Esto es un adiós

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El chillido de la puerta inundó toda la habitación, el cuarto era silencio y por poco sería también vacío de no ser por la demacrada figura que se encontraba sentada a un metro de la ventana del desolado cuarto.

Para ser más precisos, era una chica, y de no ser por su cabellera larga y frágil voz no se distinguiría por los vendajes que cubrían su rostro, a excepción de la nariz y boca.

"Oh Erick ¿Eres tú? ¿Cuándo fue la última vez que me visitaste?" preguntó con su melodiosa voz que ante el más mínimo de atención se podía distinguir su melancólico oir.

"Oh ya veo, no soy digna de tu voz" suspiro.

"Ven ... acercate, dejame sentirte" No hubo respuesta alguna por ni uno de los dos durante varios segundos, pero aquel chico rubio comenzó a acercarse

Las delgadas manos de la joven comenzaron a alborotar y apreciar detalladamente su cabello.

"Tu cabello ha crecido, no lo puedo creer, hace poco no eran más que pesadillas" dijo, su voz comenzó a agrietarse.

"Poco no son 15 años" rechino la voz del chico, su voz aún más gruesa pero suave.

"Veo que si te acuerdas, yo también lo recuerdo. Si tan solo no estuviera así estaría junto a ti en todo momento" su pequeña mano posó sobre la suave mejilla del chico, pero este la detuvo agarrando su muñeca con la pizca de amabilidad que le sobraba.

"Amelia, hoy será la última vez que te visite" dijo, él hablaba en serio.

"Entonces, ¿yo te tendré que visitar? No deberías hacerle eso a una dama Erick, ¿acaso no ves mi lamentable estado?" respondió ella con una sonrisa en su delicado rostro anémico.

"Habló enserio Amelia, tu condición física ya no es mi maldita responsabilidad. Seré un idiota pero no caere en el mismo truco dos veces, levantaté" exigió.

Erick agarró el dorso de la mano de la joven abruptamente para intentar levantarla, pero solo obtuvo forcejeos de esta para que deje de agarrar dolorosamente su muñeca.

"Aaarg-h detente por favor, me haces daño" suplicó mientras la humedad de sus vendas en los ojos se hacía presente.

Los forcejeos se detuvieron cuando él la soltó

"No seguiré desperdiciando mi tiempo en este lugar" dijo y con ello los pasos del chico se dirigieron a la puerta, pero repentinamente un ruido sordo se hizo resonar.

Aquella frágil mujer ahora yacía tirada en el suelo, arrastrándose mientras se aferraba a Erick con sus débiles brazos entrelazados en su pierna mientras sollozaba.

"No me abandones" insistió repetidamente, Erick no pudo dejar de mirar atónito como lentamente sus vendajes comenzaron a tornarse un color escarlata así como la habitación se iba helando repentinamente unos pasos se comenzaron a oir a la lejanía.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2023 ⏰

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