Esta es la historia de Margarita Escalante, una madura, elegante y poderosa empresaria, experta en el juego de las apariencias. Quién tenía la fuerte convicción de que su vida ya estaba hecha, hasta que conoce a Adriano Conti; un joven empleado de b...
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Capítulo 10
Ataque y Resistencia
Casa de Adriano y Alicia
Sala
Adriano, llega a la casa con su ropa del trabajo desaliñada y su bolso del gimnasio a un costado; Alicia está sentada en la sala viendo televisión, él la saluda.
—"Hola".
Alicia, se sorprende de lo desaliñado que está:
—Hola... ¿Qué le pasó a tu ropa?
Adriano— Ah... Es que cuando salí de trabajar entrené en el gimnasio de la empresa y me puse la ropa así, sin cuidado.
Alicia, lo estudia detenidamente; Intenta descifrar si le dice la verdad:
—¿Cómo te fue en el trabajo?
Adriano— Bien. Adaptándome a muchas cosas... Te quería pedir una disculpa por colgarte la llamada esta tarde. Estaba muy ocupado y mi jefa estaba allí.
Alicia— Sí, lo noté...
Adriano— No era el momento adecuado, para hablar de nuestras situaciones personales.
Alicia, lo escucha en silencio; Asiente:
—¿Sabes? Hoy me llamaron de la clínica, nos pospusieron la cita que nos habían dado, porque a la doctora le surgió un compromiso para ese día; obviamente sigue siendo para el mes que viene, pero en lugar de ser el 14, va a ser para el 23.
Adriano— Que bueno que me lo dijiste con tiempo, porqué así se lo aviso a Margarita. Bueno... voy a bañarme, estoy agotado.
Alicia, se siente incómoda al escucharlo decir su nombre, pero esta vez se autocontrola.
—La comida está en el microondas.
Adriano— Gracias. —Se retira al cuarto.
Ella, piensa en su comportamiento... repasa en su mente cada respuesta y cada gesto de la conversación. Se siente intranquila.
Mansión Escalante
Cuarto de Natalia
Margarita, pasa por la habitación de Natalia y le toca la puerta:
—¿Hija, ¿Puedo pasar?
Natalia, quien habla por teléfono... gira los ojos y silencia la llamada.
—¿Que quieres?
Margarita se asoma y le sonríe:
—Pues, hablar con mi hija... ¿Qué más voy a querer?
Natalia— ¿No ves que estoy ocupada?
Margarita— Bueno, mi amor... pero es sólo un momento, no te voy a quitar mucho tiempo.
