Me desperté y estaba sin camisa, sin zapatos y sobre mi cintura había una pierna... Era la pierna de Lee Know.
Dí la vuelta para quedar cara a cara con Minho, hasta durmiendo seguia teniendo ese aspecto rudo y fuerte.
Me siento un poco mejor, mis ojos ya no me arden tanto, los golpes siguen doliendo pero ya no tanto. Siento que debo pensar bien lo que tengo que hacer, no tengo la menor idea de qué debo hacer.
Lo más seguro es que cuando regrese a la casa todo esté como si nada hubiera ocurrido, siempre pasa eso.
Lo malo es que ya me cansé de este círculo vicioso. Papá nos daña, mamá me daña y luego están como si nada. Ellos no van a cambiar... No creo que mamá vaya a cambiar.
Si voy a la casa sé que esto volverá a pasar, si no regreso papá me buscará por cielo y tierra y cuando me encuentre me va a ir mal, si regreso y intento cambiar las cosas solo será como si hablase con la pared, ellos nunca me escucharan.
No tomaré una decisión hasta el final del día... Tendré que contarle a Minho lo que sucedió, me da sentimiento tener que contarle todo. Cuando vió las marcas de las patadas lo ví muy afectado. Creo que Minho es la primera persona que veo que se preocupa por mí.
No he visto mi celular desde que salí de la casa, no sé dónde están mis cosas.
Mis manos se paseaban por el rostro de Minho, mi dedo índice comenzó a deslizarse por el puente de su nariz para luego justo donde su linda y respingada nariz terminaba dar un pequeño toquecito.
Esta mañana antes de que todo ocurriera me sentía tan nervioso, creí que todo iba a ser diferente. Creí que al fin iba a lograr ser el protagonista de esas escenas algo cursis y tontas que siempre veo en la televisión o que siempre encuentro en esos libros de romance que tanto me gustan.
Creí que iba a poder vivir una experiencia que muchos a mi edad ya han vivido muchas veces. Me causa dolor saber que mi corazón tendrá muchas heridas abiertas todo el tiempo que este se mantenga palpitando.
Tengo 18 años y no he vivido nada. Toda mi adolescencia se convirtió en una etapa oscura y gris... Nunca volveré a ser un adolescente otra vez, nunca volveré a ser un niño. Este año me graduo y luego viene la vida adulta, ir a la universidad y trabajar. Nunca recuperaré lo que se me fue arrebatado porque el tiempo y la edad no se regresa.
Veo a los chicos de mi edad y siento vergüenza de mi mismo. Ellos se ven tan maduros, se ve que han vivido su adolescencia como es debido y yo... Parezco un chico de 13 años inexperto en todo.
Me molesta en gran manera cuando escucho a gente adulta decir “estas en la mejor etapa de tu vida, disfruta, sal, haz amigos, diviértete, comete errores ahora que no tendrás consecuencias” me dan ganas de responderles con un cierra la boca no sabes nada sobre mi.
Me duele no haber podido vivir, me duele no haber podido disfrutar, me duele que en la escuela mis compañeros se burlen de mi porque según ellos tengo mente de niño de 13 años, me duele ver a niños menores que yo haciendo cosas que yo también debí de haber hecho... También me duele que me hayan privado de todas esas cosas, siento que no es justo.
Mi personalidad se creó en base a las prohibiciones de mis padres. ¿No me permitían ir a fiestas? No me gustan las fiestas. ¿No me dejan tener amigos que no sean aprobados por ellos? Me volví una persona solitaria y dependiente. ¿No me dejan usar redes sociales? Me vuelvo hater de las redes sociales, y así con muchas cosas más. Siempre como que traté de hacer que las cosas que ellos me prohibían no me gustaran para evitarme problemas futuros.
Esto de vivir en un constante miedo de que cualquier cosa puede ser una razón para estar castigado por meses o que te golpeen es muy difícil.
Mis padres hace como 2 años atrás dejaron de presionarme por mis calificaciones, pero yo ya sé que si llego a bajar mi promedio ellos me van a pelear y a reclamar por eso.
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¿Qué nos sucedió?
Teen FictionHan Jisung es un chico común, así como tú y yo. Han tiene problemas familiares y sufre de miedo al abandono. Un día ve a Minho en su escuela y se comienza a enamorar de él. Vive todos los días con miedo a que Minho se vaya. Veremos los obstáculos qu...