el medico a palos

sentencia a BARTOLO

LUCAS: ¡por fin! Hoy es el día en donde nos libremos de una vez por todas de este farsante y de su esposa

GINÉS: bueno pero la esposa ¿qué culpa tiene?

BARTOLO: a ver a ver, que les parece si nos sentamos a tomar el Té y discutimos sobre esto que ya me tiene hasta acá

MARTINA: me parece perfecto, pondré el agua a calentar y así me explican mejor, a qué va eso de la horcada hacia mi marido

LUCAS: No no no, que es esa tontería de que nos sentemos a dialogar con este charlatán que todo este tiempo ha estado causando problemas por todos lados, así que en este preciso momento iré a contárselo todo al Don Andrés y se encargué de que paguen por lo que hicieron. Ya verán

D. JERÓNIMO: no te preocupes mi Lucas, para ello ya he enviado una carta a Miraflores, de esta manera en la noche vendrá la justicia y cargará con ambos

MARTINA: (dirigiéndose a BARTOLO) ¿me puedes explicar que está pasando cariño? Que ha hecho para que todas estas personas se expresen así de ti

BARTOLO: lo único que he hecho mal ha sido ayudar a esta bola de malagradecidos, les he compartido hasta de mi sabiduría, pero dejad que sigan hablando e inculpándome, ya me utilizarán en algún momento y ni si quiera caso haré

LUCAS: ¿ayudado a qué?, dando consultas estúpidas solamente, a esa niña jamás le aliviaste ni tantito y vienes diciendo que te agradezcamos, por favor pero que sínico

MARTINA: ¿consultas?, ¿Qué consultas?

D. JERÓNIMO: de médico señora por dios, su esposa nos engañó haciéndonos creer que es doctor, le creí, confié en él, presentándole a mi niña y jamás la ayudó

MARTINA: ¿Eso es cierto Bartolo?

BARTOLO: no les creas ni tantito amor, todo es un mal entendido, y sabes que vamos a casa, allá te contaré todo

LUCAS: bueno Bartolito, que disfrutes el mucho o poco tiempo que te queda, nos vemos mañana ¡ja ja ja!

...Asimismo en casa de BARTOLO Y MARTINA...

MARTINA: ahora si necesito que me cuentes todo

BARTOLO: y lo haré cariño. Yo jamás me hice pasar por nadie, y se los dije pero sentí mucha presión de ellos por titularme como médico, pues así es como lo aseguraban.

Una vez que me decidí a decirlo, me tiraron de un loco obligándome a ir para casa del viejo Jerónimo, donde tuve la impresión por primera vez de aquella niña de la que hablaron. Nunca pero nunca le haría nada malo pues mi intención dentro de mí fueron siempre las ganas de ayudar a salir adelante

MARTINA: y me parece excelente eso que dices de ayudar, pero jamás lo harías haciéndote pasar por doctor. Tú no sabes nada de eso solo eres un carpintero cariño, por favor, que paso por tu mente ilusionar a las personas

BARTOLO: Yo sé yo sé que me comporte como un monstruo, y en realidad, créeme que lo siento, lo siento tanto por ese anciano y su niña, que si pudiera reparar el daño lo haría sin pensarlo, pero no sé como

MARTINA: Escúchame bien Bartolo, mañana a primera hora del día iremos a casa de ese tal Jerónimo y te disculparas con él y con la niña, no quiero que te pase nada cariño, tengo mucho miedo.

BARTOLO: pase lo que pase, no dejaré que te hagan nada.

...Al otro día en casa de D. JERÓNIMO...

BARTOLO: ¡Jerónimo, Jerónimo!, vengo a ofrecerle disculpas, en verdad lo siento mucho por lo sucedido todo este tiempo que llevo conociéndolo, pero déjeme explicarle...

D. JERÓNIMO: ¿explicar qué?, que no vez lo duro y tan delicado que es tener a mi niña enferma, como para encima de todo, tener que soportarte a ti con tus mentiras

MARTINA: ¿puede mostrarme a su niña?, por favor desde lo más profundo de mi corazón señor, queremos ayudarle y de ser posible que usted pueda perdonar a mi esposo por lo que hizo

D.JERÓNIMO: pasen, créanme que ya no tengo fuerzas ni para defender a mi niña, confío en usted señorita

Cuando MARTINA conoció a paulita (la hija de JERÓNIMO), quedo encantada con lo preciosa que era, le enseño a leer y a escribir al poco tiempo de conocerla. Nadie se imaginaria que la primera palabra de la niña fue la de decirle "mamá" a MARTINA. Al año D. JERONIMO murió, pero no dejo desamparada a paulita, ya que se la encargo a MARTINA Y BARTOLO, pues el sabía que sería muy feliz con ellos

BARTOLO fue perdonado de ser linchado y al poco tiempo se ganó el respeto de la gente, pues también ingresó a la facultad de medicina, donde estudiaría por varios años para convertirse en un médico de verdad y no solamente a palos.