Hola, esta será una serie de One-Shots sobre Azur lane y trataré de darle una variación lo mayor mente posible.
A también si tardo en subir otro One-Shot es porque estoy haciendo una historia que sea de mi agrado y quede bien.
Me llamo Thusnelda y les hablaré cuando había un tiempo en que todo era mejor, aunque creo que estoy exagerando. Pero por lo menos en ese tiempo todo era normal. Pero bueno, mejor dejo de lado la nostalgia. Ahora comencemos con esto.
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Thusnelda.
Recuerdo aquel día con nitidez; era el 28 de junio de 1914. En esa época, aún residía en el gran Imperio Alemán. Contaba apenas con 18 años y llevaba una vida sencilla pero serena. El calor del verano se dejaba sentir intensamente, el sol extendía su luz por doquier y una suave brisa mecía mi largo cabello junto con mi blusa negra y mi falda roja. El aroma de almuerzos hogareños impregnaba el ambiente, acompañado por el alegre canto de los pájaros y las risas de los niños. Todo parecía perfectamente normal, una rutina a la que me había acostumbrado.
Caminaba rumbo a casa para preparar un almuerzo especial para mí y mi amado esposo, Otto Heinrich, quien se encontraba en Berlín ocupado en asuntos bancarios. Tenía poco tiempo antes de su llegada, programado para alrededor de las 12:40 pm o 12:50 pm. Mientras preparaba la comida, algo inesperado alteró por completo nuestra historia y la del mundo entero. Terminado el almuerzo, me dispuse a limpiar la casa y esperar a Otto, pero las horas pasaban y él no aparecía.
Inquieta por su demora, me senté junto a la radio en la sala, decidida a distraerme con música clásica. Al encenderla, fui sorprendida por lo que escuché, un anuncio que resonó inaudito en mis oídos.
Desde la radio, una voz masculina anunció enérgicamente: "Se ha confirmado que el archiduque Francisco Fernando y su esposa, Sophie Chotek, han sido asesinados trágicamente hoy en Sarajevo por un asesino serbio. El gobierno austrohúngaro promete que este acto no desaparecerá. Mientras tanto, el gobierno alemán se solidariza con Austro-Hungría, nuestro fiel aliado y hermano".
A partir de ese día pareció ser el principio del fin, aunque en ese momento la gravedad de la situación no era evidente. Nunca imaginé que los acontecimientos se saldrían de control. Volviendo al momento en que Otto llegó a casa y compartió las preocupantes noticias de la radio, explicando su retraso en el regreso debido a que estaba absorto en las actualizaciones en un lugar local, nos dimos cuenta de los acontecimientos actuales. Hablamos del giro inesperado de los acontecimientos para unos momentos antes de sentarse a cenar, tratando de mantener una sensación de normalidad en medio de la escalada de tensiones.
Se hizo evidente que los austrohúngaros pretendían abordar la situación por medios legales, un enfoque algo pacífico que sorprendió a Otto. Mencionó sus ambiciones de larga data de dominar los Balcanes, especulando que este incidente podría servir como un casus belli para iniciar un conflicto con Serbia. Con el paso de los días, las noticias continuaron girando en torno a Austro-Hungría y Serbia, cada nación intentando resolver el problema según sus propios métodos. Esto llevó a una tensión creciente entre los dos países, que finalmente se fracturó bajo el peso de sus tensas relaciones.
