Capítulo 3. Mal entendido

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Tomé una sudadera antes de salir, le avisé a mi tía que saldría y me encaminé hacia la parada de autobús, a lo lejos pude distinguir a Jake, entre más me acercaba más me sudaban las manos, estaba muy nerviosa. Cuando Jake miró en mi dirección se levantó y caminó hacia mí.

- Pensé que no vendrías

- Jake ¿qué rayos te ocurre? ¿Por qué de la nada quieres que volvamos a hablarnos como antes?

- Porque te extraño Mili – Casi me atraganto con mi propia saliva al oír eso – Antes que digas algo escúchame por favor

Ambos nos sentamos y platicamos un rato. Jake me dijo que había leído mi correo, el correo que le envié hace ocho meses. 

Después de que él se alejó, yo en un intento desesperado por saber qué había salido mal había escrito un correo, que hasta donde recordaba no se lo había enviado, pero al parecer le llegó. Me contó que hace dos semanas aproximadamente se puso a eliminar algunos correos de la papelera y entre ellos se le hizo extraño ver un correo mío, ya que él solo borraba el spam, lo abrió y leyó todo lo que decía, siendo sincera no recuerdo qué decía con exactitud, lo único que recuerdo es haberle dicho que no debió besarme si iba a dejar de hablarme. 

Se le hizo extraño que ese correo se encontrara abierto y en la papelera, así que se puso a recordar y las fechas coincidían con las primeras veces en las que le había prestado su correo a Camila para recuperar una de sus cuentas.

- Mili, cuando leí el correo me puso feliz a pesar que ha pasado algo de tiempo, después de todo ambos sentíamos lo mismo. Lo lamento tanto, por haberme alejado ¿te gustaría continuar donde lo dejamos? – reí un poco dolida

- Jake tú estás con Camila ahora, además eso fue hace meses, todo este tiempo te guardé un poco de rencor para ser sincera, y ahorita sueltas esta bomba así de la nada, la verdad no creo que funcione

- ¿Camila? – Bufó – Camila y yo nunca hemos andado, sé que le gusto pero ella a mí no, me cae bien pero solo hasta ahí, estoy en su grupo de amigos por Elliot, él quiere con Camila 

- Pues Camila se ha encargado de contarle a todo mundo que salen juntos y cuanto la quieres – Jake soltó una carcajada

- Créeme que no, la verdad me ha costado superarte – no pude evitar sentirme avergonzada – Ahora que se resolvió el mal entendido, quiero que sepas que no volveré a alejarme y haré todo lo posible porque me perdones – Jake me jaló hacia él y me abrazó – Empezaré mañana

- Jake, yo – En ese instante mi tía me marcó diciéndome que ya era tarde y debía regresar – Debo irme, nos vemos mañana

Jake se ofreció a acompañarme, pensando que continuaba viviendo donde vía hace un año, pero quería pensar todo lo que estaba pasando así que me negué.

Caminé hasta mi casa y en varias ocasiones no pude evitar sonreír, aún le gustaba a Jake y él a mí, bueno un poco, después de todo no mentí cuando le dije que le había guardado resentimiento. En fin, si se llegase a dar algo ¿qué iban a pensar los demás? Iba a ser complicado. 

Además, aunque él me gustara, aún tenía mi orgullo, no pensaba decirle que sí fácilmente, no después de todo lo que pasó. Seguía pensando hasta que me faltaba solo una cuadra para llegar, sin embargo algo captó mi atención.

A lo lejos me pareció ver a Damian, estaba por saludarlo cuando vi que se metió a una casa, casa que desde hace unos meses estaba deshabitada, tal vez se había mudado ahí. Crucé la calle y me acerqué más, mi sorpresa fue ver que la casa seguía deshabitada, no tenía luces y algunas ventanas estaban rotas, ¿me lo habré imaginado?. 

Soy algo curiosa, así que me brinqué la cerca y me acerqué a la puerta principal, intenté abrirla pero estaba cerrada, cada vez se hacía más noche así que lo ignoré y me fui a mi casa.

Cuando llegué le envié un mensaje a Jake, esperé su repuestas y después de despedirme me acosté lista para dormir, pero me dio mucho trabajo conciliar el sueño, no podía dejar de moverme en mi cama tratando de encontrar una posición cómoda. Bajé a la cocina por un vaso de leche, tal vez así me daría sueño, me quedé un rato ahí en lo que me terminaba el vaso.

- ¿Nada más me hiciste venir para eso?

- Lo que te dije es verdad, solo tenemos que comprobarlo

- Pensé que te referías a otra cosa, me largo, si encuentras algo que sirva repórtaselo a alguien mas

Escuché una conversación entre dos personas, uno alzaba más la voz que otro por lo que me dio un poco de miedo, parecían que se iban a pelear, me acerqué silenciosamente hacia la ventana a ver si podía ver algo, lo único que vi fue a dos hombres caminando por la acera. No le tomé más importancia y subí a acostarme nuevamente. 

Al día siguiente me levanté con algo de tiempo y me arreglé, por primera vez, quería verme bien. Llegué con buen tiempo al instituto, para mi sorpresa Jake ya estaba ahí, al parecer estaba esperándome. Se acercó y me abrazó mientras me felicitaba

- Feliz cumpleaños Mili – La verdad había olvidado por completo mi cumpleaños, incluso mi tía lo había olvidado. Me tendió una pequeña caja y la abrí, era un collar con un dije de corazón, era muy llamativo para mi gusto, pero era muy bonito

- Es precioso, no tenías que regalarme nada, gracias

- Te dije que iba a hacer todo lo posible para que estemos bien nuevamente – sonreí

Jake se quedó conmigo platicando, cada vez que alguien entraba al salón miraba dos veces cuando nos veían juntos, pero no decían nada o tal vez lo hacían en voz baja. Incluso cuando llegaron los amigos de Jake, solo Elliot me saludó, por otra parte Camila no pareció darle importancia, era como si no me viera, pues seguía tratando a Jake igual que antes. 

Llegó la hora del receso y Jake me dijo que comiera con él y sus amigos, casi me carcajeaba al imaginarme sentada con ellos.

- La verdad paso, no te preocupes puedes ir con ellos

- Es tu cumpleaños, además a ellos no les importa, incluso a Camila – susurró

- Iré al baño y te alcanzo allá – Jake sonrió y se fue con sus amigos, Damian no había ido ese día al instituto así que no tenía una excusa para rechazar la invitación de Jake. 

Guardé mis cosas y salí de mi salón hacia el patio, necesitaba aire fresco antes de ir al comedor, para mi suerte había unas cuantas personas ahí, y las bancas estaban desocupadas, me senté y cerré los ojos unos minutos, y de pronto comencé a oír el mismo ruido que escuché la otra noche. 

Era un tanto extraño esta vez, abrí los ojos y me erguí, al parecer nadie más lo escuchaba, estaban como si nada. Estaba por levantarme cuando sentí una vibración en el suelo. Las pocas personas que estaban en el patio comenzaron a gritar mientras que la alarma de la escuela sonaba, era muy raro, desde hace años que no había un temblor. 

Me levanté de prisa y avancé, sin embargo más enfrente se había hecho una estampida de alumnos que querían salir por el mismo lugar, así que me di la vuelta y me dirigí hacia el jardín del instituto, casi nadie lo sabía pero por ahí se puede salir más fácil. Cuando llegué al jardín vi a alguien entrar en la bodega donde guardaban las escobas.

- ¿Damian? – Esta vez estaba muy segura de haberlo visto, corrí detrás de él y giré el picaporte de la puerta de la bodega, sin embargo antes de que pudiera abrirla completamente Damian se apareció detrás de mí

- Yo te guardaré esto – Tomó el dije de mi collar y lo jaló

- ¿Qué estás haciendo? – grité

- Te estoy salvando

En ese momento el temblor se hizo más fuerte y se escuchó claramente como el edificio se derrumbaba. Damian me empujó adentro de la bodega y vi una luz celeste cegadora, cerré los ojos, sentí vértigo y grité. 

ASHKALY: en búsqueda de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora