poner en marcha mi idea.

Mi plan.