Para nadie que lo conozca de verdad le es nueva la información acerca de que Spreen es alguien que, si bien es bastante suelto y amable, no suele ser alguien abierto en cuanto a sus sentimientos, también rechazando la mayor parte del tiempo muestras de afecto física.
Cuando uno toma esto en cuenta, es normal que la mayoría se sorprendiera de la relación que llevaba con uno de sus amigos más cercanos.
Carrera es la antítesis en carne viva de Spreen, el ojiverde expresa sus emociones sin ningún tipo de problema, es prácticamente un libro abierto, además de que es alguien que disfruta mucho de expresar su cariño por medio de distintos toques: abrazos, pequeños golpes, tomar de la mano.
Por ello, es confuso el ver como Spreen, hater de todo este tipo de actitudes, disfruta tanto de la compañía de Carre y no le molesta en absoluto cuando el ojiverde le abraza o se apoya en él, si bien no es como que corresponda este tipo de muestras, no lo aparta ni rechaza como a los demás.
Spreen realmente no se da cuenta de esto hasta que alguien más se lo menciona.
Ese es el punto de quiebre, al menos para él.
Es como ver todo desde una nueva perspectiva, cada pequeño roce es imposible de ignorar una vez él es consciente de lo mucho que Carrera encuentra alguna forma de tocarlo, lo que más sorprendido le deja es que... ni siquiera siendo consciente de está dinamica, ningún toque le incomoda, nunca siente ese ese escozor y nervios cuando alguien más lo intenta, con Carrera nada de eso, pasa.
- ¡Nooo! - Carrera grita emocionado, señalando el juguete barato que compro en la tienda a la que acaban de ir, mientras Spreen abría su bolsa de doritos, distrayendose mientras comía de esta, Carrera había pasado todo ese rato entretenido en el pequeño soldado que sostenía entre sus manos. - ¡Mira que cheto! Amigo es buenisima esta mierda, banca que le tomo una foto y se lo muestro a mi vieja.
Sin esperar una respuesta, Carre hace exactamente lo que dijo que iba a hacer, una sonrisa de oreja a oreja en su cara.
¿Él siempre había sido así de... lindo?
Uh.
- Che amigo- ¡eh! ¿A donde vas? Espera- no ves que estaba haciendo algo importante. - Carre grita detrás de él cuando se da cuenta que su amigo decidio adelantarse. Cuando llega a su lado, le golpea el brazo con poca fuerza. - Re impaciente el chabón, ¿que onda, vas con prisa maestro? Por tu culpa casi le mando a mi vieja un sticker re de sacado-
Lo bueno de que Carrera siguiera reclamandole era que no se concentraba en el rostro de Spreen, que estaba al rojo vivo después de darse cuenta del pensamiento tan fuera de lugar que había tenido hace tan solo unos minutos.
Desde ahí, todo va de mal en peor.
Estar con Carrera se siente distinto, como si una nueva capa de algo que los envolviera con cada segundo que pasa, haciéndose más y más pesada.
Los nervios que siente cuando su amigo se lo intenta chamuyar se sienten más reales, sus intentos de escapar de los supuestos besos que Carre le intenta encajar de vez en cuando empiezan a ser más torpes.
Las propias actitudes de Carre hacia él se empiezan a sentir más serias, como si desde hace mucho dejaron de ser simples bromas.
No es hasta que un día, donde ambos estaban pasados de copas que la tensión que llevaban cargando encima explota por completo.
Él no recuerda que fue lo que los llevo a chaparse como si eso fuera lo último que jamás harían, pero de un segundo a otro dejaron de reírse y con tan solo un cruce de miradas les basto a ambos para juntarse, comiéndose de manera hambrienta.