Travis
05 de diciembre
Para mí, cada día cinco de diciembre es como cualquier otro. Un día más en ese simple calendario. Al menos, lo era hace un par de meses.
—Despierta. ¡Es tu cumpleaños! —dice, entusiasmada.
Retiro la mirada del techo, enfocándola en la pelirroja que sonríe de par en par, apoyada sobre un brazo.
—Buenos días —susurro como cada mañana desde que nos casamos y dormimos juntos.
—¿Ya estabas despierto? —interroga, disgustada.
Intento no sonreír.
Hace varios minutos que estoy despierto. A ella siempre le cuesta salir del colchón cada mañana. Sigo insistiendo que no es necesario que se despierte temprano para prepararme el desayuno, aun así, nunca me hace caso.
Pase más de media hora viéndola dormir, después de eso, cuando por fin se levantó y ducho, tenía mi cabeza llena de pensamientos que me mantuvieron preso.
—Acabo de despertar —miento.
Me incorporo, pegando mi espalda en el respaldo de la cama.
Vuelve a sonreír, victoriosa.
Un ligero olor a perfume llega a mi cuando Hanna levanta su mano para colocar un mechón de cabello detrás de su oreja.
—¿Cómo te sientes? Es tu cumpleaños —insiste.
Entrecierro un ojos, inclinando mi cabeza a un lado, cerca de ella.
—¿Mas viejo?
Bufa, arrastrándose fuera del colchón.
—No eres gracioso.
Ya no soy capaz de ocultar la sonrisa, dejo que sea libre, siendo una gran decoración en mi rostro.
—¿Quién dijo que quiero serlo? —cuadro los hombros—. Estoy diciendo la verdad.
Da media vuelta, cruzada de brazos, se aleja de mí, marchando hacia la salida.
Frunzo el ceño.
—¿Por qué estas usando un vestido? Hace un frio del demonio.
Se voltea, luciendo el vestido veraniego con el que llego aquí.
—No saldré hoy —informa—. Voy a pasar todo el día cocinando. Aquí no hace frio.
Entrecierro los ojos, confundido.
—¿Todo el día? ¿Por qué?
Aprieta los labios, aprisionando una sonrisa que sus ojos no son capaces de disimular.
Me tenso.
—¿Hanna?
—Es tu cumpleaños —insiste, recargada sobre el marco de la puerta.
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Vida Soñada
RomancePor cientos de años, las personas destinadas a pasar el resto de su vida juntos se conocían en algún bar, parque, instituto, en el trabajo, incluso, en la calle. Siempre fue así, excepto para Hanna, quien al ya no tener nada que perder, decide encon...