Estaban dos señoras, y un señor conversando, todos muy imponentes y soberbios. Una vestía de verde, el señor de blanco, y finalmente, la otra, de rojo. Los tres se mofaban de su grandeza y de su poderío. Cada uno de ellos insinuaba ser el más poderoso. En esto, la señora que vestía de verde dijo:
Soy aquella que mira más allá de las estrellas, la que ve el principio y el fin del tiempo, la que contempla todos los infinitos. Soy también, aquella que no tiene un nacimiento ni un lugar al cual regresar; existo desde siempre, porque soy... antes de ser lo que soy, ya era; antes de ser lo que aún no soy, ya lo soy. Soy eso, soy aquello, soy todo cuanto existe, soy todo cuanto ha de existir. Estuve presente en la creación, igualmente, atestigüé la evolución de todo lo creado. Todo transcurre, todo cambia, pero yo permanezco igual. Todo está construido dentro de mí, todas las cosas existen porque yo les permito existir, y no permito que nada desaparezca en presencia de mi cuidado, ya que toda la existencia está bajo mi protección. No soy el tiempo, tampoco soy el espacio, tanto el uno como el otro, me pertenecen por igual. Falsos dioses se han erigido en diferentes épocas, en distintos lugares, y ya sean ustedes los mortales, o ya sean ellos mismos, se han atribuido mi grandeza, la cual es única e inigualable. Si existen seres inmortales, es solo gracias a mi benevolencia. Soy la reina soberana que lo gobierna todo sin recibir adoración. Lo controlo todo desde las sombras de la ignorancia. Solo unos pocos me conocen, y en vez de adorarme, solo sienten un temor inconmensurable. Esa es la sensación que inspiro. Soy alguien de temer, no hay manera de destruirme, sin que todo a su vez deje de existir. Yo soy la que sostiene la existencia en sí misma. Mi fuerza nunca mengua ni decae mi motivación. Soy amo y señor de la vida y la muerte. Ambas son mis fieles devotas. Son las únicas que me adoran en la majestad de mi grandeza; son las únicas que conocen mi verdadera esencia. Existen enormes monstruos galácticos, capaces de devorar millones y millones de estrellas, planetas, y ciento de miles de sistemas solares, y aun así me rinden total obediencia y tiemblan ante mi presencia. Mientras yo exista, este mundo, al igual que todos los demás, y lo que habita en ellos, desaparecerá, y de igual manera, reaparecerá. En mi presencia han sido destruidos antiguos dioses, arrogantes y engañadores, y otros han sido erigidos en sus nombres, otros olvidados, y otros descartados, pero yo permanezco siempre igual, inamovible, ineludible e inconmensurable. Reinos, imperios, mundos, galaxias y universos han dejado de ser, mientras yo sigo igual. Soy omnipresente, omnisciente e infinito. No existe nada que se esconda de mí, ni nada que se escape a mi control, todo está sometido a mi dominio. Soy el más rápido y soy el más lento. La velocidad de la luz es mi esclava, a mi parecer es muy lenta. También soy más lento que todo lo existente. Solo en mí se da esa contradicción; ser el más rápido, mientras no dejo de ser el más lento. Miré a través de mi súbdito leal, el tiempo, a ver si veía mi final, y no lo vi. Al ver su incompetencia, me dieron deseos de destruirlo, pero reflexioné, que mi grandeza es tan suprema, que no puede ser medida por nada. Con todo lo que he hablado, ¿Sabes quién soy yo? Yo soy... "La Eternidad".
__ ¡Qué interesante resultaste ser, después de todo! Dijo el señor de blanco. Pero, no te jactes en tu grandeza, no eres la única indestructible aquí, ni tampoco la fuente de la creación. ¿Qué serías tú sin mí? Ni siquiera existirías. Todo cuánto tienes, todo cuánto pierdes, es solo gracias a mí. Yo soy tu creador. Antes de que tú nacieras, ya yo era. Soy aquel que da, soy aquel que quita, soy lo que hace que todo se mueva, se transforme. Soy pureza, soy luz, pero también soy oscuridad. Soy aquel que existiría, aunque tú no existieras. Estoy dentro de tí, pero también estoy fuera. Soy quien sostiene tu existencia, quien más trabaja, sin jamás cansarse. Si yo desapareciera, tú también lo harías: soy la fuente de tu esencia, tu corazón, el péndulo del que te balanceas sin caerte. ¿Quién o qué soy? Yo soy... Yo vi tu nacimiento, al igual que tu desnudez, tan pronto naciste, me introduje en ti, para hacer de tu existencia algo significativo, para darte un propósito. Si yo no estuviera dentro de ti, tu existencia carecería de todo sentido... dejarías de existir, dejarías de ser. Yo sí recibo adoración, desde siempre, he sido el más venerado, el más buscado. Todos conocen mi grandeza, pero nadie entiende lo que soy en realidad. Tienen una idea vaga de mí, y aún así, no pueden vivir sin mí. Falsos dioses se han hecho pasar por mí, tratando de vestirse con mi gloria, pero no han hecho más que exhibir su desnudez. Mi gloria es única e inconmensurable. Es gracias a ti, que siempre se mantiene joven y deseada. Mi gloria es la más bella de entre todas, tú siempre vives embelleciéndola. ¡Gracias por eso! Soy la fuerza que lo mueve todo, sin ser movida por nada. Todo lo puedo, nada se resiste a mi voluntad; yo soy quien crea y ha creado todo dentro de ti, todo lo que existe; también soy el que lo destruye todo, para transformarlo. Creo, destruyo, transformo y reconstruyo. No existe nada que pueda regirme, que pueda controlarme. Soy libre hasta el infinito. Mi libertad es indefinida, es incuestionable. No le rindo cuenta a nadie, no le pido cuenta a nadie; muchos me la dan, sin que yo se la pida. Todo lo que se hace en mi nombre no debe ser cuestionado. Nadie puede entenderme, nadie puede rechazarme, solo aceptarme. Estoy en todas partes, en todos y en todo. Soy eso, soy aquello, el único con el poder de hacer que todo sea posible, el único que puede oponerse, que puede rivalizar con ella. Nadie más podría, solo yo. Soy el único a quien ella no puede destruir. Yo soy el movimiento, la vida en sí misma. Yo soy La Fuerza Cósmica, Yo soy... "El Amor".
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Lucifer: ¿Enemigo o libertador?
SpiritualLucifer tiene un propósito único con la humanidad, y jamás se dará por vencido hasta lograrlo. Es un luchador incansable. Su lucha terminará causando la destrucción del mundo.