Capítulo 262

98 13 6
                                    

# ¿Qué le pasa? ¿Necesita un médico?

Descubro mi cara, pero sin mirarle. No necesito un medico, necesito a Mateo.

- El vuelo a Miami...

Intento explicarme con palabras atropelladas, sin conseguir demasiado.

# ¿Cuál de los dos?

Pregunta contrariado sin entender nada, pero deseando ayudarme.

- ¿Dos?

Clavo mis ojos en los de aquel desconocido tan amable y reparo en que lleva uniforme.

# Bueno, uno ya ha partido esta mañana, usted se hablará del que sale dentro de tres horas.

Asume devolviéndome el alma al cuerpo. Todavía me queda algo de esperanza a la que aferrarme.

- ¿Hay un vuelo a Miami que sale hoy, pero no se ha ido?

Pregunto confirmando la información. No vaya a ser que por desear tanto aquella respuesta, mi cabeza esté imaginándosela y solo escuche lo que me apetece oír.

# Sí.

Constata señalando las pantallas con la lista de todos los vuelos. Mis ojos solo han llegado a uno de los primeros, que despegó hace rato, pero aquel buen hombre me demuestra que hay otro, más tarde.

# Aquella cola de allí es para el vuelo a Miami de esta tarde.

- Gracias.

Me incorporo.

- Gracias.

Repito sincera y enseguida me echo a correr en dirección a aquel tumulto de gente que me ha señalado.

Me paseo por el pequeño laberinto que los viajeros deben realizar para pedir sus tarjetas de embarque y facturar el equipaje. Miro a cada uno, rogando por encontrar a Mateo entre ellos, pero la suerte no me acompaña. No está.

Narra Mateo

E: Mateo, me hago pipí.

+ Joder, Eva.

Me quejo.

+ Te he dicho que vayas al baño antes de salir de casa.

Le recuerdo de mala gana bajándome del coche de Elena. Hemos pillado atasco y estamos llenos de maletas, no será fácil acompañarla ahora.

E: Ya, pero es que se me olvidó.

Se excusa.

E: Que me estaba despidiendo de Male.

Explica sus motivos aún con gesto triste. A los tres nos ha costado un mundo decir adiós.

El: Venga, yo te llevo al baño.

Se ofrece mi hermana.

El: Tú ve bajando todo esto.

+ Gracias.

Después de bastante esfuerzo consigo apilar todas nuestras pertenencias para arrastrarlas juntas en un carrito y nada más entrar busco en las pantallas nuestro vuelo para revisar hacia donde nos debemos dirigir.

E: Ya esta.

Vuelve sonriente. A ella si que le hace ilusión volver a vivir cerca de Alex.

E: ¿Me compras un batido?

Se relame los labios al ver a otra niña con uno en la mano. Miro la cafetería en la cual seguro lo han comprado.

+ Vale, pero luego. Primero tenemos que hacer la cola.

E: Gracias.

Miro a mi hermana que rueda los ojos. Siempre dice que consiento demasiado a Eva, pero no puedo evitarlo.

E: Mateo, mira.

Señala con el dedo.

E: Es Malú.

Anuncia.

E: Y está llorando.

Repara apenada acercándose a ella, pero aún sin alcanzarla.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora