Valonqar | Aemond × Visenya

I: Nuevos dragones

Los muros de la fortaleza roja jamás estaban en completo silencio, fuese por el ejército de personal que tenía o bien por la cantidad de niños que la habitaban en ese momento. En un momento el rey Viserys notó lo grande que se había vuelto la mesa familiar, los siete lo habían bendecido con 5 nietos. Rhaenyra y su hermano llevaban casados 10 años y tenían a Visenya de 10 años, Jacaerys de 9, Viserys de 7, Alyssa de 5 y el bebé Lucerys que tenía 1 año.

Por su parte, sus hijos con Alicent también no dejaban de ser un número menor, Aegon ya tenia 17, Aemond pronto tendria 14, su hija Halaena ya había cumplido los 10 y el pequeño Baelon tenía 6. La mesa siempre era un caos, demasiados niños para un solo lugar. Parecía que había sido ayer cuando Rhaenyra recién tenía a Visenya, la princesa de cabello blanco como la nieve y de los ojos disparejos, tenía uno morado claro y el otro era de un celeste igual de claro que su otro ojo.

Visenya había crecido siendo una niña de mucho carácter, a sus dos años seguía a todas partes a Aemond, por lo que desde entonces siempre habían estado juntos. Viserys no podía estar más satisfecho de que los dos se llevaran bien, le preocupaba la naturaleza más bien retraída de Aemond comparada a su hijo Aegon, quien fácilmente se relacionaba con todas las personas y resultaba hasta disruptivo.

Su hijo menor se parecía bastante a él cuando era un niño, prefería pasar tardes completas leyendo larguísimos libros de historia, le encantaban las historias de caminantes blancos, leer sobre la llegada de los primeros hombres, la conquista de Westeros realizada por Aegon. Le contaba de estas historias a Visenya, quien ya conocía a todos en el castillo a sus cortos 5 años por lo curiosa y extrovertida que era. La niña se veía paseando por los pasillos, la cocina, los establos, la intrigaba mucho la cantidad de habitaciones que había en la fortaleza. Pronto, Aemond se vió sumado a las incursiones, no tanto por interés sino por preocupación.

Daemon por su parte observaba con preocupación ese lazo formado desde tan pequeños. Cuando Visenya ya tenía 5 y Aemond 8, eran una pareja inseparable. Donde estuviese Aemond, estaría Visenya y viceversa. Sabia que era cuestión de tiempo para que su niña se diera cuenta de que probablemente se sentía atraída por él, Aemond crecería al igual que ella y solo podía esperar que no fuese un imbécil. Por el momento podía vigilarlos a ambos pero sabía que en el futuro le tocaría pagar todo lo que había hecho con Rhaenyra.

Visenya acompañaba a Aemond a las prácticas con espada, había insistido hasta que su papá le había permitido ir. Viserys veía a sus hijos practicando desde un balcón, Daemon estaba a su lado vigilando también lo que pasaba. Estaban Aegon, Aemond, Visenya y Jacaerys. Su hija chocaba bastante con Aegon, a pesar de llevarse tantos años el chico la molestaba y su hija era tan explosiva como él. Suspiró viendo a Visenya comenzar a discutir con el chico porque había empujado a Aemond, él y Viserys veían fijamente lo que estaba pasando; Visenya había llamado idiota a Aegon, quien se había ofendido y se acercaba peligrosamente a ella como para empujarla. En eso se cruzó Aemond y puso a Visenya detrás de él.

-¡Deja de molestarla! si te acercas más te voy a golpear. -Lo amenazó el chico con su espada de madera en posición. Daemon se cruzo de brazos intrigado mientras Viserys se reía.

-Aemond saca personalidad cuando se trata de Visenya. Últimamente no le gusta que solo ella lo defienda.

-Es normal, ya tiene 13. Seguramente siente que él es quien debe protegerla, y no al revés. También he notado que pasa mas tiempo en el patio de entrenamiento -le respondió Daemon, quien habia dejado de observar cuando de pronto escuchó a los niños gritar. Se giró a notar que tanto su hija como su hijo Jacaerys gritaban en apoyo de Aemond, quien estaba peleando con Aegon.

Aegon había comenzado a molestar a Aemond con que le gustaba Visenya, y como todo niño de su edad se sintió avergonzado de que lo expusieran así. No había negado lo que dijo su hermano pero sostuvo con fuerza su espada de madera muy enojado.