Por causalidades de la vida al gran Dazai Osamu se le habia ocurrido la maravillosa idea de llegar temprano al trabajo, mas antes que cualquiera de sus compañeros, venia planeando esto con meticuloso cuidado. Su victima del dia seria nada mas y nada menos que su subordinado favorito.
El tigre de la agencia, Nakajima Atsushi.
Pese a ser una simple broma se había esmerado, en lo que cabe. La primera fase ya había sido cumplida, pues la noche anterior ceno con el albino en el departamento del respectivo, no seria sospechoso pues era algo que solían hacer en ciertas ocasiones y justo por eso le beneficio adquirir aquellos detalles del menor, útiles para la programación de su inofensiva broma.
Atsushi tenia la peculiaridad de colocar o mas bien abandonar su celular en la mesa y no volver a tomarlo hasta el dia siguiente, que es cuando le tocaba ir a la oficina, por lo que, sin que este se diera cuenta habia tomado su telefono. Cuando se percatara pensaría que lo habia dejado olvidado en la agencia.
Por lo tanto apareceria mucho mas temprano en la oficina que se supome debería de estar vacia a tales horas de la madrugada, claro que el albino no sabría que en realidad seria victima de la inofensiva broma de su superior.
Tenia aun algo de tiempo hasta que llegara Nakajima, por lo que aprovecharia para ubicar el celular en el escritorio de este y se esconderia debajo del mismo.
Cuando llegara y se acercara lo suficiente para tomar el movil, le agarraria la muñeca y saldria para asustarlo, era un plan infalible.
El tiempo lo sintio pasar tan lento que comenzo a aburrirse de esperar, cosa que lo lleva a casi abandonar la misión, hasta que de la nada, escucho una voz familiar acercarse.Instintivamente se oculto evitando ser visto, penso que seria rapido, mas no esperaba que el albino llegara acompañado de otra persona. Por su tono podia identificar que estaban comodos charlando, ni siquiera se acercaba a tomar el telefono pese a ya haberlo visto.
–Hablo enserió, Junichiro, eres muy apuesto —entre risas le decía a su amigo—. Tipo, luces increíblemente bien.
–Gracias, gracias —algo avergonzado, le sonreía en respuesta ante tales halagos—.
–De verdad, ¿por que sigues soltero? Necesitas novia, me sorprende que no tengas, literalmente eres uno de los chicos mas atractivos que he conocido —insistía, divertido y entretenido en la charla—.
—Gracias, entonces, ¿te gusto? —nervioso y confundido, le contesto—.
–¿Eh?—soltó Nakajima asombrado y confuso, conectando su mirada con la de su acompañante—.
–¿Ah?—dijo Dazai en voz baja sin ser realmente escuchado o visto—.
Tanizaki lo miro sonriendo mas confiado, dispuesto a eliminar la confusión del joven.
–Bueno, ya sabes, si dices todo eso de que soy uno de los chicos mas atractivos que conoces, ¿significa que quieres que estemos juntos?.
Nervioso el color se subio a su rostro, sin saber que decir desvío su vista hacia su escritorio, notando la seria e intimidante mirada del castaño que habia salido de su escondite segundos atras al escuchar tales palabras.
Algo en la mente del albino activo todas sus alarmas de peligro.