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Apenas el sol empezaba a salir por el horizonte cuando de repente el sonido de alguien teniendo arcadas se escuchaba por aquel templo, despertando a los que estaban dormidos.

- Suéltalo todo gege, ya pronto pasará - murmuraba el pelinegro recogiendo con cuidado el cabello de su esposo para evitar que se le viniera a la cara. Apenas habían pasado algunos días desde que se habían enterado de la gran noticia y también desde que las nauseas matutinas habían aparecido, haciendo que en la mansión paraíso se hiciera común ver alguna cubeta cerca de aquellos lugares en donde acostumbraba a pasar mas tiempo Xie Lian.

Pero ahora con este asunto de la misión, no habían cubetas cerca  por lo que no hubo mas remedio que vomitar la cama improvisada.

-  S-San Lang.. y-yo no quería manchar la cama, p-perdón - dijo Xie Lian entre lágrimas, luego de haber sacado todo.  El pobre dios estaba al borde de un colapso cuando vio que había manchado el lugar donde habían dormido.

- Tranquilo gege, es solo una cama de paja. Lo importante es que ahora te encuentras bien - respondió el contrario con una pequeña sonrisa, acariciando aquellos cabellos castaños - Ven busquemos un río para limpiarte. - sugirió al mismo tiempo que lo cargaba en sus brazos y levantaba del lugar.

- ¿A donde crees que llevas a su alteza? - preguntó Feng Xin aun con su disfraz.

- Al río, gege necesita limpiarse-  contestó de forma grosera Hua Cheng - Ya que estás aquí, encárgate de deshacerte de esto - ordenó apuntando a la cama de paja con su pie.

- ¿Por qué me desharía de la ..... - ni siquiera pudo terminar cuando notó lo que estaba pasando.- ¡¿Qué le hiciste a su alteza?! - preguntó alterado el oficial.

- Yo no lo hice nada.

-¿Entonces que le pasó?

- Que te importa - dijo el fantasma ya fastidiado-  mejor haz lo que te digo, yo iré a limpiar a mi esposo.

Terminando de decir aquello, Hua Cheng dio media vuelta y marchó en busca de algún lugar para limpiar a Xie Lian, esperando que aquellos dos entrometidos dejaran de causar problemas.

Terminando de decir aquello, Hua Cheng dio media vuelta y marchó en busca de algún lugar para limpiar a Xie Lian, esperando que aquellos dos entrometidos dejaran de causar problemas

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Dos horas mas tarde en aquel mismo lugar, se encontraba un rey fantasma muy enojado lanzándole cosas a los dos extras que se encontraban ahí. 

- ¿Cómo se les ocurrió semejante estupidez?! - preguntaba enojado.

- Es la única forma de evitar que algún mortal salga herido!! - respondió Nang Feng

- Entonces pónganse ustedes de carnada !! ¿Por qué tiene que ser mi esposo el que se arriesgue?- gritó Hua Cheng apunto de sacar a E-Ming. Ganas no le faltaban, esos malditos subordinados se habían pasado de la raya ¿Cómo se les ocurre pedirle a su esposo embarazado que haga de carnada?

- Por que de los cuatro aquí presentes, es el único que tiene una complexión un poco mas femenina- respondió Mu Qing ganándose un golpe del fantasma. - ¿Eso por qué fue?

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