Capítulo 6

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IZAN

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IZAN

Laura y Marina entran después de abrirles la puerta. Traen una sonrisa amplia ambas, lo que para mí se traduce como que les fue de maravilla en su cita y eso me pone contento. A mi amiga ya le hacía falta salir con alguien que le alegrara los días.

—¿Y Violetta? —pregunta Marina mientras la busca por cada rincón desde el sofá donde se acaba de sentar junto a Laura.

—En la habitación —respondo, imitando su acción al sentarme frente a ellas. Suspiro—. Se quedó dormida mientras le hacía algo de comer, la llevé recién a la cama.

Mientras estaba en la cocina, ella se quedó sola ahí y, cuando regresé para decirle que ya estaba todo listo, estaba dormida. Preferí llevarla a descansar en lugar de despertarla. La impresión que se llevó al saber que serán dos bebé la comprendo porque también la sentí, pero no quise hablar de eso, supuse que ya tenía suficiente con entrar en pánico ella para que ambos lo hiciéramos sin saber ninguno qué hacer o decir en realidad.

—¿Y cómo les fue en la cita médica? —habla Laura, acomodándose su alborotado cabello. Aun sonríe, pero va relajando el gesto cuando me mira, creo que la expresión de preocupación la sigo teniendo—. ¿Todo está bien con el bebé?

Asiento.

—¿Entonces por qué esa cara? —Marina se levanta, asustada, como queriendo ir a buscar a Violetta—. ¿Violetta salió mal del chequeo?

—Oh, no, no. Ella salió bien, solo con un grado normal de anemia por el embarazo, pero está bien. —La tranquilizo, haciéndole señas de que se siente—. La cosa es que...

Entonces se me sale una risita. Sé que esto tiene a Violetta presa del pánico, pero una parte de mí siente una felicidad que no me cabe en el pecho para nada, como si esto fuera un maravilloso milagro. Voy a ser padre de dos bebés y yo que pensé que no sería padre de ninguno por culpa de los ineptos de la clínica.

Cuando el doctor lo dijo, las ganas de dar saltos y las de abrazar a Violetta fueron reprimidas en el instante pero aun las siento.

—Nos enteramos que son dos bebés. —Tomo ansioso los documentos de la mesita y les muestro la placa, señalándoles ambos puntos—. Miren, esta es su primer ecografía.

Para mi sorpresa, en lugar de sorprenderse por la noticia, Laura le extiende la mano a Marina y esta le pone un billete de cincuenta pesos.

—Estábamos hablando sobre esa posibilidad —dice Marina, y, de todos modos, noto la preocupación en su voz. Toma las placas para ver ella misma—. Apostamos y Laura dijo que sería lindo que fueran dos y yo le dije que Violetta entraría en pánico.

—Lo hizo —digo y ella asiente.

—Izan, tengo que admitir que me alegro un poco por ti por este inesperado milagro, por Laura entiendo lo importante que es esto para ti, pero Violetta no ha tenido los mejores meses de su vida, ¿bien? —Pone las placas en la mesita y me mira firme—. Me preocupa mucho, ha tomado cada cosa inesperada sin chistar, sin analizar. No me mal entiendas, ya hablé con ella y su postura de tener a tu hijo, bueno, tus hijos, no cambiará, pero me gustaría que pusieras de tu parte para que ella pase un embarazo tranquilo.

Desliz en camino© [Ya en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora