Delicate

DELICATE

Stella

Los flashes de las cámaras me agobian, suspiro tratando de no entrar en colapso por el estrés que siento en este momento. Los guardaespaldas tratan de que ninguno se acerque a nosotros, Stefan y Marco van al frente haciendo paso a nosotros, Isabella y Kevin me tienen cada uno agarrado del brazo, se me empieza a hacer difícil respirar y creo que voy a tener un ataque de pánico en ese momento.

―Señorita Jules, ¿es cierto que está en una relación amorosa con el señor Anderson? ―Al escuchar su nombre alzo la mirada al periodista que tiene un micrófono en mi cara, Kevin aprieta su agarre en mi brazo para hacerme bajar de las nubes.

Sigo mi camino al auto donde se encontraba nuestro manager, pero la voz de Iván se escucha, de inmediato las cámaras se dirigen a él, se me acercó, literal casi corrió por llegar donde yo estaba, sentía mareo, estaba aturdida, todo daba vueltas. Sus manos se posaron en mis mejillas observando mi cara, de seguro estaba pálida.

―Stella ―Su voz sonaba aliviada, parecía que estaba rogando porque no me desmaye aquí. Más personas se nos acercaban, los chichos trataban de hablar con ellos, pero era imposible. ―vamos.

Iván me tomó de la mano para sacarme de ahí y llevarme a la camioneta. Estaba a nada de tener un desmayo por estrés, la puerta de la camioneta se abrió y de inmediato entre sin importarme lo demás, a excepción del chico que ahora sostenía mi mano. Se sentó a mi lado mirándome con preocupación.

― ¿Estas bien, estas mareada? ―asentí antes de recostarme en su pecho tratando de recuperarme. Puso su mano en mi cabeza empezando a acariciar mi cabello como forma de demostrarme que todo estaba bien. ―debiste llamarme, Stella, no debiste enfrentarte sola a los paparazzi.

Solté un quejido alejándome de él para quitarme el abrigo que tenía para el frio y así estar más cómoda, me volví acercar a Iván quien no tardo en atraerme a su cuerpo y acariciar mi cabello.

―Lo siento, sé que no es fácil esto para ti, pero sabías la responsabilidad que conlleva ser famoso y estar en el ojo público y... ―puse una mano en su boca para callarlo, si no me iba a desmayar por los periodistas me iba a desmayar por él y sus sermones.

―Cállate por unos segundos, tonto —hablé bajo—, solo quiero dormir. ―Lo sentí reír, eso me hizo soltar una leve risa antes de acomodarme con él y quedarme dormida a los pocos minutos.

Unos toques en mi hombro me despertaron, me removí entre los brazos de Iván negándome a despertar, me aferré mucho más a él y sentí como su torso vibraba dando a entender que estaba riendo.

—Oye, rubia, despierta —La voz suave de Iván hizo que abriera los ojos muy lento. Mi mirada se encontró con la de él, suspiré y me alejé de él.

—¿Cuánto tiempo he dormido? —Tallo mis ojos mientras bostezaba. —Siento que no dormí nada.

Dejó escapar una risita, solo estábamos nosotros en el auto, él bajó primero y luego lo hice yo.

A ver, contexto de todo lo que está pasando.

Hace unas semanas conocí a Iván tras el escándalo que tuve con uno de los artistas más famosos del momento. Digamos que él estuvo en el momento indicado.

—Dormiste todo el camino, anda vamos. —Él extendió su mano hacia mí, me bajé del auto con mi cara de sueño, entrelazó sus dedos con los míos y juntos caminamos hacia el interior del edificio donde vivía con los chicos.

Al llegar al apartamento Kevin me recibió con un abrazo, estaba muy preocupado, él sabe cuanto mr aterran los periodistas. A pesar de que salimos juntos de la rueda de prensa y que me llevaba agarrada de la mano, le preocupaba mi estado. Me separé del abrazo unos segundos después, demostrándole que estaba bien y que no debía preocuparse por mi.