Capítulo 26

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—¿Qué hago ahora, Lacey? —preguntó Justin—. ¿Cómo puedo ayudar a Ivy, si todo lo que hago es seguir lastimándola? 

Pero Lacey no estaba ahí para darle su consejo. Justin vagaba por las calles del silencioso pueblo mucho tiempo después de que Ivy y sus compañeros se habían ido. El necesitaba pensar en cosas. El casi tenía miedo de intentarlo de nuevo. Estatuas de ángeles, fotos de ángeles, solo mencionar ángeles agitaba en Ivy nada más que dolor y rabia, pero eso era lo que él era ahora, su ángel. Sus nuevos poderes eran inútiles, completamente inútiles. Y todavía estaba la causa de su misión, de la que él era totalmente ignorante. Era tan difícil pensar en eso, cuando en todo lo que podía pensar era buscar a Ivy.  

—¿Qué hago ahora, Lacey? —preguntó de nuevo. 

Se preguntó si Lacey estaba siendo dramática cuando había dicho que su misión podía ser para salvar a alguien del desastre. ¿Pero qué pasa si tiene razón? ¿Y qué pasa si él estaba tan atrapado en su dolor y en el de Ivy que le fallaba a alguien? Lacey había dicho que se quedara cerca de la gente que conocía, por lo que, tan pronto como despertó de la oscuridad, el busco a Gary y lo siguió a Celentano's esa tarde. Ella también le había dicho que la clave de su misión podría estar en el pasado, algún problema que él vio pero que no reconoció como tal. El necesitaba averiguar cómo viajar al pasado por el tiempo. 

El imaginaba el tiempo como una red giratoria que juntaba los pensamientos y sentimientos y acciones, una red que lo había sostenido hasta que repentinamente se rompió. Parecía que el punto de entrada más fácil sería su punto de salida. ¿Ayudaría ir al lugar en sí mismo? Rápidamente el hizo su camino por las oscuras y ventosas carreteras secundarias. Era muy tarde ahora y ningún carro estaba en la carretera. Un misterioso sentimiento, la sensación de que en cualquier momento un venado podría saltar frente a él, lo hizo bajar la velocidad, pero solo por un momento. Era extraño cuan fácilmente encontró el lugar y lo seguro que estaba de que era el lugar, porque cada giro y torcedura en la carretera se veía igual. La luna, aunque estaba llena, se filtraba vagamente a través de las pesadas hojas. Aquí no había ninguna salpicadura de luz plateada, solo un aligeramiento del aire, una especie de niebla fantasmal gris. De todos modos, el encontró las rosas. 

No las que él le había dado a ella, si no unas que se parecían a esas. Ellas estaban recostadas a un lado de la carretera, completamente marchitas. Cuando él las recogió, sus pétalos se cayeron como si fueran copos carbonizados; sólo que su satinada cinta morada había sobrevivido. Justin miró mas debajo de la carretera como si pudiera mirar hacia atrás en el tiempo. El intento recordar su último minuto estando vivo. La luz. Una increíble luz y voz, o mensaje —él no estaba seguro si era una voz en realidad y no podía recordar ninguna palabra—. Pero eso había venido después de la explosión de luz. El regreso de nuevo a la luz y se concentro en eso. Un punto de luz, sí, antes del túnel, antes de la luz segadora en el final, había estado un punto de luz, la luz en los ojos del venado. 

Justin se estremeció. Se abrazo a sí mismo. Luego todo su ser sintió el impacto. Se sintió como si estuviera colapsando sobre sí mismo. Se cayó hacia atrás. El carro se estaba apresurando hacia atrás, como una vuelta en un parque de diversiones que repentinamente se había arrojado en reversa. El estaba atrapado en una cinta que estaba corriendo hacia atrás, con palabras de algarabía y movimientos frenéticos.  

El intentó detenerlo, manejarlo para que se detuviera, gasto cada tanto de su energía en detener el tiempo que corría hacia atrás.  

Luego Ivy y él estaban sentados lado a lado, absolutamente quietos, como si estuvieran congelados en un marco de película. Ellos estaban en el carro y se dirigían lentamente hacia delante ahora.  

—Última mirada al río —dijo él mientras la carretera hacia un fuerte giro lejos de ella.  

El sol de Junio, pasando por la cresta oeste del lago de Connecticut, llenaba de luz las copas de los arboles, bañándolos con un fuego de oro. El sinuoso camino se deslizo en un túnel de arces, álamos y robles. Era como deslizarse bajo olas verdes y oscuras. Justin encendió los faros.  

—Realmente no tienes que apurarte —dijo Ivy—. Ya no tengo hambre. 

—¿Arruine tu apetito? 

Ella sacudió su cabeza. 

—Supongo que estoy llena de felicidad —dijo ella suavemente.  

El carro aceleró y tomó una curva bruscamente. 

—Dije que, no tenemos que apresurarnos. 

—Eso es divertido —murmuro él—. Me pregunto porque... —Él miro hacia abajo a sus pies—. Esto no se siente... 

—Baja la velocidad, ¿sí? No importa si estamos un poco retrasados... ¡Oh! —Ivy apunto hacia el frente—. ¡Justin! 

Algo había caído de los matorrales y entrado a la carretera. Él lo había visto también, un parpadeo de movimiento entre las sombras profundas. Luego el venado se detuvo. Volteo su cabeza, sus ojos enfocaron los brillantes faros del carro.  

—¡Justin! —gritó ella.  

Él frenó con más fuerza. Ellos se estaban apresurando hacia los ojos brillantes. 

—Justin, ¿no lo ves? 

—Ivy, algo... 

—¡Un venado! 

El frenó una y otra vez, el pedal estaba presionado plano contra el piso, pero el carro no reducía la velocidad. Los ojos del animal ardieron. Luego, luz vino desde detrás de él, una explosión de luces, un carro estaba viniendo desde la dirección opuesta. Los arboles lo amurallaron. No había espacio para girar a la izquierda o la derecha, y el pedal del freno todavía estaba plano contra el piso. 

—¡Detente! —gritó ella.   —Yo...  

—Detente, ¿Por qué no te detienes? —imploró ella—. ¡Justin, detente! 

Él quiso que el carro se detuviera, el quiso regresarse a sí mismo al presente, pero él no tenía control, nada lo detendría de acelerar hacia el embudo giratorio de oscuridad. Eso lo tragaría. 

Cuando abrió sus ojos, Lacey estaba mirándolo con atención.  

—¿Viaje duro? 

Justin miro a su alrededor. El todavía estaba en la carretera arbolada, pero era temprano en la mañana ahora, con luz dorada tan frágil como redes de arañas asomándose por los árboles. El intento recordar lo que había pasado. 

—Me llamaste hace horas, me preguntaste que hacer ahora —le recordó ella—. Obviamente no pudiste esperar para averiguarlo. 

—Regrese a ese momento —dijo él, y luego en una carrera lo recordó.—Lacey, no fue solo el venado. Si no hubiera sido el venado, hubiera sido una pared. O árboles o el río o el puente. Podría haber sido otro carro. 

—¡Cálmate, Justin! ¿Qué estás diciendo? 

—No hubo presión, no hubo fluidez. No debió haber cedido de ese modo —él agarró a Lacey—. ¿Qué pasa si... qué pasa si no fue un accidente? ¿Qué pasa si solamente pareció uno? 

—Y tú solamente pareces muerto —replicó ella—. Seguramente estas bromeando. 

—Escúchame, Lacey. Esos frenos estaban en perfecto estado. Alguien debió haberse metido con ellos. ¡Alguien corto la línea! Tienes que ayudarme. 

—Pero ni siquiera sé cómo bombear gas —dijo ella. 

—¡Tienes que ayudarme a alcanzar a Ivy! —Justin empezó a bajar por la carretera. 

—Prefiero trabajar en los frenos —gritó Lacey detrás de él—. Cálmate, Justin. Antes de que golpees a otro venado. 

Pero nada lo detendría.  

—Ivy tiene que creer de nuevo —dijo Justin—. Tenemos que alcanzarla. Ella tiene que saber que no fue un accidente. ¡Alguien me quiere a mí ó a Ivy muertos!



Fin

Kissed By An Angel - Elizabeth Chandler - Justin Bieber (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora