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HOLAAAA LLEGUE AQUIII YOOO...LOS VEO ABAJO, NO OLVIDEN VOTAR.

Amelia.

Termino mis clases y me encamino al área donde están los niños, por lo general allí se quedan niños de chicas que estudian aquí mismo, claro que hay como una profesora que los cuida y le enseña cosas a los niños, no se paga nada de esa mini escuela se podría decirle así ya que el gobierno la paga.

Veo a Sebas y le hago de la mano para que salga, el me saluda y le indica a su maestra que ya he llegado, cuando lo traje por primera vez todo el mundo se impresiono y pensaba que era mi hijo ya que nunca me habían visto con pancita o porque nunca me vieron con un niño.

-Holaaaaa amiga-me saluda con un beso y un abrazo.

-Hola amor ¿Cómo estás? -pregunto tomando su maleta, tenemos que ir a casa de su tía ya que en unas horas termina el juicio donde se va a determinar quien se quedará con la completa custodia del niño y anhelo que sea Daniel.

Me llamaron hace una semana para tomar mi declaración, así mismo citaron a personas que han sido testigos de la despreocupación de Nathalie hacia el niño.

-Muy bien, mira hicimos esta manualidad en forma de corazón...te lo regalo-mi corazón se emociona y lo abrazo fuerte.

-Gracias mi vida, ahora vamos a casa de la tía Camile-el asiente y me va contando su día, el tío Andrew lo trajo a mi universidad pero como tenía que tomar clases extras no hubo ningún problema por ambas partes de que él se quedé allí.

Estas 3 semanas han sido un poco tranquilas, Alex sigue jodiéndome pero como a veces me ve acompañada ya sea por mi mejor amigo o mi pareja se aplaca y no me fastidia la vida.

Llegamos a la zona de parqueaderos y abro la puerta trasera, estoy por decirle a Sebastián que se suba cuando veo una mano jalarle el cabello, el grita y de inmediato llego hasta Alex y le doy un puñete en la nariz que lo hace ir para atrás, Sebastián corre a mis brazos y lo pongo por detrás de mi.

-¡¿Qué MIERDA TE PASA?!-escupo al verlo cara a cara.

-¡Ese niño no es tuyo! Es el bastardo de tu noviecito-me grita y Sebas tiembla detrás de mí-¿eso querías ser mamá? ¡yo pude haberte follado duro y preñarte! -mi furia crece.

-¡PREÑADA HABRÁ QUEDADO TU MADRE DE TI! ¡Eres un animal! Con el niño no te metas-amenazo y él se ríe.

-¿Y que me vas hacer?  Porque te veo indefensa-me está colmando la paciencia-eres una perra que te fuiste con el primero que te calentó el oído-intenta tocarme, pero con un manotón se aleja-conmigo lo pudiste tener todo.

-No necesito de un hombre para tenerlo todo, tengo mi propio dinero y me doy mis propios gustos si de eso hablas, si hablas de Daniel déjame decirte que el es más hombre que tú y te lo digo en doble sentido...contigo ni siquiera tuve un maldito orgasmo-está por alzarme la mano, pero la tomo en el aire.

Lo miro sin poder creer de lo que es capaz de hacer.

Cuantos años a la basura con este tipo.

-A la final terminaste siendo igual o peor que los demás...no me sorprende nada que tu madre haya dejado a tu padre por ser un imbécil-se lo restriego-porque si, me entere que tu padre la golpeaba hasta que se cansó tu madre y me siento orgullosa de ella -él se sorprende, aun tengo comunicación con su hermana.

Ella si conoce al tipo que tiene como hermano.

-Déjame en paz a mi y al niño, porque no creo que a la empresa familiar tuya le guste ver una denuncia en tu contra- advierto y el sonríe.

El doctor imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora