CAPÍTULO 10

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Martes 5 de Noviembre.

2:32 PM .

Sicilia/Italia.

Alexander.

Mis manos en el volante sujetaban con tanta fuerza que mi nudillos se habían vuelto blancos, no hacia ningun tipo de accion por que shara se encontraba detrás de nosotros e intentaba que mi conversación con Luciano se escuchara lo más calmada posible.

-Trzeba zająć się problemem (Debes hacerte cargo del problema)-Recalca Luciano haciendo que apretara aún más mis manos al volante. Quería controlarme, no quería tener alguna reacción negativa en frente de Shara.

No conteste, me mantuve en silencio, Sabía perfectamente que cualquiera que fuera mi respuesta, sería lo que dejaría al descubierto mi humor. Me estacione frente a un enorme edificio el cual deduzco pertenece a la madre o a la familia de shara.

-Bien, nos vemos.-Dijo abriendo la puerta para bajar del auto.

El silencio en el auto se hizo presente cuando cerro la puerta y comenzo a caminar al interior del edificio, sabia perfectamente que el imbecil de Luciano diría algo, y yo ya me imaginaba que.

-¿Dejaras que se vaya asi por asi?.-Lo mire con desagrado.

-Callate la maldita boca.-Baje del auto, percatándome de no llamar la atención, pero fue imposible, había un grupo de mujeres en la puerta del edificio y no se inmutaron en disimular sus miradas o de evitar a comentar cosas, diría que acosadoras hacia mi.

¿Que les pasa a estas mujeres de ahora?, la única que puede acosarme cuando le de la gana es Shara.

En cuanto entre a el lugar busque a Shara con la mirada, pero no pude verla en ningún lugar, me acerque a él hombre de la recepción quien me observaba de manera, agradable.

-Buenas Tarde señor, ¿En que puedo ayudarle?

-Estoy buscando a la señorita Shara Ivanova-En cuanto dije el nombre este arrugó las cejas.

-Su nombre por favor.-pidió tomando un teléfono.

-Alexander Ferrari.-Levantó la mirada de inmediato, se mostraba sorprendido.

Se alejo un poco para comenzar a hablar con otra persona a través del teléfono, su conversación parecía más una discusión, por sus gestos y sus movimientos estrepitosos de manos, colgó y se acercó de nuevo a mi, con una pequeña sonrisa en sus labios.

-Vaya a el ascensor que conduce al penthouse.-Comentó entregandome una tarjeta Amarilla, lo que deduje era la llave.

La tome y camine hasta dicho ascensor, cuando las puertas abrieron camine por un corto pasillo el cual conducía a la puerta en la que debía introducir la tarjeta, realice la acción y estas se abrieron, mostrando un moderno interior en temática Luxury.

Debo admitirlo, mi futura esposa tiene buenos gustos, que digo, ¿Como no va a tenerlo? Pues es obvio que yo seré su esposo.

La busque por el lugar y deje de hacerlo en cuanto el golpe de una puerta cerrándose me hizo desviar la mirada, y lo que vi si que me puso duro.

Su piel resaltaba y su cabello goteaba mientras que sus labios se veían más rosados, sus ojos me detallaron de arriba a abajo al igual que los míos con ella, el vestido blanco transparente me hizo imaginarla de una mil maneras, y para el maldito colmo no llevaba sujetadores.

Quería tenerla, quería poseer coda parte de su cuerpo, tenerla encima y debajo de mi, gritando y gimiendo mi nombre de placer, pero también quería acercarme y besarla, acariciar su cabello y abrazar su cuerpo y no soltarla, quería sanar sus heridas.

CADENAS DE LUJURIA. [#2] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora