unica parte

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Sentados uno frente al otro se encontraban Mau y Angelo. Después de dos semanas habían tenido la oportunidad de tener tiempo juntos, entre sus trabajos y escuela no tenían tiempo para tanto.

<<diversión >> era algo que ya no tenían.

-terminemos-

Ambos pensaron pero sin atreverse a decir. Se querían; lo hacían, si no fuera así hubieran perdido un año de sus vidas. Lo sabían, la relación se deterioraba y solo se lastimaban pero ninguno quería salir de ahí.
Acordaron en platicar para salvar la relación pero las palabras no salían.

“Los ojos son la ventana al alma".

Ahora entendían esa frase; podían ver en sus ojos el dolor, la tristeza, arrepentimiento y nostalgia.

Una inminente ruptura.

-Esta bien, podremos superar esto- decía Ángelo mientras se apresuraba para abrazar a su pareja quien ya no pudo contener el llanto -Vamos a superar esto, amor-

Trataba de consolar al chico sin darse cuenta que el mismo tenía lagrimas corriendo por la cara.

-no, no, sabes que no es así Ángelo. No podemos…-

Ahora de rodillas en el suelo mientras se abrazaban sin querer soltarse, sin poder parar las lagrimas .

-No te vayas, por favor, te amo. Que soy yo sin ti. Te amo, te amo, te amo- decía con tono casi suplicante Ángelo mientras hacía presión al abrazo, pues sentía como Mau intentaba romperlo.

-Nos amamos, te amo y me amas- Mau afirmó -pero ¿nos amamos? ¿Te amas y me amo? No es así.

Lo entendían ahora y antes pero escapaban de esa realidad por elección propia.

No importa cuánto lloraron esa noche.

No importa cuánto se abrazaron.

No importa cuánto se amaron.

No importa cuánto suplicaron.

Era una ruptura inminente.

Un Ángelo tan necesitado de afecto, amor y compañía.

Un Mau sin saber demostrar afecto, con miedo a sentir y temeroso al amor.

Un Angelo tan dependiente.

Un Mau tan indiferente.

Nunca iba a funcionar.

Una ruptura inminente.
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Ángelo había quedado para tener una cita en un café y habían pasado 10 minutos de la hora acordada pero no se atrevía a pasar por la puerta. Se armó de valor y entró al café, camino hacia la mesa en donde ya se encontraba su cita.
-Mau- decía mientras se acercaba al nombrado para abrazarlo.
-Angelo- le respondió con una gran sonrisa y correspondía el abrazo.

FIN.

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