Odio y fuerza

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—pum—

-pum—

Podía escuchar fuertes zumbidos en mi cabeza, estos se empezaron a hacer más fuertes, sentí que mi cabeza iba a explotar, de un momento a otro empecé a abrir mis ojos lentamente y vi que estaba en una camilla y al lado mi madre.

Espera, que hago aquí?... mamá?

Pensé mientras miraba que tenía cables conectados a mi cuerpo y tenía vendada parte de mi cara.

Me senté en la camilla con dificultad y mire al rededor, estaba en problemas.

Una enfermera entró con algunas cosas, incluyendo un poco de fruta.

—Oh! Veo que ya despertaste, chico no sabes lo preocupada que tenías a tu madre, no vuelvas a hacer algo como esto,  piensa en cómo se sentirá ella— dijo algo enojada en su voz pero tranquila, esta se sentó a mi lado y empezó a checar mis brazos y observar mi estado.

—ya estás mejor, pero chico, casi quedas sin ojo, si no te hubieran traído rápido hubieras perdido un ojo—
Un ojo?!! Es Encerio gran grave fue lo que hice? Soy todo un idiota.

—llevas una semana aquí, por cierto en una hora de darán de alta, piensa en lo que hiciste, aquí hay algo de fruta para qué comas— dijo para marcharse y cerrar la puerta.

Mire a mi madre mientras pensaba e lo qué pasó
—Soy un horrible hijo, no te merezco—susurre con tristeza.

Mire cómo mi madre se movía, esta levanto la vista  y me abrazo sin pensarlo, la correspondí sin dudar

-MI BEBE!!!!!!!!—-dijo mientras soltaba enormes lágrimas

Hoy va a ser un largo día












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Cuando llegamos a casa fue un silencio incómodo, esta cocinó mi comida favorita, la comí con gusto pero no sabía igual, no sabía a nada
No comente nada y me fui a mi cuarto a dormir o a ver qué hacía

Llegue y empecé a ver mi habitación, al parecer quedó algo rara, tenía sangre seca en el piso no tenía ganas de hacer nada y me acosté a dormir

Y pensar que mañana sería el mismo infierno de siempre













Levante mis ojos con pesadez, no quería levantarme y ir a ese infierno, pero mi mamá sospecharía, así que me cambié lo más rápido que podía y aliste mi mochila voltee a ver el reloj para saber la hora.

Cuando vi la hora sentí que mi corazón iba a salir, era demasiado tarde.

Salí rápidamente de mi casa y empecé a correr sin parar, como si no hubiera un mañana.

Finalmente llegue agotado, sentí que no podía respirar, estaba lleno de sudor y mi cara estaba ardiendo, me senté en mi lugar rápido mientras llegaban mis demás compañeros, cuando entraron todos inicio la clase, después vi como me miraban con burla y curiosidad
Todos estaban viéndome.

Me sentía agobiado

Y el maestro no ayudaba mucho! Ya que siempre no hacía nada por las burlas, y solo se quedaba viendo todo el espectáculo .

Este empezó q dar la clase y yo rápidamente empecé a anotar lo que decía, aunque después de unos minutos deje de hacerlo y empecé a dibujar.

Una que otra vez me lanzaban bolas de papel, esto no me afectaba pero aveces empujaban mi escritorio con ligeras patadas.







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