¿Cómo podía describir ese sentimiento?
Parecía irreal la felicidad que sentía en aquél momento; nuestras manos se mantenían unidas mientras Eijiro sonreía enseñando sus dientes, él tiró de mi brazo para llevarme a un lugar que solo él conocía. Realmente no me importaba a dónde nos dirigíamos o por qué él me llevaba, solo me interesaba aquél momento en que era feliz junto a aquél chico; mi mejor amigo.
Poco a poco nos alejamos del sitio en el que nos encontrábamos, las flores ya no eran violeta como las del jardín que antes vimos, llegamos a un sitio adornado por hermosas rosas rojas como el cabello de Kirishima, él parecía pertenecer a dicho lugar, combinaban muy bien.
Tras un rato de correr juntos y cambiar nuevamente de paisaje, Kirishima expresó su cansancio y se recostó sobre el pasto verde del jardín, extendió sus extremidades y soltó un pequeño suspiro cansado mientras cerraba sus ojos muy lentamente. Me recosté a su lado y me dediqué a observar el cielo por un par de segundos, noté que era mucho más hermoso de lo que recordaba, el tono azulado que normalmente se veía grisáceo particularmente hoy se encontraba más vivo que nunca, las pocas nubes que había eran completamente blancas y adornaban a la perfección el firmamento, por último, el sol iluminaba cada rincón del lugar y resaltaba entre las nubes como el elemento principal.
Un par de minutos después de dedicarle un rato a apreciar lo hermosa que era la naturaleza, llevé mi mirada al cansado pelirrojo que descansaba a mi lado, incluso estando dormido su hermosa sonrisa no desaparecía ¿Hace cuánto tiempo no me detenía para apreciar mejor todo a mi al rededor? Gracias a Kirishima ahora podía hacerlo. Él siempre encontraba la forma de hacerme sentir mejor. Cerré mis ojos por un momento recordando cada momento que pasé con Kirishima hace un rato.
Pensé. "Es demasiado bueno para ser verdad".
Y tras escuchar una bomba detonar a unos cuántos metros de mí, me percaté de que tenía razón.
Volví a la realidad unos segundos después. Eijirō estaba exactamente en la misma posición que antes, con la única diferencia diferencia de que ahora su pecho no subía y bajaba con dificultad. Supe inmediatamente que algo estaba mal.
Nos encontrábamos en el mismo lugar que antes, un pequeño callejón sin salida que usamos como un refugio provisional mientras los refuerzos llegaban, Kirishima segundos antes sugirió que esperásemos allí mientras los demás héroes nos encontraban, pero antes de llegar, un ataque enemigo me tomó por sorpresa, y Kirishima, con el cuerpo completamente roto y siendo casi incapaz de activar su don, me protegió usándose a sí mismo como un escudo, y en cuanto quise ver lo que ocurría, fui testigo de cómo mi mejor amigo caía sin fuerzas frente a mí. No supe cómo reaccionar al instante, entré en trance momentáneamente y cuando reaccioné levanté a Kirishima del suelo y lo llevé a un lugar relativamente seguro con el corazón en la mano y dependiendo por completo de la esperanza. Recosté su débil cuerpo sobre el mío, prestando especial atención a su cabeza y abdomen, zonas que fueron más atacadas por el enemigo. Las heridas eran profundas, había sangre por todas partes, incluso con todos los torniquetes que le puse su cuerpo seguía desprendiendo cantidades exorbitantes de sangre, si no lo llevaba pronto a un hospital, moriría desangrado.
Lo abracé desesperado al no saber qué más hacer para salvarlo, en medio de la angustia que sentía grité por auxilio con las últimas fuerzas que me quedaban. Algo que siempre odié fue pedir ayuda, pero en aquél momento era lo único que podía hacer por la persona que me salvó la vida incontables veces.
Mientras gritaba y lloraba pidiendo ayuda, mi cuerpo no soportó más el dolor y el cansancio que llevaba acumulados tras la pelea de hace unos minutos, e inevitablemente perdí la consciencia aún con Kirishima en mis brazos, permitiendome tener un poco de paz en aquella fugaz "fantasía" en que era feliz con mi mejor amigo solamente estando juntos en un gran campo de flores.
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Dejar ir (One shot Kiribaku)
FanfictionBakugo debe lidiar con el duelo al perder a su mejor amigo, la única persona que consideraba su igual. Cada vez se hunde más en el vacío al no saber cómo avanzar.