38. Guerra

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—¿Qué carajos es lo que sucedió?—gritó Bakugo.

—Estaba todo tranquilo hasta que se empezaron a escuchar pequeñas explosiones, pensamos que era usted, majestad.—respondió Denki—. Sero fue a ver qué sucedía y entonces vio a todos esos humanos armados. Después fue a Birlam para encontrar un qerlem que pudiera rastrearlo.

—Alista a todos rápido, Kaminari.—me miró—. Y llévate a Najuny lejos de aquí.

—Ni hablar.

—No estoy preguntándote.

—Pues no te haré caso, Bakugo, y creo que eso ya lo deberías saber.

—¡Es una guerra maldita sea!

—Que fácil es estar con alguien en sus buenos momentos, pero ¿en los malos?
Estamos en esto juntos.—negó con la cabeza— ¿entendido?

—No te quiero perder a ti también.—se acercó a mí.

—Y no me perderás— tomé su mano—. Te lo prometo.

—¿Me perdí de algo que no me hayan contado?—Denki tenía una cara entre confusa y pícara.

Bakugo se separó de mí.

—¿Dónde está Kirishima?—preguntó, haciendo caso omiso a su comentario.

—Respecto a eso...—vaciló. Pude notar que estaba algo nervioso—. Sería mejor que Mina se lo contara.

Sus pasos se volvieron muy marcados cuando se acercó a Denki. Ni hablar de la mirada asesina que tenía.

—Dije ¿dónde está?—remarcó cada palabra.

El pobre rayito dio un paso hacia atrás tragando saliva. Quería apoyarlo, pero también quería saber que era lo que sucedía con Kirishima.

—Yo no sé nada, bueno más bien... no debería saberlo pero Mina me contó y me dijo que no dijera nada así que-

Estaba hablando muy rápido hasta que Bakugo con su mano comenzó a hacer explosiones pequeñas.

—De acuerdo de acuerdo, no tenemos porqué llegar a esto.

—¡Habla!

—Está con Dabi.—se achicó cubriéndose la cabeza.

Dabi...

Lo que pasé ahí en Gravey fue muy incómodo y me sentí muy controlada.

¿Por qué Kirishima estaría con Dabi?

—¿Qué hace él con la persona que lastimó a Najuny?

—No lo sé, Mina sólo me contó que no lo quería ver, pero le dijo algo que lo convenció de tener una plática juntos.

—¿Aquí?—pregunté.

—Sí, aquí en Tezuma.

Katsuki y yo compartimos una mirada con el ceño fruncido. Es muy raro todo esto.

—¿Dabi no es el que está causando esta-

—No—me interrumpió una voz—. Dabi no está causando esta guerra.

Kirishima estaba a unos pasos detrás de nosotros. Tenía la cara pálida. Algo debió haber pasado en esa plática.

—¡¿Cómo se te ocurre estar con él?!—le habló su rey.

—Bakugo, nos están declarando una guerra y no hemos hecho nada al respecto.

En pocas palabras: No quiero hablar del tema.

Lo miró unos segundos y negó con la cabeza.

—Mueve el trasero, cargador.—ordenó y empujó con su hombro a Kirishima.

Dulces traiciones  (Katsuki Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora