Tengo a alguien detrás que me sigue desde hace un rato;
Esta es la segunda vez que pasa esta semana. La semana pasada casi entran en el edificio donde vivo.
El desconocido tiene aspecto corpulento, porta gafas de sol, por lo que no puedo distinguir el color de sus ojos, y tiene el pelo castaño.
también lleva puesto un esmoquin negro con una corbata a cuadros.Me asusto al girarme y ver que el hombre está a pocos pasos de mí, entonces empiezo a correr calle arriba hacia mi casa. Cruzo la carretera y vuelvo la cabeza para no perderlo de vista, este está corriendo en mi dirección pero al otro lado de la calle.
Al volverme me doy de bruces con otro hombre vestido en esmoquin, tiene mucho parecido al aspecto de su compañero, salvo que este tiene la corbata a rayas.
Retrocedo unos pasos y me meto en un grupo de personas que están pasando para despistarlo. Al salir del grupo entro directamente en un bar que hay al cruzar la esquina.
Me siento en una butaca e intento recuperar la respiración. Estoy un poco asustado pero sé que puedo escapar de esta.
-¿Te pasa algo chico?- me pregunta preocupada la señora de la barra.
-No...nada- respondo sin poder respirar bien.
Cuando me recupero un poco le pido a la señora de la barra un vaso de agua, y ella me lo ofrece con una gran sonrisa en la boca.
Me asomo a la ventana y no veo a los hombres de esmoquin, no se si volverán, pero debo alejarme de aquí, así que salgo del bar, y empiezo a correr ligeramente camino de mi casa.
Miro hacia un lado y hacia el otro cada vez que cruzo una esquina o una calle, para que los perseguidores no me pillen por desprevenido.
Cruzo el parque que está frente a mi casa, y entro en el callejón que se encuentra delante de mi edificio. Los tipos vestidos en esmoquin, me acorralan en el callejón.
Uno de ellos saca una pistola con silenciador y me apunta con ella.
Estaba perdido, ya no había escapatoria.
Entonces sale del portal del edificio, Spike, el perro de mi vecino hecho una furia. Spike es un rotweiler, tiene las fauces grandes y un cuerpo exageradamente grande, fuerte y erguido.
Habrá sentido desde arriba que estoy en peligro.
El animal enseña sus dientes, capaces de romper huesos sin apenas esfuerzo.
El individuo algo asustado apunta a Spike con el arma y justo un segundo antes de disparar se oye una voz viniendo del ático de arriba.
-¡Spike, ven aquí ahora!- dice Ralf, mi vecino. Ralf es ciego, por lo que no puede ver a mis perseguidores, que en cuanto escucharon a Ralf echaron a correr. Me acerco a Spike y lo acaricio.
-Gracias, me has salvado- le susurro y empieza a mover la cola y a ladrar de alegría.
Subo las escaleras de tres en tres hasta la puerta 2C, mi casa. Spike salta para darme un lametón en la mano y sigue subiendo hasta el ático.
Toco el timbre y espero a que me abra mi madre.
-¿Quién es?- pregunta ella mientras abre la puerta.
-Hola- Saludo yo -¡Tan pronto has vuelto!- dice con un tono de sorpresa.
-¿Ha pasado algo?- continúa ella dudosa.
Me quedo un tiempo pensando en qué decirle.-Nada- me decido responder rápidamente,
y sin tener nada más que decir, me voy a mi cuarto.
Mi habitación no es muy grande, hay una cama en frente de la ventana, un escritorio delante de ella y un armario al lado.
Al entrar en la habitación me tumbo en la cama y me pongo a pensar.
¿Qué querrán de mi esos hombres?,
o peor aún ¿Qué pasará si me cogen?¿A dónde me llevarán?
No sé las respuestas de esas preguntas ni tampoco cuanto aguantaré sin salir de mi casa, pero de una cosa estoy seguro, tiene que ver con mi padre.