El cumpleaños de la princesa se acercaba y con ello un problema para todos los nobles que trabajaban directamente para el Emperador.
Aunque se alegraban de que el Emperador tuviese a esos dos jóvenes y un niño frente a él para darles ideas en lugar de obligarlos a ellos a idear algo para su hija.
- ¿Cuál sería una buena manera de festejar el cumpleaños de la princesa?—cuestionó el Emperador viendo a los tres varones de manera fija
- Un torneo de caza... dejándola participar—opinó el rubio de ojos verdes
Una risa burlona del otro chico hizo que el rubio le mirase de manera retadora.
- ¿Tienes una mejor idea?—preguntó el rubio
- A decir verdad, sí—habló el pelinegro—su Majestad, usted amaba con sinceridad a la madre de la princesa. ¿Acaso hay algo que su familia hacía junta?
El lenguaje del pelinegro había mejorado notablemente. Ya no llamaba al Emperador como "Líder de esta tierra" sino por su título.
Aunque había veces en las que admitiría que los ojos rojos de aquel chico le asustaban a muerte. Sobretodo cuando sonreía.
Los nobles vieron al Emperador sonreír con sinceridad por primera vez en el día. Cosa que rara vez veían a menos que estuviese con su adorada hija.
- Roux nunca dejará de sorprenderme—murmuró el Emperador viendo al chico de ojos rojos—enviaré una carta a Soliel, tal vez no todos sus tíos puedan asistir, pero a ella le encantará verlos.
Los nobles temblaron ligeramente.
No pudieron evitar comparar el cariño que el Emperador tenía por su hija con el que tenía por su hijo. Era evidente la diferencia aún si se trataba de su heredero, era clara su preferencia por su hija.
Sin embargo, no podían evitar hacer comparaciones entre ellos.
El príncipe era un tanto rebelde y arrogante, su padre estaba tratando de mejor su comportamiento. Por el contrario, la princesa siempre tenía algo que demostrar. Ella siempre obedecía a su padre y sus órdenes siempre eran correctas. Aunque... el príncipe parecía ser más... amable contrario a la princesa, que una vez agotada su paciencia ella no perdonaba.
Si tuviesen que decirlo, agradecían que la princesa hubiese nacido como mujer. De lo contrario, si hubiese nacido como un varón no tendrían dudas de que habría una rebelión para tomar el trono de su padre.
Después de todo, ¿Por qué el Emperador le daría el trono a una mujer?
Sin embargo, algunos comenzaban a dudar de ello. Creían que el hecho de haber nombrado a la princesa heredera de su hermano se debía a que deseaba que fuese gobernante en lugar de él.
Ellos no querían permitir que una mujer fuese su gobernante.
Aunque también creían que el hijo de la Condesa Sophia también se trataba de un hijo del Emperador. De otro modo, ¿por qué permitiría que ese niño llamase "hermana" a su preciosa hija?
Sin embargo, cuando pensaban en esos niños también pensaban en sus madres.
La madre del príncipe era una mujer de la nobleza, alguien cuya familia habían conocido y aún así la mujer no parecía apoyar a nadie. Sin embargo, a ella le gustaba ser adulada.
La condesa Sophia obedecía sin ninguna duda a la princesa, parecía que favorecía más a la princesa que a su propio hijo. Algo que mo comprendían, pero no esperaban mucho de ella.
ESTÁS LEYENDO
Reencarné como la hermana de un idiota
FanfictionSiempre había leído historias de reencarnación. Y tengo una imaginación bastante loca con respecto a las historias que leo. Sobre todo cuando me siento frustrada de un personaje, tengo ganas de entrar a un libro y golpearlo yo misma. Mi novela favor...