HERIDAS

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Esto no es una buena idea.

Debería estar en casa (si es que eso se puede llamar casa), tratando de arreglar las armas o conseguir dinero. Pero no, Tommy tenía que enseñarme como es que se divierte de vez en cuando.

-Te vas a divertir. –Me dijo arrastrándome hacia un lugar muy pequeño.

-No lo creo. –Hice una pausa. -¿Qué es este maldito lugar, Tommy?

Antes de responder me dio una mirada divertida.

-Tu entrada al paraíso.

-No lo creo, hermanito. –Suspiré cuando entré a aquel lugar, parecía que solo se vendía licor y ya, pero Tommy se adentró aún más en el sitio que parecía una cueva.

Llegamos hacia donde estaba un hombre alto, al parecer, cuidaba una puerta.

-Ya sabes a lo que venimos. –Le hizo saber Tommy con complicidad, el hombre sonrió y nos abrió aquella puerta hecha de un metal.

No puede ser. Esto debe ser una maldita broma.

Parecía otro espacio, otro mundo, el mundo de antes...La tienda de licor solo era una fachada para lo que verdaderamente había aquí abajo. Un burdel como los viejos tiempos, con iluminación roja, alcohol, y por supuesto, mujeres.

-¿A dónde mierda me has traído? –Me giré hacia mi hermano, enfrentándolo.

-A que te relajes un rato, Joel. –Me dio una mirada cansada, como si no fuera obvio a lo que venían aquí lo hombres.

-¿Aquí es donde vienes cuando no estás con Las Luciérnagas? –pregunté frustrado.

Él asintió con la cabeza sin importarle en lo más mínimo mi fría mirada, ya se había acostumbrado.

-Ahora, ve, y conoce a una chica.

-¿Cómo es que existe un lugar así en medio del fin del mundo? –Giré nuevamente para ver aquel paraje. Era un poco más simple que los de antes, pero él que haya construido este lugar realmente se había esforzado.

-Todos tenemos necesidades. –Tommy se encogió de hombros. Se quedó callado y volteé a verlo enseguida, ya había apuntado hacia una chica. –Listo, me largo. Me están esperando.

Dicho esto, se fue tras de una mujer y me dejó ahí parado. Parecía un estúpido con las manos en los bolsillos, esperando una invitación para avanzar hacia algo o alguien.

Mierda.

Maldito, Tommy.

Aunque prefiero mil veces que se esté acostando con una mujer a que esté con Las Luciérnagas.

Me senté en una de las sillas giratorias y le pedí al hombre encargado un vaso de Whiskey. Lo puso en mi delante y antes de tomar un trago, miré a mi alrededor con curiosidad.

No me había dado cuenta que una mujer se había sentado a mi lado derecho.

-¿Necesitas compañía? –me dijo la mujer, acariciando mi mano sutilmente.

-No. –Debí de ser tan frío que se fue con cara de molestia. No me importa en absoluto, era guapa y todo, pero no estaba interesado en acostarme con nadie.

Otra chica se sentó en el lugar después de un rato, volteé para verla y cuando estaba a punto de decirle que se fuera, habló:

-Joel Miller, es un gusto conocerte. –Me indicó con una sonrisa gentil en su rostro.

Apreté el vaso entre mis manos.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Oh, tú hermano Tommy me lo dijo. –Lo señaló hacia donde él estaba. Al parecer había logrado conquistar a la chica que quería porque la estaba besando apasionadamente contra la pared.

SURVIVING【The Last of Us】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora