Capitulo 01

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— Jimin, si dijera que está es la primera vez que vengo a visitarte estaría mintiendo.

Tomé el valor de volver a dónde nunca deseé estar, los vivos deben quedarse fuera de las tumbas, pero mi alma anhela tocar tu mano que está bajo tierra, no volveré a ver tus ojos brillando ante la luz de la luna ni tu piel siendo golpeada por la calidez del sol, solo deseo tu último aliento para robartelo en un efímero beso.

El amor es una faceta muy hermosa, tú me enseñaste por primera vez que era el ser amado y amar al mismo tiempo, pero ahora tenemos caminos separados incluso si antes decías que nuestros caminos eran destinados.

Vuelvo a tomar un sorbo del americano que pedí, en el lugar solo resuena jazz, mis ojos están perdidos entre la gente que habla sentada en las mesas, mis dedos tocan el borde de la taza y una ligera voz me llama de nuevo.

Es aquella mujer rubia con un mandil con el logo del lugar, me deja una rebanada de pastel el cuál desconozco su sabor y con una sonrisa menciona.

— La mujer de la mesa de enfrente se lo manda. — Y se alejo tan rápido que no me dió tiempo de reaccionar. —

Debería de sentirme feliz, contento, emocionado de alguna aventura romántica, pero cuando la miro no noto el mismo brillo de tus ojos y solo me doy cuenta que es una perdida de tiempo. Me sentí incómodo.

Salí con la sombrilla que cargaba, el día estaba nublado, eran las diez de la mañana y debía de ir a un lugar del cuál ya no quiero mencionar.

Camine por las calles, me quedé parado por un momento y saque el cigarrillo que sostenía desde ya hace un rato, con duro esfuerzo lo encendí y le di una calada tan profunda que se incrustó hasta el fondo de mi alma ya corrompida. Caminaba y caminaba pero seguía parado en el mismo lugar o quizá todos caminaban dejándome en el mismo lugar.

Estoy hablando de tí, Jimin.

Camine incluso cuando había soltado el paraguas empapando el traje durante la caminata, me miraban; algunos asustados, otros sorprendidos, otros dudando si acercarse a mí o no.

¿Cómo me habrías mirado tú?

Camine hasta el carro y apenas estuve dentro sentí los latidos de mi corazón cada vez más rápidos y mi respiración dejaba de tener el mismo control que antes. Salían lágrimas como si tu partida fuera la muerte de mi madre.

Incluso cuando escribo esto en la cama con una computadora, parecería que lo escribo a un difunto muerto, pero no es así, solo estás ahí, sonriéndole a otra persona la cual no soy yo.

Simplemente nunca fui yo.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2023 ⏰

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