Primeras veces

Nuevo es la mejor palabra para describirlo.

Cuando planeas tu "primera vez" es vergonzoso, una frase tan ambigua puede llenar de pudor a dos jóvenes que tomarán una decisión importante en sus vidas.

Algunos tienen su primera vez en fiestas, alcoholizados y dejándose llevar por el calor del momento. Otros lo conversan, y piensan "¿Cómo mierda haremos?"

La situación simplemente se da.

Y la compra del condón definitivamente era la peor etapa.

Nuestros protagonistas son la segunda opción. Charlaron con nervios a flor de piel sobre cómo se dará ese hecho. Los dos estaban frustrados, ansiosos y, extrañamente felices. Ellos no eran una pareja convencional, claro que no. Y sólo con llegar a la puerta de la farmacia sintieron que el alma se les iba.

¿Qué tal difícil era comprar un preservativo?

-Vamos, Dazai. Tú perdiste en el piedra, papel o tijera, tienes que hacerlo.

Chūya no la estaba pasando mejor, conteniendo un sonrojo abrumador alentó a su pareja a entrar.

-¡Pero Chūya!

-¿Quieres hacerlo o no? Ese fue el trato.

-Claro que quiero, ya hemos hablando de esto. Pero sería considerado de tu parte entrar conmigo.- Osamu se sentía patético, era como pedirle a su padre que le acompañara a comprar dulces.

-Ni loco. Además ese no fue el acuerdo, si hubieras ganado tú, no me acompañarías.

Buen punto. Ambos eran jóvenes estudiantes de apenas 17 años, que encontraron a la persona con la cual querían todas sus primeras veces, bastante lindo, sí. Pero eso conllevaba a ciertas situaciones un poco bochornosas. Como por ejemplo, esta.

-Chūya...

-Dazai.

Ambos se miraron, los nervios los carcomian, no tenían porque estar así, pero lo estaban. Era absolutamente normal tener sexo y comprar un jodido condón. Realmente era gracioso y nefasto que todavía cierta gente lo tratara como un tema tabú. Ellos habían investigado como se usa, si estaba pinchado o no, cómo tenían que comprobarlo, etc. Aun qué igualmente era nuevo, estaban descubriendo nuevas cosas y nuevas zonas.

Dazai quería que su amado novio entrara por él, pero Chūya tendría que estar bajo control mental para hacer tal acto. Porque el pelirrojo era el más penoso de los dos, Dazai, por el contrario siempre fue muy atrevido, su personalidad ya es así. Pero para ambos era una nueva experiencia, su primera.

-Bien, iré. Recuérdame cómo el hombre valiente que fui, Chūya.- se despidió con un tono dramático.

-No te vas a la guerra...- habló hastiado pero divertido. Una pequeña sonrisa se asomó al final de la oración.