Capítulo 3

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Llegué a casa cansada después de tres horas seguidas de clases. Lo primero que hice nada más entrar por la puerta fue descalzarme y ponerme el pijama.

En un principio el plan iba a ser tirarme en la cama y ser una planta por el resto del día pero cuando recordé todo lo de esta mañana la energía volvió a mi como por arte de magia.

Como cena me hice un tazón de cereales, y sí primero puse los cereales y luego la leche, y tras comerlos mientras veía un capítulo de Gilmore Girls desde la cama me puse a trabajar.

Al entrar en el documento y empezar no me di cuenta pero el sonido de la llamada entrante me hizo notar que no estaba sola, Alan también estaba ahí.

-Hola- comencé diciendo- no sabía que estabas aquí.

-Buenas noches Rory- la habitual voz del hombre me contestó, pero por alguna razón, y después de haberle visto la cara, ahora me pone nerviosa-¿Cómo te ha ido el resto del día?

Eso era algo que se había establecido como una rutina, él me pregunta qué tal me ha ido, yo le contesto, le hago la misma pregunta y el me contesta, todo eso durante diez minutos y después nos po menos a trabajar.

-Creo que bien, a ver estoy reventada por la clases pero nada que no se pueda solucionar con unas horas de sueño.

-Si necesitas descansar puedes dejarlo para mañana y yo te dejo algunas anotaciones para que tengas una guía.

- No no, no hace falta, tengo ganas de hacerlo, además vamos algo pillados de tiempo ¿no?

>>¿Y tú qué tal tu día?

-Bastante bien la verdad- por el tono de voz sabía que estaba feliz.

-Te noto contento, ¿algo nuevo que contar?

-Puede ser que conociese a alguien hoy.

Solté un grito de alegría por él.

-Cuéntame algo de ella, tiene que ser especial para que dejes atrás tu lado gruñón.

-Digamos que es especial y... Mira qué hora es o nos ponemos ya o te duermes sobre el teclado.

-Bien vamos a ello, pero no creas que me voy a olvidar de la chica misteriosa.

Y sin más nos pusimos a trabajar, él me hacía algunas anotaciones y yo iba haciendo los pequeños cambios rápidos y apuntándome las escenas que necesitaba reescribir.

-Vamos con la última escena de hoy y te dejo por fin libre para que descanses. ¿Te parece el primer beso de Lyra?

-Perfecto.-dije bostezando.

-Ánimo que ya es lo último.- él también bostezó- Creo que le falta algo.

-Puedes decirlo, ha quedado soso, la verdad no tengo mucha experiencia como para plasmarlo ahí, mi primer beso fue horrible.

-Vamos a hacer algo para mejorarlo, pero vas a tener que hacerme caso.

-Sí señor.

-Cierra los ojos- desconozco la razón pero lo hice automáticamente al oír su vos en esa forma tan autoritaria- ahora imagínate al chico que te atrae, a ese que en algún punto de tu vida siempre has querido besar- y no sé cómo pero solo podía imaginarlo a él enfrente de mí, con sus labios finos y probablemente con sabor a café, cerca de mi boca y a punto de besarme- y ahora imagina que sucede, imagina lo bien que se siente y que deseas que nunca termine- y lo imaginé, imaginé todo lo que me había dicho, pero la persona a la que besaba seguía siendo él, con su pelo castaño revuelto, sus ojos grises cerrados y su barba rozándome, únicamente centrado en besarme y hacerme sentir bien.

Al darme cuenta de por dónde iban mis pensamientos salí de la ensoñación carraspeando levemente.

-Creo que lo tengo.

-Pues ahora escríbelo todo, haz que Lyra también lo tenga.

Y así lo hice reescribí esa escena viendo cómo el se desplazaba a medida que ponía más palabras y juro, por todo en la vida, que hice un esfuerzo sobrehumano para no poner su nombre y el mío en vez de el de los personajes.

-Pues ya está, es todo por hoy. Te dejo descansar, que tengas buena noche.

-Buenas noches también y sueña conmigo.

Soltó una carcajada antes de contestar.

- Si lo hiciese no querría despertar Rory, y tú necesitas cumplir tu sueño así que no voy a soñar contigo.

Y sin más colgó dejándome pasmada, sin saber que pensar.

Dos Meses Juntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora