# ¿Qué le pasa? ¿Necesita un médico?
Descubro mi cara, pero sin mirarle. No necesito un medico, necesito a Mateo.
- El vuelo a Miami...
Intento explicarme con palabras atropelladas, sin conseguir demasiado.
# ¿Cuál de los dos?
Pregunta contrariado sin entender nada, pero deseando ayudarme.
- ¿Dos?
Clavo mis ojos en los de aquel desconocido tan amable y reparo en que lleva uniforme.
# Bueno, uno ya ha partido esta mañana, usted se hablará del que sale dentro de tres horas.
Asume devolviéndome el alma al cuerpo. Todavía me queda algo de esperanza a la que aferrarme.
- ¿Hay un vuelo a Miami que sale hoy, pero no se ha ido?
Pregunto confirmando la información. No vaya a ser que por desear tanto aquella respuesta, mi cabeza esté imaginándosela y solo escuche lo que me apetece oír.
# Sí.
Constata señalando las pantallas con la lista de todos los vuelos. Mis ojos solo han llegado a uno de los primeros, que despegó hace rato, pero aquel buen hombre me demuestra que hay otro, más tarde.
# Aquella cola de allí es para el vuelo a Miami de esta tarde.
- Gracias.
Me incorporo.
- Gracias.
Repito sincera y enseguida me echo a correr en dirección a aquel tumulto de gente que me ha señalado.
Me paseo por el pequeño laberinto que los viajeros deben realizar para pedir sus tarjetas de embarque y facturar el equipaje. Miro a cada uno, rogando por encontrar a Mateo entre ellos, pero la suerte no me acompaña. No está.
Narra Mateo
E: Mateo, me hago pipí.
+ Joder, Eva.
Me quejo.
+ Te he dicho que vayas al baño antes de salir de casa.
Le recuerdo de mala gana bajándome del coche de Elena. Hemos pillado atasco y estamos llenos de maletas, no será fácil acompañarla ahora.
E: Ya, pero es que se me olvidó.
Se excusa.
E: Que me estaba despidiendo de Male.
Explica sus motivos aún con gesto triste. A los tres nos ha costado un mundo decir adiós.
El: Venga, yo te llevo al baño.
Se ofrece mi hermana.
El: Tú ve bajando todo esto.
+ Gracias.
Después de bastante esfuerzo consigo apilar todas nuestras pertenencias para arrastrarlas juntas en un carrito y nada más entrar busco en las pantallas nuestro vuelo para revisar hacia donde nos debemos dirigir.
E: Ya esta.
Vuelve sonriente. A ella si que le hace ilusión volver a vivir cerca de Alex.
E: ¿Me compras un batido?
Se relame los labios al ver a otra niña con uno en la mano. Miro la cafetería en la cual seguro lo han comprado.
+ Vale, pero luego. Primero tenemos que hacer la cola.
E: Gracias.
Miro a mi hermana que rueda los ojos. Siempre dice que consiento demasiado a Eva, pero no puedo evitarlo.
E: Mateo, mira.
Señala con el dedo.
E: Es Malú.
Anuncia.
E: Y está llorando.
Repara apenada acercándose a ella, pero aún sin alcanzarla.

ESTÁS LEYENDO
Todos los secretos (Segunda parte)
Roman d'amourUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar