ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 𝟙

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🥀𝕁𝕆𝕍𝔼ℕ 𝕍𝔼ℕ𝔻𝔼𝔻𝕆ℝ 𝔻𝔼 𝔽𝕃𝕆ℝ𝔼𝕊🥀

"𝓔𝓼 𝓾𝓷 𝓲𝓷𝓸𝓬𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓱𝓲𝓬𝓸 𝓭𝓮 𝓹𝓾𝓮𝓫𝓵𝓸, 𝓼𝓾 𝓪𝓶𝓸𝓻 𝓮𝓼 𝓭𝓲𝓿𝓮𝓻𝓽𝓲𝓭𝓸, 𝓯𝓾𝓮𝓻𝓽𝓮, 𝓼𝓲𝓶𝓹𝓵𝓮 𝔂 𝓭𝓾𝓵𝓬𝓮, 𝓹𝓮𝓻𝓸 𝓼𝓾 𝓬𝓸𝓻𝓪𝔃ó𝓷 𝓮𝓼 𝓭𝓮𝓶𝓪𝓼𝓲𝓪𝓭𝓸 𝓬𝓪𝓼𝓽𝓸, 𝓲𝓰𝓷𝓸𝓻𝓪𝓷𝓽𝓮 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓿𝓮𝓻𝓭𝓪𝓭𝓮𝓻𝓪 𝓹𝓪𝓼𝓲ó𝓷"
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Cuando Ochako conoció a su primer novio fue en su ciudad natal, pequeña a comparación de otras, en una tienda de flores que había abierto de camino a su universidad.
La conexión no fue instantánea como sus amigas creyeron, fue un crecimiento lento, pláticas intermedias, saludos y despedidas, agradecimientos y respuestas, flores pequeñas y ramos grandes.

Eijiro Kirishima era el sueño de cualquier mujer: un hombre trabajador, sensible, cuerpo musculoso de su tiempo en el gimnasio, amante de los animales -con un perro llamado como el protagonista de su caricatura favorita: Red Riot-, elocuente, animado, el primero en salir al rescate de una damisela en peligro y el último en irse en un día largo de trabajo, un amante de la cocina y de cualquier cosa que hiciera a un hombre más masculino.

- ¡Anímate, Ochako, sal con él! -fue la respuesta de Toru Hakagure ese día que la fue a visitar, narrándole la propuesta de Eijiro con respecto a salir.

- ¿Y qué pasa si no es como pensé? -había dicho Ochako, dudosa de lo que podía deparar el mañana- ¿Y qué pasa si lo nuestro se arruina? ¡Aprecio mucho a Eijiro para perder su amistad por culpa de una mala cita!

-No lo perderás -consoló Toru, sentándose al lado de Ochako tomando su mano. Ochako debe admitir que el gesto fue reconfortante-. Lo que tenga que pasar, pasará, y si no, bien pueden hablarlo y seguirá siendo una amistad más fuerte. ¡Nunca se sabe lo que pasará!

Ochako no sabe si fue la convincente voz que usó su amiga, o la gran sonrisa que le dio a continuación de tan buen discurso, para que ella sonría y asienta, decidida a aceptar.
Y es así como un viernes por la tarde, Ochako Uraraka y Eijiro Kirishima tienen su primera cita.

La primera cita fue especial, Eijiro la llevó a una clase de cerámica y alfarería. Ochako siempre admitirá, mientras hace manualidades en su rueda con la arcilla, que esa fue la mejor idea de Eijiro. Hacen tazas a juego y Eijiro se arriesga en intentar hacer una oveja que, debido a su inexperiencia, no sale tal como esperaba, en su lugar, debe de regalar una nube amorfa con cinco patas y un ojo faltante, con una boca escalofriante y una sonrisa vacía.

Ochako la conservó como la mejor de sus adquisiciones.
Luego de esa cita le siguen más, y otra y otra y otra, hasta que pierde la cuenta luego de la sexta -¿o fue luego de la octava?-. Sólo puede admitir lo bien que se siente en el lado de Eijiro y lo bien que la complementa.

¿Será acaso Eijiro ese amor de toda la vida que sus abuelos le presumieron cuando era pequeña y ella preguntó cómo habían perdurado tanto en su matrimonio? ¿Será este su pareja ideal y de por vida?

-Eres la mujer que más me entiende, Ochako, a tu lado, me siento el hombre más completo de la Tierra -le había dicho una noche, mientras ambos estaban abrazados en la cama de Ochako. Aún sin llegar a la intimidad-. Sonará estúpido, incluso algo empalagoso y cursi, pero contigo, siento que quiero pasar el resto de mi vida.

‡LA ALFOMBRA ROJA DE OCHAKO‡ (OCHAKOBOWL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora