Pasaron diez meses desde que somos campeones del mundo con la selección Argentina
Hace diez meses que mi relación con varios compañeros cambiaron para mejor pero sobre todo con uno muy especial
Estábamos en Italia, vine a verlo, su mujer no estaba y sus hijos menos
-Salgamos, quiero que conozcas un lugar hermoso- me dice emocionado, asiento y salimos de su casa, eran las dos de la mañana, subimos al auto y arranca.
Destino: no lo sé
El trayecto a este lugar fué media hora como mucho, pero a cada segundo que pasaba, el lugar se hacía más boscoso
-Me pensas matar acaso ?- pregunto riendo mientras veo la zona, molesté y reí con Lea, me quedé anonado cuando llegamos, era la cascada más linda que vi en toda mi vida, a pesar de que era de madrugada se la podía apreciar tal cual es
-Es hermoso este lugar Lean- le dije abrazandolo
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-Sabia que te iba a gustar- me dice y río, me meto al agua pero primero me saco la mayoría de la ropa para adentrarme al agua, estábamos en pleno verano, mucho calor
-Dalee, veni conmigo- digo riendo como un nene, el agua está súper cálida.
Lo veía sacarse la ropa para meterse, luego llega a mi y lo beso
-Gracias por traerme- digo- nadie viene para aquí?- le pregunto y niega
-No les parece a casi nadie de aquí hermoso este lugar- dice y lo miro sorprendido- así que estamos solos y tranquilos- me dice en el oído
-Pero están locos- digo sincero- si es el lugar más lindo que vi hasta ahora
-Sos hermoso Enzo- me dice mirándome fijo, paso mis manos a su cuello para agarrarme bien
-Si? Porque vos estás re bueno- le digo rozando nuestros labios
-Puede sonar medio loco pero quisiera hacerte el amor aqui-me dice ronco apretandome la cintura, marcas que mañana se harán visible en mi piel, veo el deseo, la lujuria en sus ojos
-Nadie te lo impide- dije con la excitación al tope
Esas palabras fueron suficientes para que me pegue a el, mis manos hicieron un recorrido en su cuerpo y se detuvieron en el borde de la única prenda que teníamos puesta
...
Sentia como de a poco iba ingresando en mi, mordi mi labio para reprimir mis gemidos, mis manos envolvían su cuello y mis piernas su cadera, podía sentir sus manos abrazar mi cintura y recorrer todo mi cuerpo, mi cuerpo ardía a pesar de estar en el agua, sentía que cada caricia que me daba me llevaba a un extremo, su respiración pesada me hacía saber que él también estaba disfrutando tanto como yo, el vaivén de nuestros cuerpos empezaron de una forma lenta que con el pasar de los minutos recobró fuerza y certeza, llevándome a un extremo que desconocía, mi cuerpo estaba muy sensible a cada toque de Leandro, suspiros, jadeos, gemidos era lo que había entre nosotros dos, sus besos quemaban cada parte que recorrían. El agua está tan cálida que lograba relajarnos y la piel se volvía más sensible, la luz de la luna era lo único que nos iluminaba
...
En un momento sentía como Leandro aumentó las embestidas y sin darnos tiempo a nada, llegó a su ansiado clímax, mi boca automáticamente sin querer mordió su hombro ante el placer llevándome a llegar a mi clímax, mis piernas estaban como gelatina y él lo sabía
-Te amo- le dije por primera vez a Leandro, vi sorpresa en su rostro, me besó y sonreímos
-Te amo tanto Enzo- dijo y uní nuestras frentes
...
No sabía la hora pero estábamos regresando a su casa, me acomodé bien en el asiento para descansar hasta que lleguemos.
....
-Me sentí tan bien- dije sincero cuando los brazos de Leandro me envolvieron en la cama
-Te amo- me dijo en el oído, esa palabra jamás me cansaré de escuchar
-Yo también- dije sincero, sentía esa sensación cálida en mi pecho, se sentía bien saber que te quieren, y saber que también compartes esa sensación.
