JunMyeon respiró el húmedo y familiar aroma de su piel. La cabeza todavía le daba vueltas. Su cuerpo yacía lánguido después del placer. En silencio, sus sentidos distinguieron un raro momento de plena felicidad. Y sin embargo, por mucho que lo intentaba no conseguía acallar sus pensamientos. Al acostarse con SeHun había hecho realidad una fantasía, se recordó a sí mismo. SeHun había estado fantástico, a la altura de su reputación. Pero ¿no era un poco triste que siguiera aferrándose a un espejismo, esperando que SeHun fuera a comportarse como un marido amante y comprensivo? ¿No era ya hora de volver al mundo real?
—Estás muy callado. —comento SeHun.
—Estaba pensando en lo bien que se te da esto... —JunMyeon levantó la cabeza con una chispeante sonrisa asomando en sus labios—-. Ahora ya entiendo el porqué de tanta habladuría.
SeHun frunció el ceño, preguntándose si JunMyeon estaba intentando hacerlo reír para disimular su incomodidad.
—No estoy seguro de que ésa sea la impresión que quiero causar en mi esposo. —dijo SeHun finalmente.
JunMyeon sintió un arrebato de enojo. La etiqueta de «esposo» siempre le había parecido cruel, un recordatorio de lo que había podido ser y no fue en su relación con SeHun. Nunca había sentido que estuviera casado de verdad y, ahora, acostarse con SeHun no iba a cambiar las cosas. De repente, intuyó que había cometido un gran error. Con un veloz movimiento, se apartó de SeHun.
—¿Qué es lo que te ocurre? —protestó SeHun, irguiéndose y apoyando su espalda contra la almohada.
JunMyeon agarró una bata para tapar con eso su cuerpo.
—Acostarme contigo no me convierte en tu esposo SeHun. ¡Más bien, en uno más dentro de una larga lista de amantes! —se escuchó JunMyeon a sí mismo decir enfurecido—. Por qué no eres lo que se dice una persona fiel, ¿verdad?
Espoleado por la respuesta de JunMyeon. SeHun se levantó de la cama, pero JunMyeon ya había salido de la habitación. Al seguirlo cayó en la cuenta de que aún era de día y que las cortinas no estaban corridas. Maldiciendo su suerte, volvió a vestirse todo lo rápidamente que pudo.
Con el rostro contraído por las emociones que trataba de ocultar, JunMyeon se dio la vuelta y regresó a la puerta de la habitación.
—Siento haber sido tan directo. No hay excusa para mis malos modales. —dijo JunMyeon con rigidez, negándose a mirarlo a la cara—. Pero todavía quiero el divorcio...
SeHun sintió que aquello era el peor insulto que le habían dicho en su vida.
—Entonces, ¿por qué demonios has dejado que te llevara a la cama? —reprocho SeHun sintiéndose dolido.
—Preferiría no discutir eso... —JunMyeon flaqueó por un momento.
—¡Tengo derecho a oír la verdad! —contraatacó SeHun con crudeza.
—Sólo quería saber cómo sería hacer el amor contigo. —suspiró JunMyeon, con las mejillas encarnadas—. Creí que no iba a ser gran cosa...
—No te creo, no te creo. —SeHun miró a JunMyeon con tal rabia, que apenas podía vocalizar: allí estaba, JunMyeon confesándole que lo había utilizado—. Tampoco creo que quieras divorciarte. Todavía te importo. Por eso me has entregado tu virginidad.
La arrogante afirmación de SeHun atravesó a JunMyeon como si le hubiera dado una puñalada. Que SeHun lo atacara tomando como arma lo que sentía por él, era la peor de sus pesadillas y sintió que nunca lo iba a perdonar por aquello. El orgullo le hizo levantar el rostro, desafiándole con sus ojos chispeantes de rabia.
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ENTRE DINASTIAS -SEHO
RomanceEl chaebol (en hangul, 재벌; en hanja, 財閥) es un modelo empresarial basado en grandes conglomerados con presencia en distintos sectores económicos, que se ha desarrollado en Corea del Sur. Las compañías que presentan esta peculiaridad se caracterizan...