-"¿Hablas en serio? ¿Demonios?"
-"¿No los estarás confundiendo con un Quirk? ¡Los demonios no existen! Solo son cuentos fantásticos de hace muchos años. ¿Cómo podríamos creerte?"
-"¿De verdad... Quieren verlo?"
_____________________________
A ést...
Tomé unos cuantos frascos con químicos de los cuales había recolectado, los guardé en una pequeña bolsa que tenía conmigo.
Me encaminé a mi casa, no sin antes pasar a comprar algo más de sangre.
Nunca es suficiente, menos con otra persona además de mi a partir de ahora. Miré mi cartera —No me pagan lo suficiente — Dije en un suspiro al ver mi cartera casi vacía.
Seguí finalmente mi camino a mi departamento.
Al llegar, entré, dejé las llaves en su sitio al igual que mi abrigo, era febrero así que aun hacía algo de frío. Escuché el ruido del metal chocar con el suelo, proveniente de la cocina.
—Veo que ya despertaste, es un alivio. —Caminé hasta encontrarme en el marco de la puerta, viendo el pequeño desastre que había causado y al peliverdoso —Pero no te salvé para que destruyas mi departamento, ¿Sabes?
—Deja de fanfarronear, Yoshida, sabes bien que también te eh salvado en el pasado. –Miré con una genuina sonrisa, una con un pequeño sentimiento de nostalgia a la vez que me acercaba para ayudarlo.
–También te extrañé, Yushiro — Pasé mi mano en su cintura y su mano por mis hombros, a la vez que veía una pequeña sonrisa que intentó vanamente ocultar volteando la cabeza. —. Salí a comprar y trabajar, así que no estuve contigo un par de horas, ¿Cuándo despertaste?
—Hace unos minutos, de hecho, aún me siento algo mareado. —Lo ayudé a sentarse en uno de los sillones, colocando él su mano en su frente a la vez que apoyaba el codo en su pierna. Recargándose
—Debilidad, ¿Hace cuánto qué no comes? Los demonios también tienen que comer o pue-
—Ya lo sé Yoshida, qué no se te olvide que junto con la señorita Tamayo estudiábamos esto. —Dijo con un pequeño tono nostálgico, quizá tristeza también. Contagiando me en el proceso.
—Me ofendes, por supuesto que no podría olvidar eso, solo te lo recordaba, por que claro, ya estás un poco viejo -—Finalicé mi pequeño jugueteo con una risa y yendo hacia las cosas que había traído. Tomé una qué otra bolsa con sangre y se la extendí, me miró dudoso, pero aún así la tomó. Me giré para darle privacidad —No te asustes, la compré anónima mente a gente pobre, de la calle. Lo aprendí de ustedes.
Me di vuelta una vez escuché que había terminado, vi discretamente la mesa, había comido 3 bolsas enteras. Aparté los pensamientos tristes de mi mente con un pequeño agitamiento de cabeza. Y antes de que pudiera articular mi primera pregunta, el habló, casi como si leyera mi mente.
—Después de aquella pelea final contra Muzan, me alejé y viví exiliado de la sociedad, en las montañas, pero con el pasar del tiempo, encontré este pedazo de tela, es.. -
—Es del mismo diseño y patrón que me hacía la señorita Kanroji... —Lo tomé delicadamente entre mis manos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
