Capítulo 11: Martes, 24 de febrero...

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Era un día algo nublado y ya había comenzado a llover y se podía escuchar como el agua golpeaba contra los cristales de la mansión Vongola. En esos instantes, en cierta habitación un joven rubio de cabellos alborotados se removía de su cama negándose a querer despertar, ya que la noche anterior se había desvelado.

En eso escuchaba como alguien tocaba a su puerta, pero este prefirió ignorarlo buscando tapar su rostro con sus sabanas, pero de un momento a otro se escucho como azotaban la puerta de su habitación.

- Maldición, Giotto deja de hacerte al interesante y levántate de una maldita vez – escucho que alguien le gritaba al mismo tiempo que de un jalón lo destapaban.

- ... - ante el llamado, el joven rubio solo miro con el ceño a la persona que le había despertado de esa forma tan amorosa... se trataba de su mejor amigo de la infancia y actual mano derecha G, un joven de tes clara, cabello rojo, ojos de color rosa... aunque este siempre afirmaba que era rojo..., poseía un curioso tatuaje que cubría la parte derecha de su rostro, era alto y ligeramente fornido; en esos instantes llevaba puesta una camisa negra con pantalones blancos y zapatos negros.

- ¿De nuevo te desvelaste? -siguió hablando su amigo mientras caminaba para abrir de golpe las cortinas para iluminar la habitación, la cual se notaba algo oscura.

- Si mamá y prometo no volver a hacerlo – contesto divertido el rubio, pero ante eso recibió un golpe en la cabeza como respuesta a su pequeña broma – itte... y ahora ¿porque me tratas tan amorosamente? – se quejó.

- Quieres dejarte de tus payasadas Giotto o es que acaso olvidaste lo de hoy – le reclamo G.

- No lo he olvidado... - dijo algo apenado – se lo que está en juego en esta reunión...

- Entonces...

- Es que... - ante eso el rubio solo atino a sonrojarse mientras desviaba la mirada provocando que eso solo aumentara el enojo de cierto pelirrojo.

- Otra vez perdías el tiempo pensando en otra forma de acosar a Alaude – le pregunto mientras levantaba una ceja y notaba que eso solo hacía que su amigo se sonrojara más – sabes ya fastidia verlos así, solo decláratele y punto.

- ¡Que! estás loco – comento asustado Giotto – no... no puedo hacer eso y ya... es decir... es Alaude y ... y...

- Ah... - ante eso G solo dejo escapar un suspiro y miraba con algo de pena a su mejor amigo – Giotto tu solo te complicas, además estás haciendo una tormenta en un vaso de agua.

- ¿Ah? ¿porque lo dices?

- Eso lo sabrías si no fueras tan lento – le dijo con burla, ya que era algo obvio para casi todos que ese par se moría por el otro, pero la personalidad insegura e infantil de Giotto y la orgullosa y reservada de Alaude les impedía dar el siguiente paso.

- G, tu sabes algo ¡dímelo! – rogo el rubio.

- Yo no sé nada, ahora cámbiate y baja a desayunar, que estamos esperándote – le ordeno el pelirrojo mientras salía de la habitación y cerraba la puerta detrás de él.

Ante eso Giotto simplemente se levantó de la cama mal humorado, definitivamente G le estaba escondiendo algo... tal vez luego lo molestaría hasta que se lo diga, pero por ahora se concentró en apurarse para arreglarse y bajar a desayunar, ya que dejarles a solas en el comedor era una pésima idea... no quería más papeleo del que ya tenía.

Al terminar de arreglarse de dirigió al comedor escuchando para su horror que dentro de este se estaba llevando una batalla campal ya que al llegar a la puerta escucho como se rompían varios platos y los gritos de sus amigos, lo cual lo confirmo al entrar al lugar: Alaude se encontraba peleando con Deamon, G parecía querer matar a Lampo mientras Asari buscaba detenerle, pero Knucle parecía estar animado su pelea mientras gritaba.

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