"cuando el mundo cambió, todos lo hicimos con el. Mi mundo era oscuro, sin esperanzas...
Tu cambiaste eso"
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Todos menos el personaje principal de la historia pertenecen a la serie y al juego del mismo nombre "The last of us"
de HBO.
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LA MAÑANA COMENZÓ con el sonido de la alarma. Joel nunca despertaba por sí solo, no importa cuántas veces el despertador sonara. Helena quitó los brazos del hombre que rodeaban su cintura, levantandose de la cama para acabar con el molesto sonido de una vez. Luego dejó salír un bostezo mientras estiraba sus brazos y piernas. Una vez estaba ya del todo despierta, se aproximó hacía dónde Joel dormía.
--Joel...-- nombró, moviéndole para despertarle.
El hombre abrió levemente su mirada, llevando ambas manos a su rostro para limpiar sus ojos.
--¡La alarm-...!-- anunció Sarah, interrumpiendose a si misma al ver que ambos ya estaban despiertos y la alarma no sonaba. --oh--
Ambos adultos rieron. La niña volvió a cerrar la puerta, dejando que terminaran de despertar.
--Iré a preparar nuestro café-- sonrió Helena mientras tomaba a Joel de una de sus mejillas, ambos uniéndose en un beso.
(...)
Cuándo Helena bajó las escaleras, vió a Sarah preparar el desayuno. Se aproximó a ella y acarició su cabello antes de acercarse a la cafetera.
--¿Y la mezcla para panqueques?-- preguntó la menor luego de buscar entre los muebles de la cocina.
La mujer se encogió de hombros, ambas volteando ver a Joel, quien recién llegaba a la cocina.
--¿Yo debía..? Sí, lo siento-- admitió.
--Iba a preparar panqueques de cumpleaños..-- dijo Sarah con cierta frustración.
--Podríamos prepararlos para la cena-- propuso Helena mientras servía las tazas de café.
--Saben que no me gustan demasiado-- dijo Joel, tomando una de las tazas que Helena le entregó.
--Sabemos que no te gustan, es para nuestro beneficio-- sonrió Sarah, estirando un vazo de jugo de naranja a Joel. --vitamina c--
El hombre tomó un sorbo del jugo, volviendo a tomar de su café una vez Sarah volteó.
--¿Hiciste tú tarea?-- preguntó Joel. --¿Fracciones..?--
Sarah rió, terminando de preparar los huevos revueltos sin responder a las preguntas de su padre. Una vez el desayuno estaba listo, los tres se sentaron para comer.
