Las cosas estaban un poco tensas no por él hecho de que ella quisiera hablar con Charlie Swan. Él problema era que de alguna manera la sangre de Bella Swan es irresistible para Edward.
Tiffany no sabía la razón del porque pero esperaba que aquello no interfiriera en sus planes.
-Al parecer nuestra tía no sabe como acercarse al jefe de policía.-la risa de Emmett se escucho por toda la casa.
Ella negó con la cabeza, de seguro le esperaba varias bromas por parte de Emmett.
-Lamento decepcionarte Emmett, pero de hecho planeó ir a la casa de los Swan.-repuso Tiffany jalando las llaves de su auto.
No estaba segura de como lo lograría, pero ella estaba decidida a acercarse a Charlie. Incluso si tenía que aprovechar ser la maestra de su hija. Sin embargo sus pensamientos estaban un poco sobre lo que pasaba con su sobrino.
Estacionó su auto en frente de la casa de los Swan.
Se sentía como una chica tonta.
Por primera vez en su vida. Suspiro innecesariamente ¿Por que se sentía demasiada nerviosa?.
Solo tenía que tocar la puerta y listó.
-¿Qué la trae por aquí Tiffany Cullen?.-inquirió Charlie detrás de ella.
Podía tener sentidos desarrollados mas que un humano, pero en ocasiones se distraía tan fácilmente.
-Hola, jefe Swan un gusto volver a verlo.- dijo Tiffany con aquella voz tranquila que utilizaba cuando quería hacer sentir cómodo a alguien, formando una cortés sonrisa con sus labios de forma que no mostrara ningún diente.-Pensé que Bella le había dicho.
Él parecía desconcertado, ya que Bella no le había dicho absolutamente nada. Observó como Tiffany tenia un libro en la mano y su mirada estaba en él.
Charlie paso una mano por su cabello, un poco nervioso a decir verdad.
-No me dijo nada, tal vez se le olvido.-Habló Charlie abriendo la puerta por completo para que Tiffany pasará.
-Gracias.-murmuró Tiffany observando por dentro la casa, no era tan grande como la casa Cullen pero sin duda es acogedor.-La razón del porque estoy aquí es simple, a Bella le cuesta resolver los ejercicios del tema que estamos viendo. Así que le sugerí enseñarle, usualmente siempre les explicó en él instituto pero para que fuera más cómodo para ambas decidimos que fuera aquí.
Charlie asintió, aunque por un instante se limitó a observar a Tiffany, sin duda alguna era hermosa con su cabello castaño oscuro, sus ojos dorados enmarcadas en unas abundantes y largas pestañas negras, que podía hacerte detener la respiración cuando parpadeaba.
Se sorprendió a si mismo de pensar en esa forma, no negaba que la familia Cullen tenía aquella característica: todos atractivos pero definitivamente Tiffany tenía su atención.
-Oh... Bueno... Supongo que gracias digo por venir hasta acá para ayudar a mi hija.-Charlie sonrió con naturalidad, por dentro se sentía como un idiota.
¿Qué le pasaba?.
Nunca se había sentido tanto nerviosismo con una mujer. Siempre las trataba de forma amable y con respeto, claro, pero nunca al punto de balbucear.
-Hola, maestra Cullen.-Saludo Bella bajando de las escaleras.-Pensé que irías con Harry a pescar.-agregó mirando a Charlie un poco avergonzada por no haberle dicho nada.
-Hola Bella, ya le explique a tu padre él porque vine.-aclaró Tiffany observando de reojo como Charlie sonreía levemente.
-Harry tuvo otras cosas que hacer, pero no se preocupen no las molestaré.-dijo Charlie sentándose en él sillón, mientras que Tiffany decidió concentrarse en lo que debía explicarle a Bella.
Pero para Bella fue imposible no darse cuenta de como en ocasiones ambos se miraban.
Conforme los días fueron pasando Tiffany se encontraba feliz, de pasar a ser completamente desconocidos. Poco a poco Charlie le tenía más confianza.
-Creo...que estará todo bien.- Dijo Alice, vacilante.- Tu mente está decidida.
Tiffany suspiró, Edward estaba de regreso. Lo único que no quería era que las cosas no salieran mal tanto en su familia como para los Swan.
-Creo que lograrás pasar de esta hora.-Pero Alice sabía bien cuán rápido podía cambiar la mente.
-¿Por qué forzarte, Edward? -Preguntó Jasper.- Ve a casa, tómalo con calma.
Tal vez Jasper tenía razón, sin embargo Tiffany decidió no decir nada de lo contrario estaba segura que todos empezarían a discutir y llamarían la atención de varios alumnos.
- ¿Cuál es el gran problema?.- Emmett discrepó.- Si la mata o no la mata tendrá que superarlo de todas formas. Oh... Espera ya entendí él papá de esa chica es él compañero de nuestra tía.-agrego moviendo sus cejas.
Tiffany rió, ella sabía lo importante que Bella era para Charlie. De hecho se dio cuenta de muchas cosas como que ambos les es difícil expresar sus sentimientos en voz alta. Y sobre como Charlie estaba feliz de tener viviendo a su hija con él, después de tantos años.
-No me quiero mudar aún.- Se quejó Rosalie.- No quiero empezar todo de nuevo. Ya casi terminamos el instituto. Finalmente.
-¡Chicos!.-Tiffany esperaba poner todo en orden.-Dejen de quejarse y molestarse entre si, nadie saldrá lastimado, nadie se mudará... Actúen como siempre.
A veces Tiffany tenia que poner todo en orden, en ocasiones podía ser exigente con sus sobrinos. Sin embargo sabía lo duro que era mantenerse bajo control.
Incluso después de tantos años, no podía arriesgarse a perder su autocontrol.
Al principio fue duro llevar una vida de vampiro a pesar de tener él apoyo de Carlisle, lo vio como una maldición tener que vivir para siempre sin nadie con quien compartir su tiempo.
No es como si su familia no fuera un apoyo, pero para Tiffany aquello no era suficiente.
Los quería demasiado, solo que en ocasiones al ver Carlisle y Esme, Jasper y Alice o incluso a Rosalie y a Emmett. Lo hacía sentir sola, además de que tenía mas tiempo que Edward convertida.
Edward respira profundamente, aunque no lo necesite. Necesita controlarse y lo sabe no quiere ser causante de la infelicidad de su tía.
Y Tiffany no quiere causar problemas a su familia.
Pero toda felicidad tiene un costo.
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