Capítulo 3.

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Habían muchas puertas y los pasillos estaban solitarios, los ojos de Emily se movían por todas partes y pudo darse cuenta que había cámaras por todas las esquinas.

[Supuso que Ego la estaba viendo en aquél instante.]

Negó por lo bajo mientras un suave suspiro se escapaba de entre sus labios, era mejor ignorarlo, así como él lo hacia con ella.

Escuchó un silbato a lo lejos y eso le dió señal de que estaba cerca de su más esperado destino.

Emily sonrió feliz después de que la puerta se abriera ante su presencia y lo primero que sus ojos pudieron observar... Fué a él.

[A su grandioso y gruñón hermano.]

Su mellizo se miraba asombroso y verlo correr frente a ella fué justamente en cámara lenta, Barou tenía el control del balón y éste iba encendido en dirección a la portería.

—Increíble...—dejó su caja sobre el suelo sin quitar su mirada de él y unos segundos después, también se dió cuenta que sólo habían 6 jugadores contándo a Barou en aquél campo.—

¿Qué clase de proyecto era ese?

Su intriga había crecido un 50% más y en definitiva, esperaba que su estadía no fuera solo pasajera.

"¡¡GOOLL!!"

Feliz de ver qué era un 5 a 4, no lo pensó ni dos veces mientras se quitaba por inercia los zapatos. Uno de los chicos del equipo rojo se había dado cuenta de la presencia de una chica en el campo y ante su sorpresa, el resto de los chicos también puso su atención en ella.

—¿Es una chica..?

—¡Barou!

El pelinegro ante su llamado se volteó en dirección a dónde provino aquella femenina y muy familiar voz. La cara de Barou mostró suma sorpresa.

¡Emily había llegado!

Pues 3 semanas las cuales se le hicieron años y vida, le fueron completamente una eternidad ya que para él... También su hermana lo era todo.

Caminó unos pasos al frente cuando supo lo que estaba por hacer, ella se le había lanzado a los brazos con suma emoción mientras reía con lágrimas cayendo por sus mejillas. Sus grandes manos la habían tomado por los muslos y lo único a lo que se dedicó, fué a aferrarse a su cuerpo con mucha dulzura.

—¿Uhm? —todos observaron eso con atención. El gran Rey estaba abrazando a una chica, y no una chica poco atractiva. Al contrario... 3 chicos de los que se encontraban cerca, se sonrojaron ante la escena pues pudieron ver cómo perfectamente, la sujetaba de los muslos con posesividad— ¿Quién es ella? —cuestionó el chico de ojos azules llamado; Isagi Yoichi.—

Todos no dejaban de ver aquella escena, Barou parecía verse preocupado pues ella no paraba de llorar, ¿Era alguien importante acaso? Jamás en lo que llevaban dentro de Blue Lock, lo habían visto actuar de tal modo.

—No llores, por favor —musitó por lo bajo mientras ella se separaba un poco para poder verlo a los ojos, fué ahí dónde pudieron observar más el rostro de ella. Era hermosa, incluso llorando, pero... Se parecía muchísimo a Barou— ¿Qué haces aquí? —le preguntó mientras la colocaba sobre el suelo con sumo cuidado, la observó de pies a cabeza analizandola y su hermanita se miraba todo un desastre y obvio no iba a reprocharle nada, luego hablaría con ella pues la mirada de aquellos idiotas, estaba sobre ellos— Le dije a Ego que te mantuviera lejos del campo mientras yo estuviera en partidos importantes...

—L,Lo siento, hermano mayor...

—Hola... —interrumpió alguien a espaldas de Barou, ella alzó su mirada y vaya belleza de chico que estaba ahí mirándola con ociosidad y dulzura. Barou lo intentó alejar pero éste también ejercía para no apartarse muy fácilmente de ahí, el rey masculló entre dientes, ¿Y ahora qué rayos le pasaba a ese idiota?— ¿Cómo te llamas?

Crónicas de un futbolista. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora