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Jungkook creía que nunca antes había visto un día con tan buen tiempo como ese 14 de febrero, uno de los días más odiados por su futuro marido, y le dio las gracias a la luna por permitir que algo saliera bien ese día.

Nochu había decidido que era el día perfecto para entrar en celo después de un mes retrasándolo debido a la recuperación de Jimin. Y había confirmado sus sospechas de que Mochi había tenido la misma idea y Jimin también había entrado en celo esa misma mañana.

Por lo que ahora a punto de caminar hacia el altar, cogido del brazo de su madre y hasta arriba de supresores para que Nochu no hiciera de las suyas en toda la boda.

-¿Nervioso, hijo? -preguntó su madre, haciendo que Jungkook asintiera.- Todo irá bien, mi cachorro. Has tomado los supresores, no tiene por qué pasar nada.

-Lo sé, pero tengo miedo igualmente. ¿Y si me quedo en blanco en el altar y se me olvidan los votos?

-No tardaste ni una hora en escribirlos, hay gente que tarda días. -dijo su madre.- ¿Tu hermano no tardó una semana?

-Fui yo quien escribió sus votos, mamá. -confesó Jungkook.- En serio, ¿y si algo sale mal?

-¿Además de haber entrado en celo el día de tu boda, cachorro? -bromeó la señora Jeon para calmar el ambiente.- Yo creo que, si superas la ceremonia, ya habrás ganado esa batalla interna que tienes ahora mismo y todo saldrá bien.

-Será una historia bonita y divertida para contarle a nuestros hijos cuando se hagan mayores, eso es cierto. -rio Jungkook, antes de recibir un mensaje.- Taehyung y Seokjin han llegado con las niñas, es nuestra señal para ir.

-Déjame que te vea, mi pequeño. -dijo la señora Jeon, examinando de arriba a abajo a su hijo.

Jungkook llevaba un traje negro completamente nuevo y una corbata del mismo color, haciendo que la camisa blanca sobresaltara bastante. La melena negra del alfa caía sobre sus hombros, dejando su cara al descubierto, al igual que los diversos pendientes y piercings que tenía.

-Jungkook, te podías haber quitado los piercings. Es tu boda.

-Iba a hacerlo, pero Jimin casi me mata cuando se lo dije antes de irme a casa. -rio Jungkook, haciendo que su madre sonriera.- Y no me convenía enfadar a Jimin sabiendo que no le hace ninguna gracia que nos casemos en San Valentín.

-En eso tienes razón. -dijo su madre, mientras se cogía a su brazo.- Vamos, Jungkookie. Ahora sí que es la hora.

Madre e hijo caminaron hacia donde estaba el pequeño altar con toda su familia e invitados. A Jungkook y a Jimin les costó muchísimo mantenerlo en secreto para periodistas y fans de ambos, dando un comunicado oficial con una fecha y una dirección falsas que todo el mundo se creyó.

Aunque, solo por si acaso, Jungkook tomó precauciones. A cambio de una invitación a la boda, habló con el alcalde de Busan y logró cerrar una pequeña cala de la playa para poder realizar la boda, con la excusa de que había que limpiarla aprovechando que era invierno.

Pero todo eso ya había quedado atrás y Jimin y Jungkook estaban a punto de casarse en una ceremonia íntima con sus amigos y familiares: antiguos compañeros de la academia en la que trabajaba Jimin antes de conocerle, trabajadores de la empresa y unos pocos conocidos en común de sus madres.

-Estás precioso, mi conejito. -dijo la señora Jeon, cuando ya habían llegado al altar.- Te he visto convertirte en un hombre y en el padre de dos de mis nietos, pero nunca pensé que te vería uniendo una vez más el resto de tu vida a la vida de Jimin. Estoy muy orgullosa, Jungkook, siempre te lo he dicho y siempre te lo diré.

Got my Valentine [Kookmin Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora